Quantcast

Cultura

Ariel Rot, Madrid y la justísima reivindicación de Moris

Junto a otros artistas de renombre, Ariel Rot ha grabado una nueva versión de La ciudad no tiene fin, deliciosa aproximación a Madrid, sus barrios y sus calles.

Por eso, no resulta extraño que para celebrar sus 90 años en antena, Radio Madrid solicitara al guitarrista y cantante argentino la grabación de una canción que represente el espíritu de la ciudad de acogida del músico, y que la grabara junto a artistas que vivan Madrid como algo más que una canción. Así, Rot ha juntado a un elenco de nombres de postín como son De Pedro, Coque Malla, David Summers, Rosendo, Lichis, Álvaro Urquijo, Txetxu Altube o Miguel Ríos, entre otros, y juntos han grabado una nueva versión de La ciudad no tiene fin, deliciosa aproximación a Madrid, sus barrios y sus calles.

Cambiando Argentina por España

Hasta aquí todo normal, salvo por el punto que esperemos no pase desapercibido. Y es que la canción La ciudad no tiene fin fue compuesta y grabada a finales de los años 70 por un histórico músico que también había llegado procedente de Argentina, Mauricio Birabent, más conocido como Moris.

Ese es, además de la excelencia de la canción en sí, el acierto de Rot. Haber elegido a un compositor no nacido en Madrid pero que encontró en España un lugar de acogida en el que continuar desarrollando su visión del rock and roll, hasta convertirse en un clásico indiscutible de la aceptación del rock cantado en castellano en los primeros años de la transición. Pionero del rock argentino, debutó allá en su Buenos Aires natal en 1966 con su grupo Los Beatniks. Iniciada su carrera en solitario y conseguido el éxito con su composición Ayer Nomás, popularizada por la banda Los Gatos, de sus buenos amigos y grandes músicos Ciro Fogliatta y Litto Nebbia, abandonó Argentina en 1975 por los problemas políticos y sociales que anticipaban la llegada de la dictadura. Asentado en una escena musical española que daba sus primeros pasos en libertad, Moris facturó discos como su histórico Fiebre de vivir, en el que tocaba la guitarra el propio Ariel Rot. Canciones como Zapatos de gamuza azul, su versión del Blue Suede Shoes de Carl Perkins, o la energética Sábado a la noche han sido bailadas por más de una generación, sin saber en muchos casos que era Moris quien estaba detrás de ellas. Vuelto a Argentina durante los 80, cuando la música del momento comenzó a arrinconarle, ha continuado grabando discos, actuando junto a su hijo, el también músico Antonio Birabent y recordando que canciones como El Oso tienen un lugar en la pequeña o gran historia del rock cantado en español.

Si el hecho de que Ariel Rot haya tomado prestada su canción, o que uno de los grupo fetiches del nuevo rock’n’roll underground de la actualidad, como son los donostiarras Lie Detectors, toquen en directo canciones suyas y le reivindiquen, supone una recuperación en toda regla de su figura, es algo que debería ser celebrado por todo buen aficionado.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.