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Cultura

Acostarse con Barceló y despertar con Canogar

Hoteles: lugares de paso para gente ocupada. Ocupada en trabajar; viajar; descansar; hacerse invisible. Gente entrenada en esto de hacer tiempo. Gente que necesita algo más que vidrios limpios, almohadas suaves, huevos tibios para el desayuno y música electrónica envasada. Pensando en ellos hemos hecho esta selección arbitraria de hoteles que destacan por sus magníficas colecciones de arte.

HM Jaime III: De Nam June Paik a García Alix. Ubicado en Palma de Mallorca, este hotel tiene una soberbia colección de arte contemporáneo conformada por artistas emergentes y consolidados. En sus espacios es posible ver desde piezas del padre del videoarte, Nam June Paik, obras del rompedor Antoni Miralda o fotografías de uno de los cronistas más poéticos de La Movida: Alberto García Alix. Pero también de Dennis Oppenheim, Santiago Sierra o Peter Zimmermann.

Hotel Majestic, un segundo Macba. El pintor Joan Miró fue uno de sus huéspedes históricos. Su estrecha vinculación con las artes plásticas le ha valido al Majestic el título del “hotel de las artes”. Esa denominación se consagró en 1997, cuando acogió una muestra de arte contemporáneo llamada New Art, en la que participaron grandes galeristas como Alcolea, Joan Prats o Juana de Aizpuru. Más de mil piezas notables de pintura, escultura y obra gráfica se distribuyen por todo el hotel: Tápies, Chillida, Saura, Guinovart, Miquel Barceló, Anish Kapoor, Richard Long y Richard Deacon.

Hotel… ¿O museo Bagues? Es un hotel joya. Se alza en un palacete de estilo romántico ubicado en el barrio gótico de Barcelona, muy cercano a la Catedral, el Liceu y el Mercado de la Boquería. Su primera planta acoge la Sala-Museo Masriera, espacio que expone parte de la colección de esta centenaria marca del mundo de la joyería catalana e internacional. Cada una de las habitaciones exhibe piezas y utensilios exclusivos de la Colección Masriera, lo que las convierte en pequeños museos privados de los que podrá disfrutar nuestros huéspedes.

Hotel Santo Domingo. Funciona  en un edificio histórico del siglo XVI que perteneció a la Santa Inquisición. Eso, de por sí, marca una diferencia. Este hotel madrileño destaca además por impresionante colección de pintura romántica madrileña del XIX, con obras de Federico de Madrazo, Antonio María Esquivel o Vicente Palmaroli.

Arai, ese discreto encanto Se encuentra en una antigua casa acomodada del siglo XVIII que forma parte del Patrimonio Arquitectónico, Histórico y Artístico de Barcelona. La denominada “casa dels quatre rius” (casa de los cuatro ríos), albergó hasta 1935 las sedes de l’Escola Massana y Foment de les Arts Decoratives, asociación que nació de la mano de algunos artistas e  industriales de la ciudad de Barcelona con la intención de revalorizar el arte y los oficios tradicionales. La fachada del hotel mantiene los esgrafiados originales, típicos de los edificios propiedad de la burguesía de la época.

Atrio, algo parecido al buen gusto. Antonio Saura es uno de sus visitantes asiduos. Ubicado en el interior de la ciudad amurallada de Cáceres, Atrio exhibe una sublime arquitectura obra de Louis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón Álvarez, maestros del diseño contemporáneo, quienes ganaron gracias a este edificio el Premio FAD de Arquitectura 2011. Su colección es sobria  y discreta, pero sobre todo buena: Sean Scully, Imi Knoebel o Baselitz.

Claris. Ubicado en L'Eixample, en el Palacio Vedruna de principios del siglo XX, la colección de arte del Claris consiste esencialmente en piezas egipcias pero también cuenta con mobiliario inglés de los siglos XVIII y XIX, kilims turcos del siglo XIX, esculturas y mosaicos romanos de los siglos II y III d.C,, grabados de Guinovart, grabados originales encargados por Napoleón en 1812 y esculturas indias y birmanas de los siglos V al XIII. Los "tesoros del Claris", que provienen en buena parte de la colección de su dueño Jordi los, conforman una selección de más de 400 piezas.

Buenos días, Vila Matas. Aquí las obras de arte no están colgadas: se pasean. En nada ha de extrañar a quien visita este hotel encontrarse con John Banville tomando el té en sus sillas. Es el hotel literario por excelencia. Por algo su nombre: el Hotel de las Letras.  El edificio está catalogado en el registro del patrimonio histórico de Madrid y data de 1917, es obra del arquitecto Cesáreo Iradier como residencia del Conde de Artaza y fue reformado para su uso como hotel en el año 2005  por los  Arquitectos Virginia Figueras y Franco Corada.

La Bienvenida, historia y arte a partes iguales. No tiene cinco estrellas, pero no las necesita. Le sobra el encanto. Se trata de una casa palacio del siglo XVII que se alza en medio de la plaza del pueblo de Bienvenida, junto a la altiva torre mudéjar, en la casi olvidada comarca de La Campiña Sur, en Badajoz, muy cerca de donde nació el pintor Francisco Zurbarán. En la decoración se ha utilizado, además de piezas tradicionales de la casa, arte contemporáneo de artistas españoles y portugueses, como Alcaraz y Diego Canogar.

 El Urban, de China a India. Ubicado en el centro de Madrid, el Hotel Urban combina la arquitectura y el diseño más vanguardista con exóticas y originales piezas de antiguo arte oriental y egipcio. En los distintos espacios del hotel, incluidas las habitaciones, se expone una colección de piezas egipcias, chinas, hindúes y africanas: figuras y tótems de Papúa Nueva Guinea de finales del siglo XIX, retratos chinos de los siglos XVIII y XIX, figuras hindúes del siglo XIX y maderas tropicales de Wengué.

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