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Internacional

El panorama político latinoamericano: continuismo, centrismo y clases medias

Cumbre de presidentes y representantes de gobierno latinoamericanos en junio de 2012

Entre 2013 y 2016 la mayoría de los países latinoaméricanos -17 de los 18, todos salvo México- tendrán que enfrentarse a unos comicios que renovarán sus poderes ejecutivos y legislativos. La tendencia observada en los últimos años apunta a que habrá pocos cambios: se apuesta por el continuismo, se imponen las tendencias de centro y, si no se experimentan cambios económicos importantes, las clases medias seguirán creciendo, según el último informe del Centro de Ideas, Análisis y Tendencias de la consultoría Llorente & Cuenca

Después de analizar el panorama político desde el año 2000, algunas teorías apuntaban a que America Latina había experimentado primero un giro hacia la izquierda (2002-2008) tras las victorias de Hugo Chávez en Venezuela, Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Michelle Bachelet en Chile, Rafael Correa en Ecuador o Daniel Ortega en Nicaragua, entre otros ejemplos, para después virar hacia tendencias más de derechas entre 2009 y 2012, con el acceso al poder de Sebastián Piñera en Chile, Ricardo Martinelli en Panamá o Porfirio Lobo en Honduras. 

Sin embargo, según expone el informe de d+i, ni una cosa ni otra pueden ser asumidas, ya que "en Latinoamérica existen tres tendencias políticas y electorales que conviven, aunque en algunos momentos unas pesen más que otras". La primera de ellas es la consolidación del nacionalismo populista , ese 'socialismo del siglo XXI' o 'chavismo' que inició Hugo Chávez y al que luego le salieron aliados como Evo Morales, Rafael Correa o Daniel Ortega. 

Algunos hablan de un giro a la izquierda entre 2002 y 2008 para luego situar uno nuevo hacia la derecha entre 2009 y 2012

Además, está el avance del centroderecha. Desde la consultoría ponen en duda el primer viraje a la izquierda defendiendo que si hubiera existido como tal en el período señalado, no se entiende que el PAN mexicano gobernara el país desde 2000, ni por qué lo hace Uribe en Colombia desde 2002. 

Por último, se enumera la fuerza de la izquierda moderada y reformista, argumentando que ese giro puede suponer que se caiga en una simplificación al poner en el mismo saco experiencias políticas tan diferentes como la de Bachelet o Lula da Silva y Dilma Rousseff. 

Continuismo y reelección

Uno de los aspectos más observados en el análisis es la clara tendencia al continuismo, que junto con el predominio de las victorias de centro, marcaron el pasado 2012. La permanencia en el poder se ha visto favorecida por la bonanza económica de la zona, que a su vez ha permitido que los gobiernos pongan en marcha programas sociales que han logrado que sectores desfavorecidos de la población abandonasen la pobreza para integrarse en una incipiente clase media. 

Ejemplos de este continuismo aparecen en República Dominicana, con el triunfo del oficialismo de Daniel Medina, o en Venezuela, con la reelección de Hugo Chávez y el posterior apoyo también a Nicolás Maduro. 

Venezuela es la única que permite la reelección indefinida, mientras que México, Guatemala, Honduras y Paraguay no contemplas en sus constituciones la opción de mandatos sucesivos

Sin embargo, la opción de ser reelegido para sucesivos mandatos presidenciales no aparece recogida en todas las constituciones de los países de América Latina. Hay que remontarse a la década de los 90, según el informe, para encontrar los primeros ejemplos de países donde empezó a triunfar esta tendencia, como son la entonces Argentina de Carlos Medem y el Perú de Alberto Fujimori. Posteriormente se unirían Brasil y Venezuela, y ya en la siguiente década, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. 

Queda patente que los mandatarios en ejercicio aspiran a seguir en el poder por uno o varios períodos más y en la mayoría de los casos salen triunfantes. Pese a sus anhelos, los requisitos para la reelección en cada país refleja un mapa heterogéneo, donde sólo Venezuela permite la reelección indefinida, mientras que Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Nicaragua y Ecuador la autorizan aunque con límites temporales. Otros países como Chile, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay sólo permiten que se acceda de nuevo al poder después de transcurridos al menos uno o dos mandatos. Finalmente, México, Guatemala, Honduras y Paraguay prohíben de plano cualquier continuidad al frente del país. 

Tendencias para los próximos cuatro años

En la carrera electoral que se vivirá en los próximos meses, el informe de d+i destaca que se podrán observar diferentes tendencias en la reelección. Hay un grupo de presidentes en ejercicio que aspiran a ser reelegidos, como han sido Rafael Correa y Evo Morales, y como puede serlo Dilma Rousseff, que puede verse afectada por la pérdida de popularidad de los últimos días con las protestas en Brasil. También sería el caso de Juan Manuel Santos o Cristina Kirchner. 

En los próximos años habrá presidentes que busquen permanecer en el cargo, expresidentes que quieran regresar a él, e incluso esposas de presidentes que pretendan suceder a sus maridos

Por otro lado, también habrá expresidentes que busquen regresar al poder en aquellos países que no permiten una reelección continuada, como Michelle Bachelet en Chile, Tabaré Vázquez en Uruguay o Alan García y Alejandro Toledo en Perú. 

Además, existe otra tendencia que apunta a las esposas de presidentes con aspiraciones a suceder a sus maridos, donde la actual presidenta argentina fue el primer exponente. Del mismo modo, en Perú aparece con fuerza la figura de Nadine Heredia, esposa de Ollanta Humala, o Xiomara Castro, mujer de Manuel Celaya, en Honduras.

Este continuismo evidencia además una escasa o casi nula oposición a los regímenes que están en funciones, y la concentración de poderes constitucionales en la figura del presidente puede dar lugar al 'hiperpresidencialismo, que puede conllevar el reeleccionismo contínuo. "El reto a corto plazo para los países latinoamericanos es fortalecer las instituciones políticas para preservar la democracia", concluye el informe.  

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