El Gobierno de coalición, que antes de llegar a la Moncloa era muy crítico con el enchufismo y los nombramientos a dedo, parece que ha caído en una especie de amnesia y ya no parece importarles poner en puestos de poder a los suyos. El último escándalo, el del marido de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño: la que fuera secretaria de Estado de Economía desde junio de 2018 hasta mayo de 2021 y actual presidenta del organismo, Ana de la Cueva Fernández, incorporó a su equipo el pasado 6 de diciembre al marido de la ministra, Ignacio Manrique de Lara, puesto en el que cobrará más que 17 millones de españoles.
Ahora, y pese la política de azotar siempre al enchufismo, desde Unidas Podemos y PSOE hacen la vista gorda a estas puertas giratorias. El marido de Calviño es solo el último caso de saltos de trampolín entre las personas de confianza de los miembros del Gobierno. En septiembre, era otro marido de una ministra el que encontraba un buen puesto de trabajo. Mariano Bacigalupo, marido de Teresa Ribera, fichó ese mes como consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Aunque Bacigalupo acumula "amplia experiencia en organismos públicos de regulación", como se lee en su currículum, y no habría tenido mayor problema para encontrar un trabajo bien remunerado en el sector privado, nunca había trabajado en el complejo mundo de los mercados bursátiles y financieros, que son los que vigila la CNMV. Y aquí es donde está el problema: seguro que había candidatos mejor preparados para el puesto. En su caso, la polémica venía de lejos: en el año 2018, año en el que su mujer se convirtió en ministra, Bacigalupo ocupaba un puesto de consejero en la Sala de Supervisión Regulatoria de la CNMC, departamento que se encarga de analizar la regulación que dicta precisamente el Ministerio de Transición Ecológica.
La oposición parlamentaria y algunas empresas energéticas no tardaron en alertar de una incompatibilidad bastante evidente. A Bacigalupo le tocaba opinar sobre leyes y normas promovidas por su mujer. El jurista optó por seguir en el cargo y Sánchez no puso reparos. Poco a poco, además, ambos matrimonios fueron afianzando una relación personal. Ante las críticas, Sánchez decidió poner fin a la incompatibilidad de Bacigalupo en la CNMC con un nombramiento también polémico en la CNMV.
Dolores Delgado, Tezanos...
También polémico fue el caso de la que fuera Ministra de Justicia, Dolores Delgado. El 13 de enero de 2020 dejó su cartera. El mismo día de su cese, Sánchez la propuso como candidata a fiscal general del Estado. Días más tarde, el CGPJ avaló su nombramiento como fiscal general por doce votos a favor y siete en contra. El principal argumento en contra de la mayoría de los que lo rechazaron fue que no había solución de continuidad entre su puesto como miembro del Gobierno y su nombramiento como fiscal general, lo que podría hacer percibir a la ciudadanía una falta de independencia del Ministerio Fiscal.
El 19 de julio dimitió de este cargo por motivos de salud y personales. Tras su dimisión, y después de unos meses de dudas sobre su futuro, Delgado pidió ascender a la máxima categoría de la Fiscalía. Unos días más tarde, fue nombrada fiscal jefe de Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, algo que fue considerado por varias voces como una devolución de un favor que hizo a Álvaro García cuando le ascendió a fiscal general tras su salida. La polémica fue tal que varios fiscales estallaron contra García tras el 'dedazo' de Delgado, al que definieron como "despropósito".
Años atrás, en el año 2018, fue también muy debatido el nombramiento de José Félix Tezanos como presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en sustitución de Cristóbal Torres Albero. ¿El problema? Era militante del PSOE y de la UGT, y fue uno de los autores y coordinadores del proyecto político de Pedro Sánchez para las primarias de mayo de 2017, "Por una nueva socialdemocracia", en las que recuperó el liderazgo del partido. Además, en el momento de su elección, era secretario de Estudios y Programas de la Comisión Ejecutiva Federal.
No son estos los únicos casos de enchufismo de Sánchez y el resto de su séquito, que hace años combatía los dedazos y defendía la meritocracia prometiendo que acabaría con "la impunidad de las élites financieras" y "echar el candado a las puertas giratorias". De hecho, según informó el periódico 'La Información' el Supremo investigará la designación a dedo de 35 altos cargos del Gobierno.
El gabinete de Pedro Sánchez decapitó al presidente de Indra y sentó en el consejo de administración de Red Eléctrica a dos personas de la órbita socialista, sin experiencia en el sector. Su propia esposa también fue 'premiada' con un puesto de trabajo cuando Sánchez llegó a Moncloa, concretamente en el Instituto de Empresa para dirigir el Centro de Estudios Africanos. O el caso de Rosa María Mateo como presidenta de RTVE. O el de José Manuel Serrano, ex jefe de gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, como presidente de Correos.