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El jefe de la Sanidad Militar fue cesado tras parar una vacunación con AstraZeneca

El general Conde autorizó unas dosis para la Armada el 9 de abril y cuatro días después tuvo que rectificar. Robles no quería que se pusieran vacunas en los cuarteles generales tras la polémica de enero con el Jemad

El jefe de la Sanidad Militar fue cesado tras parar una vacunación con AstraZeneca
La ministra de Defensa, Margarita Robles, tras vacunarse con AstraZeneca.

La vacunación con AstraZeneca del personal militar entre los 60 y 69 años destinado en el cuartel general de la Armada está detrás del fulminante cese del inspector general de Sanidad Militar, el general de división médico Antonio Ramón Conde Ortiz, por orden de la ministra de Defensa, Margarita Robles, según han informado fuentes militares a Vozpópuli.

Los hechos que han desencadenado la destitución del general Conde se produjeron entre el 9 y el 13 de abril. Tras la Semana Santa, desde la Inspección General de Sanidad de Defensa (Igesan) se fue actualizando la estrategia de vacunación con AstraZeneca a medida que el Ministerio de Sanidad cambiaba de criterio por los casos de trombos asociados a este medicamento.

Fruto de estos vaivenes, Igesan se encontró que había administrado 40.000 primeras dosis a militares de las Fuerzas Armadas menos de 60 años, quienes están ahora a la espera de ver qué ocurre con la segunda dosis de AstraZeneca. Tras la nueva franja de edad de 60 a 69 años impuesta por Sanidad, el general Conde comunicó las novedades por escrito a la Armada el 9 de abril.

Las citadas fuentes creen que la misma información sobre AstraZeneca se transmitió a Tierra y Aire, pero este periódico no ha podido confirmar dicho extremo. El departamento de comunicación del Ministerio de Defensa evitó el martes responder a las preguntas que le trasladó Vozpópuli sobre esta cuestión.

La contraorden sobre AstraZeneca

En la Armada, los militares que se iban a beneficiar del fármaco por tener entre 60 y 69 son, en su mayoría, almirantes y vicealmirantes que están destinados en el cuartel general ubicado en Madrid, junto a la plaza de Cibeles. Así que el director de Sanidad de este ejército derivó buena parte de los viales de AstraZeneca a estos oficiales de alta graduación que trabajan en despachos y se encuentran, por tanto, lejos de las bases navales, de los despliegues de la flota o de las misiones de paz en el exterior, donde las vacunas son más necesarias.

Las dosis se administraron en los días siguientes, inclusive durante el fin de semana, hasta que el 13 de abril por la tarde hubo una contraorden del general Conde en la que excluyó al personal del cuartel general. La decisión de paralizar las inyecciones de AstraZeneca en ese lugar de la Armada, cuando ya solo faltaban una veintena de altos mandos por recibirla, se comunicó de manera verbal.

En el fondo de este asunto está, según las citadas fuentes, el deseo de Robles de evitar polémicas como la del Jemad Miguel Ángel Villarroya, quien se vio obligado en enero a dimitir tras descubrirse que había sido el primero en vacunarse en el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), cuya estructura orgánica se asemeja mucho a la del cuartel general de un ejército.

Desde entonces, Igesan ha estado en el ojo del huracán. Una duda sin aclarar es si habían llegado las 370 vacunas Pfizer al EMAD cuando se elaboró la orden interna de Villarroya el 12 de enero o si fue a posteriori. En el escrito de la Subsecretaría que dirige Amparo Valcarce del día 13 de enero, en el último párrafo se autorizaba a las unidades a ponerse en contacto con el área del general Conde para solicitar las dosis que iban a necesitar los sanitarios de cada ejército.

Eso quiere decir que si el día anterior ya había 370 dosis en el Estado Mayor, una cifra considerable para aquel momento dentro de las FFAA cuando solo se vacunaba en las residencias de ancianos, el cargamento de viales se pudo gestionar entre el EMAD e Igesan por otro conducto reglamentario y sin el aval del Ministerio de Defensa.

Las citadas fuentes aseguran que en los últimos meses han existido "sucesivas fricciones" entre la cúpula de Defensa e Igesan por la estrategia de vacunación contra la covid-19 dentro de las FFAA. "La gota que ha colmado el vaso ha sido una serie de errores en la distribución de las vacunas a la Armada", subraya un alto mando a Vozpópuli tras conocer el inesperado cese del general Conde -quien llevaba menos de dos años en el cargo y ahora pasa a la reserva-. Todo por culpa de las dosis de AstraZeneca a los más veteranos de la Armada.

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