Reynders, sobre Puigdemont: "Las euroódenes se pueden mejorar, pero nadie ha dicho cómo"

La visita del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, a España para impulsar la renovación de CGPJ ha sacado del baúl al viejo fantasma de la situación procesal del expresidente de la Generalitat, Carlos Puigdemont. Al ser preguntado por este caso, el comisario ha aclarado que las euroórdenes pueden mejorar, pero nadie ha dicho cómo hacerlo. Los tribunales belgas han dilatado su decisión sobre la entrega a España de Puigdemont tras la decisión de Alemania de no entregarle por el delito de sedición, pero sí por el de malversación.

"Quizá sí puedan realizarse mejoras en el procedimiento de las OEDE", ha asegurado durante un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum el comisario, de visita en Madrid para tratar de ayudar a desbloquear la renovación de la cúpula del Poder Judicial.

El comisario de Justicia, que ha señalado que "dependerá de los jueces" de los tribunales europeos el "destino final" de Puigdemont, ha reivindicado que la euroorden es una "norma muy eficiente" en Europa, "uno de los avances más importantes" implantados a nivel comunitario "para perseguir delitos y dar lugar a una gran colaboración entre los Estados miembros" de la Unión Europea (UE).

Propuesta concreta de mejora

Para reformar las euroórdenes, ha enfatizado Reynders, hay que hacer una "propuesta concreta" y que luego sea "avalada" por una mayoría en el Parlamento. "Evidentemente lo vamos a tomar muy en serio, pero de momento no he recibido medidas concretas", ha dicho.

El comisario ha precisado que en esta cuestión hay "distintas opiniones", por lo que ha explicado que primero debe haber un "apoyo real" en el Parlamento y "luego entrar en conversaciones con los Estados miembros para ver si ellos quieren también cambiarlas".

Respecto a Puigdemont, y a la espera de que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) se pronuncie tras rechazar Bélgica la euroorden, ha afirmado que las decisiones del TJUE son "vinculantes para todo el mundo", al tiempo que ha recordado que el Derecho comunitario tiene "primacía" sobre el de los países miembros.