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España

La tragedia de Melilla empaña el único gran logro de Sánchez con el giro sobre el Sáhara

En total, las llegadas de inmigrantes a España han caído un 25%, según el balance anual de Interior publicado el 31 de diciembre. Sin embargo, el "único" éxito palpable en la nueva relación con Rabat ha quedado enturbiado por la tragedia de Melilla del 24 de junio

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en el Congreso
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en el Congreso Europa Press

Salvado por la campana. Esta última quincena del año ha 'maquillado' la mala imagen del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en un año negro para él por las críticas a su gestión, sobre todo con la crisis de Melilla. Los datos de inmigración ilegal han caído en toda España un total de 25,6%, pasando de 41.945 en 2021 a 31.219 este año, según el informe quincenal del ministerio del Interior sobre inmigración irregular. Un dato, el único positivo del giro de Sánchez con el Sáhara, que, sin embargo, se ha visto empañado por la tragedia de Melilla del pasado 24 de junio.

Pese a que el acuerdo con Marruecos, por el que España reconocía la soberanía marroquí sobre el Sáhara (foco de tensiones constantes e históricas entre el país del Magreb y Argelia), haya conseguido reducir en 10.726 el número de inmigrantes ilegales, tanto por vía marítima como terrestre, la realidad es que este dato ha tratado de 'salvar' la perjudicada reputación de Marlaska, tarea compleja porque la crisis de Melilla ha pasado demasiada factura al ministro.

Concretamente, por vía marítima la inmigración ha caído en toda España un 27,9%, un 25,3% en Península y Baleares, 29,7% en Canarias y un 69,3% en Ceuta. Sin embargo, eso sí, las llegadas a Melilla a través del mar, han aumentado en un 333%: han pasado de 39 llegadas en 2021 a 169 en este 2022, 130 más. Por su parte, por vía terrestre han aumentado en los dos casos que presenta el informe: un 47,9% en Ceuta y un 7,6% Melilla.

El único gran logro del acuerdo con Marruecos

El pasado 14 de marzo se produjo un giro histórico en la política exterior. Ese día, Pedro Sánchez, envió una carta a Mohamed VI que inauguró "una etapa sin precedentes en las relaciones entre los dos países". El acercamiento tenía un precio: Moncloa ponía fin a la postura neutral de España en el conflicto territorial entre Marruecos y el Sáhara Occidental. A cambio, los dos países pactaron una hoja de ruta con beneficios mutuos: control migratorio, normalización de la circulación de personas y mercancías, reactivación del grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos... 

Mientras que para Marruecos este acuerdo ha sido un tanto positivo para su político, España no va a conseguir un rédito económico inmediato, como explicó en su día Irene Fernández-Molina, profesora de relaciones internacionales en la Universidad de Exeter (Inglaterra) y experta en el Magreb. Apuntó también que el control migratorio es uno de los pocos compromisos que sí se está materializando: mientras que Marruecos se beneficia 'a lo grande' con este acuerdo, nosotros solo hemos conseguido reducir el porcentaje de inmigración, un logro empañado por la crisis de Melilla del 24 de junio.

Ese día, al menos 23 migrantes y refugiados sudaneses murieron intentando cruzar el puesto fronterizo entre Nador y la ciudad española. Un reportaje de la BBC denunció que los agentes marroquíes respondieron de manera desproporcionada y traspasaron la frontera para repeler la avalancha migratoria. Otra investigación, llevada a cabo por la ONG Lighthouse Reports, de la mano de varios periódicos, concluyó que al menos un joven inmigrante murió en suelo español. La gestión de la crisis migratoria en este puesto fronterizo ha puesto en muchos apuros al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que insiste en que ninguna muerte se produjo en territorio nacional y defiende la actuación "proporcionada" de la Guardia Civil durante el salto masivo.

La crisis de Melilla le pasa factura a Marlaska

Pese a los esfuerzos de Marlaska por limpiar su imagen (especialmente perjudicada por la crisis de Melilla) y el "éxito" del acuerdo con Marruecos por el que se han reducido notablemente las llegadas de inmigrantes ilegales, la realidad es que las crisis han pasado factura al ministro y ha batido todos los récords de Transparencia, como ya adelantamos en Vozpópuli.

Solo hasta octubre, último mes del que se tienen datos este año, Marlaska ha acumulado 100 reclamaciones únicamente en el apartado de estimadas, es decir, en las que se le daba la razón al usuario. Además, a estas 100 denuncias "aceptadas", habría que añadirles las del apartado de estimadas por motivos formales, las archivadas y las inadmitidas. Se trata de un récord, no solo por la comparación con el año anterior (entonces solo se registraron 72 resoluciones estimadas en contra de Interior), sino en relación al resto de ministerios.

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  • E
    Eduardo-0

    Se han regularizado millones de ilegales. Con ese panorama cualquier africano percibe como asumibles los riesgos de invadir otro país a cambio de escapar del suyo.

  • U
    unidospode0S

    El MarruecosGate de Bruselas acabará explicando por qué Augusto se arrogó vender a quienes no eran sus esclavos.
    ¡Mira que lo tiene fácil cualquier partido antiSánchez!
    Pero no confío en ellos, son lo mismo pero en la derecha.