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La Galería Canalejas acoge la última apuesta de Grassy en compañía de Rolex

La nueva milla de oro del lujo de la capital alberga un espacio que recrea a la perfección el estilo y el espíritu de una asociación que comenzó hace 55 años.

Boutique de Rolex en la Galería Canalejas, en Madrid

Pocos como Yann Reznak conocen y han vivido la evolución de Rolex en España. De hecho, la relación de la Joyería Grassy con la firma relojera se inició “hace 55 años, en nuestro espacio de Gran Vía”. Ahora, Grassy –que también cuenta con otro espacio en Ortega y Gasset, donde Rolex está desde hace 20 años– está al frente de otro ambicioso proyecto: la apertura de la boutique Rolex en Galería Canalejas, el nuevo espacio de marcas de lujo en Madrid. Un proyecto que, como define Yann Reznak, “nació hace tiempo y ha sido más largo de lo esperado –la primera reunión fue en 2015 o 2016–, pero debo decir que cuando vi los planos no dudé un instante, y además tenía claro que el local en el que ahora está la boutique era el que quería. Tenía claro el proyecto Canalejas: llevando Grassy 70 años en Gran Vía, Madrid se merece otro foro de lujo que no sea el barrio Salamanca. Y creo que lo estamos consiguiendo. Hay más hoteles y nuevos proyectos, hay una restauración renovada y la que está por llegar, como la encabezada por el Grupo Paraguas en el antiguo edificio de la Unión y el Fénix… Esta zona, además, tiene una riqueza importante arquitectónicamente y es el eje del centro de la ciudad. Cierto que hay un comercio más tradicional, más popular a nuestro alrededor, pero esto también se ve en algunas ciudades del mundo, donde conviven perfectamente con marcas de lujo. Creo que esta apuesta es buena porque, además, yo apoyo totalmente a la Gran Vía, y en segundo lugar, porque apoyo a Rolex”.

Yann Reznak posa a la entrada de la Boutique Rolex, que destaca por el mural verde esmeralda con un motivo de olas que evoca al icónico Oyster.

Y Reznak recuerda como fue el proceso previo: “Primero reservé el local, y cuando ya tuve garantías de que ese local era para nosotros fui a hablar con la dirección de Rolex… y desde el primer día una sintonía perfecta”. El resultado es un espacio “de 75 metros cuadrados, con cinco escaparates, uno de ellos circular que recuerda la ‘proa’ de nuestra joyería de Gran Vía”. Un espacio que se visualiza desde cualquiera de los accesos a la Galería Canalejas y que invita al cliente a sumergirse en el universo Rolex, algo que ya se muestra en los escaparates exteriores que presentan unos decorados muy especiales. Y se prolonga con el mural verde esmeralda con un motivo de olas que evoca al icónico Oyster, que se encuentra nada más entrar a la boutique. Este verde intenso se repite por todo el espacio Rolex, como las lámparas inspiradas en la lente Cyclops de los relojes; la calidez de la madera de nogal y el terciopelo o el estuco que representa el edificio Grassy de la calle Gran Vía son algunos detalles que muestran el trabajo decorativo realizado en el espacio. Y es que Yann Reznak tiene claro el efecto de vaso comunicante entre ambos, porque “aunque aquí apostamos por otro tipo de cliente, no es menos cierto que existe una zona residencial importante (Letras, Salesas y Chueca) que puede que ahora se decante también por venir aquí, donde además se va a concentrar un número importante de marcas de lujo”.

Las paredes de la boutique combinan texturas que van desde la madera de nogal al mármol travertino o el estuco.

Sea como fuere, lo que está claro es que esta boutique Rolex será una de las grandes protagonistas… lo que lleva a preguntar a Yann Reznak qué diferencia a los compradores de Rolex: “Que son rolexistas’. Podemos decir que ahora tenemos una clientela que se divide en dos tipos: el cliente que solo quiere Rolex y luego un grupo creciente de coleccionistas, de gente muy relojera, que compran otras marcas y que han incluido a Rolex en sus preferencias. Lo que es indudable es que en Rolex, como en otras grandes firmas, también ha desaparecido la venta espontánea, porque estamos ante gente cada vez mas experimentada, con un mayor conocimiento y también mayor exigencia”. Esa es una de las virtudes de una marca que, además de objeto de deseo, es quizás uno de los mejores bienes refugio por su revalorización.

En el salón privado, se conjuga la madera con los sillones de terciopelo y una biblioteca.

Pero, además, da otras claves para entender una marca que tiene su propia filosofía vital: “Rolex está claro que es pionero en innovación; no hablo de diseño, sino del ADN que ha conservado desde su origen con aquella caja hermética, del impulso dado a sus manufacturas, de las patentes… Ha conseguido verticalizar su fabricación superando en calidad y prestaciones a lo anterior, mejoras que además no afectan demasiado a sus precios, que siempre intentan contener”. Lo resume en una frase que siempre dicen en Rolex: “Es una evolución sin revolución”, y él apostilla: “Yo siempre digo que un Rolex es un reloj que no va a acabar en la mesilla de noche, no va a acabar metido en un cajón”.

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