Política

Puigdemont descose el Frankenstein: exprime a Sánchez hasta el final y deja a PNV y ERC como comparsas

Junts marca distancias con ERC y somete al PNV a una negociación de nervios en la que además pierde la prevalencia de los convenios autonómicos al decaer el decreto del desempleo

Puigdemont descose el Frankenstein: exprime a Sánchez hasta el final y deja a PNV y ERC como comparsas
El ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban. Eduardo Parra/Europa Press

La rocambolesca aprobación de los decretos económicos del Gobierno en el Congreso han sido reveladores tanto para la coalición como para los aliados que le acompañan desde la moción de censura. Por un lado, Pedro Sánchez ha descubierto que no está en legislatura pasada y que Carles Puigdemont y Podemos no lo se lo van a poner fácil. Por otro, ERC y PNV han quedado reducidos a "meras comparsas" ante al estilo de negociación kamikaze de Junts per Catalunya (JxCAT), según explican fuentes parlamentarias a Vozpópuli.

La mayoría Frankenstein de Sánchez -término acuñado por Alfredo Pérez Rubalcaba- ha quedado reducida a escombros tras lo ocurrido este miércoles en el Congreso. Puigdemont ha roto el equilibrio que existía desde el 2018, porque hay demasiados actores con intereses contrapuestos peleando por votantes similares en comunidades autónomas con elecciones a la vuelta de la esquina. Por si fuera poco, Podemos también ha salido de la ecuación y vuela libre.

Puigdemont oposita a quedarse con el pastel en cada iniciativa que pretenda aprobar el Gobierno, como ha ocurrido en el desenlace kafkiano de las votaciones sobre el decreto ómnibus de finales del año pasado.

Las dos derrotas del PNV

El PNV es el partido que sale más tocado. La ansiedad y el vértigo de la negociación es todo lo contrario al estilo de la formación nacionalista vasca, amigo de pactos discretos y pocas palabras y aspavientos. Hacía ya días que el entorno del PNV andaba "nervioso". Veía a Junts dispuesto a tumbar los decretos "sin miramientos". De hecho, estaban convencidos de que las medidas iban a decaer en su totalidad.

Toda esta inestabilidad no gusta al PNV, que afronta unas elecciones autonómicas inciertas en unos meses. Y beneficia, sin embargo, a su principal rival en las urnas. EH Bildu ha salido indemne del sainete de los decretos, presentándose además como garante de la estabilidad y con el ayuntamiento de Pamplona en el bolsillo gracias al PSOE.

El malestar del PNV ha quedado reflejado en el ir y venir de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, que no ha podido disimular el gesto de preocupación durante toda la jornada. La derrota ha sido, además, doble. El único de los decretos que finalmente ha decaído, el de la vicepresidenta Yolanda Díaz por el voto en contra de Podemos, contenía un punto negociado específicamente por el PNV: la prevalencia de los convenios laborales autonómicos sobre los estatales.

Los nacionalistas vascos han mostrado su "plena seguridad" en que las medidas acordadas con Sánchez volverán a entrar en vigor "de inmediato". Pero la realidad, en este momento, es que el Congreso las ha rechazado por amplia mayoría sin que a Puigdemont le haya importada demasiado.

Puigdemont contra ERC

El líder del PNV, Andoni Ortuzar, se implicó personalmente en que Junts apoyase la investidura de Sánchez. Viajó dos veces a Waterloo -una de ellas sin hacerlo público que fue desvelada por este diario- para convencer al expresidente catalán. Y lo logró.

Pero en la primera gran votación, Junts ha ido por libre sin que le importasen demasiado los acuerdos del PNV. Mientras que Puigdemont ha exhibido ante su parroquia un saco de cesiones que afectan a Cataluña y a la amnistía. Es decir, sus intereses. De los del País Vasco, nada se sabe.

Ni que decir tiene que el otro gran perjudicado por lo ocurrido ha sido ERC, completamente desdibujado de la negociación. La formación republicana espera el respaldo del PSC a los Presupuestos de la Generalitat. Lo tendrá sin duda alguna.

La pugna entre Puigdemont y ERC viene de lejos. Y con la cita electoral catalana a la vuelta de la esquina no es de extrañar que vuelvan los navajazos entre unos y otros tras lo ocurrido en el Congreso. Junts intenta marcar distancias con ERC en todos los pasos que da desde que se sumó a la mayoría de Sánchez.

Su objetivo no es solo la supremacía del independentismo sino también aspirar a la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas, que podrían ser a principios del año que viene.

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