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Ciencia

Un fármaco logra ralentizar "significativamente" la progresión del alzheimer en fase temprana

El medicamento experimental "ralentizó significativamente la progresión clínica a las 76 semanas" entre los participantes con enfermedad de Alzheimer sintomática temprana y patología amiloide y tau

Fármaco contra el alzhéimer
Fármaco contra el alzhéimer Pixabay

La investigación para acabar con una de las inevitables lacras de la vejez -sin olvidar a quienes afecta de forma prematura-, el Alzheimer, se suma un pequeño logro con un nuevo fármaco que ha sido capaz de ralentizar "significativamente" la progresión clínica de la enfermedad de Alzheimer sintomática en fase temprana. El fármaco en cuestión es "donanemab", de Lilly.

El ensayo con esta medicina en fase 3 muestra resultados 'prometedores' que publica la revista Jama. El ensayo en cuestión se ha realizado con 1.736 participantes de entre 60 y 85 años. En ellos se ha probado este fármaco, diseñado como un anticuerpo monoclonal que busca eliminar la placa amiloide cerebral.

Una de las manifestaciones tempranas del alzheimer es la anormal acumulación del péptido beta-amiloide, que puede formar grandes placas en el cerebro y perturbar la función de las sinapsis, además de la formación de ovillos de proteína tau.

A las 76 semanas, la progresión clínica del Alzheimer se ralentiza

El medicamento experimental "ralentizó significativamente la progresión clínica a las 76 semanas" entre los participantes con enfermedad de Alzheimer sintomática temprana y patología amiloide y tau. Junto al estudio, Jama publica un análisis firmado por Gil Rabinovici, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), quien no participó en la investigación.

Rabinovici recordó que con este nuevo fármaco (aún a la espera de autorización para su uso) son ya tres los tratamientos disponibles (donanemab, aducanumab y lecanemab) y que este campo “empieza a mostrar avances en la lucha por frenar” el alzhéimer. El experto señaló que estos fármacos funcionan mejor en las fases más tempranas de la enfermedad y se necesitarán otras terapias para ayudar a los enfermos avanzados.

El ensayo demostró que donanemab ralentizaba el deterioro cognitivo en un 35% en comparación con placebo en pacientes con niveles de tau en el cerebro de bajos a intermedios.

Reduce el riesgo de deterioro cognitivo o demencia leves

Los pacientes también experimentaron un 40% menos de riesgo de pasar de deterioro cognitivo leve a demencia leve, o de demencia leve a moderada.

Rabinovici ha destacado que el fármaco experimental eliminó mejor las placas amiloides que los otros dos y redujo las concentraciones de tau en la sangre, “pero no en una zona clave del cerebro”.

El científico ha considerado que estos resultados son “alentadores”, pero que aún es necesario un análisis en profundidad para comprender cómo afectan estos hallazgos a los resultados de los pacientes. Además, aquellos con una enfermedad más avanzada mostraron pocos o ningún beneficio en comparación con quienes recibieron el placebo.

"Alentador", pero con posibles efectos secundarios graves

Rabinovici ha recordado que el fármaco puede tener efectos secundarios potencialmente graves, lo que debería empujar a los expertos a "apuntar más alto en el desarrollo de tratamientos más impactantes y seguros".

Al igual que los otros dos medicamentos ya disponibles, donanemab se asoció con anomalías de imagen relacionadas con el amiloide (ARIA), un efecto secundario que puede suponer inflamación en áreas del cerebro y microhemorragias.

En este caso, ese efecto secundario se produjo en un 24% de los casos y en un 3,7% fue grave, con tres fallecimientos que se consideraron relacionados con el tratamiento.

Los riesgos fueron mayores entre los pacientes con el gen APOE4, relacionado con un mayor riesgo de Alzheimer, por lo que Rabinovici cree que debe recomendarse hacer pruebas genéticas antes del tratamiento con anticuerpos monoclonales.

El donanemab debe limitarse a pacientes con niveles de tau de bajos a intermedios, lo que indica una enfermedad leve, mientras otros ensayos están evaluando la eficacia de los anticuerpos monoclonales en la fase inicial de la enfermedad, antes de que aparezcan los síntomas.

El experto destaca como una de las principales limitaciones del ensayo que sólo el 8,6% de los participantes estadounidenses no eran blancos, lo que plantea problemas éticos en cuanto a la "generalización de los resultados a las poblaciones de mayor riesgo".

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