Política

Pedro Sánchez baraja situar a Zapatero como cabeza de lista en las elecciones europeas

El nombre del expresidente del Gobierno está encima de la mesa de los gurús de Moncloa, que le ven como un activo capaz de taponar fugas de voto a la izquierda del PSOE

Pedro Sánchez (i) y José Luis Rodríguez Zapatero.
Pedro Sánchez (i) y José Luis Rodríguez Zapatero. EUROPA PRESS / Jesús Hellín.

Pedro Sánchez tiene un plan encuadernado en su despacho con un título corto pero de sobra conocido por los españoles: 'ZP'. El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero aparece como una de las opciones de Sánchez para encabezar la lista del PSOE en las elecciones europeas del próximo 9 de junio, según ha sabido este diario por varias fuentes socialistas.

Aunque el relato que hace cada una varía. Dos de ellas, muy bien conectadas con el expresidente y con el partido en Bruselas, explican que la opción Zapatero surge del propio equipo de Pedro Sánchez en Moncloa, que ve al expresidente como un activo capaz de taponar fugas de voto a la izquierda del PSOE dadas las simpatías que levanta entre los electores de Sumar, Podemos y otras opciones más escoradas que la socialista.

Y otra, conocedora de los entresijos de Moncloa, asegura que es el propio expresidente quien se ha ofrecido a Sánchez para liderar la candidatura de su partido en esos comicios, que se antojan claves para el devenir del PSOE. Este diario se ha puesto en contacto con el expresidente para recabar su versión, así como con la secretaría de Estado de comunicación. Pero no ha obtenido respuesta al respecto.

El fiel escudero de Sánchez

En caso de que haya sido Zapatero quien haya decidido a retomar la primera línea de la actividad política y batirse de nuevo en unas elecciones, no habría precedentes. Precisamente ese es uno de los puntos que comenta una de las fuentes consultadas, que descartan que Zapatero esté pensando en estos momentos en volver precisamente por ello. Aunque también le ven lo suficientemente animado y entregado como para plantearse el reto. Zapatero es un buen escudero del Gobierno de Sánchez, al que defiende cada vez que tiene ocasión. Bien sea en entrevistas o en mítines, a los que acude con bastante asiduidad.

Si bien Sánchez no ha decidido aún quién será el cabeza de lista de la candidatura socialista el próximo 9 de junio, lo cierto es que el equipo de artificios del presidente quiere dar un golpe de efecto dado el carácter crucial de la cita europea para los socialistas tras los varapalos de las elecciones gallegas, la eclosión del 'caso Koldo' y el atasco en la aprobación de la Ley de Amnistía. Tener a Zapatero en el cartel podría aportar cierta solidez a la candidatura socialista, necesitada más que nunca de un aldabonazo que supere todas las adversidades que la marca PSOE está atravesando desde el arranque de la legislatura.

Como tantos otros procesos en el PSOE, el de la confección de las candidaturas se ha visto perturbado especialmente por el estallido de la trama del presunto cobro de comisiones por los contratos de suministro de mascarillas desde el Ministerio de Transportes, convertida en el plano político en una guerra abierta entre el exministro y ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos con la plana mayor de un partido cuyos entresijos conoce como pocos.

José Luis Rodríguez Zapatero, en un acto del PSOE.

De hecho, antes de su paso al Grupo Mixto, tras negarse a entregar el acta como le requirió la ejecutiva federal del PSOE, Ábalos había expresado al entorno de Sánchez su interés en integrar las listas al Parlamento Europeo ocupando en ellas un puesto de salida. Las motivaciones por las que el expresidente Zapatero querría retomar la actividad política, ahora en el Europarlamento, son bastante concretas según el relato de una de las fuentes: por una parte, el que fuera líder del PSOE concibe estos comicios como una prueba de fuego para tratar de poner freno en el continente a la supuesta 'ola reaccionaria' tantas veces esgrimida por el propio Sánchez, incluso con ocasión de su discurso de balance del semestre de presidencia española de la UE en la Cámara de Estrasburgo.

Pero sobre todo Rodríguez Zapatero tiene un enorme interés en extender al ámbito europeo su labor de lobby en la interlocución que mantiene desde hace años en Iberoamérica, singularmente mediante su rol de representante de los intereses del llamado Grupo de Puebla y su continuada labor de legitimación del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Además, en el equipo del presidente ven a Zapatero como un aliado para defender la amnistía en las instituciones europeas, ahora que la medida de gracia está siendo tan vigilada en Europa. No obstante, algunas voces apuntan que las instancias europeas difícilmente admitirían la opción de que el expresidente se sirviera de algún modo de las instancias europeas para ejercer una labor de representación táctica de los intereses chavistas o de China, que también figuran en la agenda de Zapatero.

El equipo del jefe del Ejecutivo cree que el peso y la reputación de un expresidente del Gobierno puede terminar de convencer a los aliados comunitarios para no mostrar objeción alguna. El próximo 14 de marzo se cumple el vigésimo aniversario de la llegada del expresidente al poder. Ya la 'zapateromanía' se ha desatado en Ferraz, que saca pecho del legado progresista que inspira ahora a la actual ejecutiva socialista.

De hecho, quienes en el PSOE critican las intenciones de Zapatero objetan que "la pretensión del expresidente nada tiene que ver con matar el gusanillo de la política activa, sino con trasladar al corazón de la UE sus negocios en Iberoamérica valiéndose de las propias instituciones europeas para promocionar sus intereses y de aquellos a los que representa".

Dos semanas de incendios

Entre los factores que juegan a favor de que Sánchez dé el plácet al planteamiento de Zapatero se cuenta la buena entrada de este en el espectro que se sitúa a la izquierda del PSOE, por lo que el cartel electoral del expresidente sería un reclamo electoral que permitiría recuperar músculo al bloque de la coalición de gobierno, muy tocado por los continuos incendios en las filas socialistas, pero también por el fracaso de Sumar el pasado 18 de febrero en Galicia, donde no ha logrado obtener representación parlamentaria.

En el lado opuesto, el PP prevé confiar en la experiencia europea de Esteban González Pons, sobre cuyas tablas en la UE el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha fundamentado su proyección europea como eventual gobernante de futuro en la certeza de que el recorrido de la legislatura será corto pese al continuo ejercicio de voluntarismo de Sánchez.

"Zapatero es un guía moral para este partido. Y él está dispuesto a echar un cable. Tiene ánimo y energía", explican en la planta noble de Ferraz sobre su implicación con la camiseta del PSOE. El expresidente socialista es uno de los grandes apoyos de Sánchez en su política de pacto con la izquierda a la izquierda del PSOE y con el independentismo catalán frente a la 'vieja guardia'. Si Felipe González y Alfonso Guerra se despacharon a gusto contra el líder de su partido por coquetear con amnistiar a los independentistas, Zapatero es la red de seguridad de Sánchez. Moncloa tardó en darse cuenta de que 'ZP' es un activo 11 años después de abandonar la presidencia. Solo falta ver si, finalmente, Sánchez le pedirá que juegue su último partido.

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