Lobato, Puig, Lambán, Vara: los barones del PSOE se van al Senado para controlar a Sánchez tras el 23-J

El PSOE vive en la expectativa. Casi con toda probabilidad, a juzgar por las encuestas, lo que ocurra el día después de las elecciones generales del próximo domingo 23 de julio será el inicio de un proceso de transición. Los comicios municipales y autonómicos de mayo fueron un bofetón para Ferraz. Las urnas hicieron perder el gobierno a seis presidentes socialistas. Solo Emiliano García-Page y Adrián Barbón mantienen los ejecutivos en Castilla-La Mancha y Asturias, respectivamente.

El resto toma posiciones. El líder socialista madrileño, Juan Lobato; el expresidente valenciano Ximo Puig; el aragonés Javier Lambán y el extremeño Guillermo Fernández Vara tendrán asiento en la Cámara Alta como senadores por designación autonómica. Todo una declaración de intenciones, porque las fuentes consultadas en el PSOE asumen que esos movimientos persiguen, fundamentalmente, controlar a Sánchez e influir en la sucesión.

"El Senado es un lugar para que los expresidentes autonómicos combinen dos cosas: su experiencia después de tantos años de gobierno en un espacio natural para ellos como es la Cámara Alta y, por supuesto, seguir ejerciendo influencia en el partido el día de después de las elecciones", reconoce un destacado socialista con asiento en el Comité Federal. Otra destacada figura del PSOE se moja sobre el asalto de Lobato a la Cámara territorial: "En Madrid solo puede ser senador un diputado autonómico y es lógico que sea el Secretario General (ya lo fue Tomas Gómez). Respecto a los otros compañeros, siempre he visto a los expresidentes autonómicos en alguna de las cámaras de las Cortes".

Seguramente todo el mundo quiere decidir en un proceso interno Una fuente socialista con arraigo en el PSOE de Madrid

"Seguramente todo el mundo quiere decidir en un proceso interno, pero cuando ya has perdido el poder en tu comunidad... No creo que el liderazgo futuro vaya por ahí", zanja una fuente socialista con arraigo en el PSOE de Madrid. Esta misma fuente, no obstante, explica que el movimiento de Lobato ha revolucionado a la federación socialista más convulsa: "Irse de senador con la plancha que hay en Madrid... El partido no está para que uno solo aúne todo el poder. Hay que ser más plurales y repartir juego, hacer más equipo". La tesis de los críticos de Lobato en el partido es que no quiere que nadie le haga sombra en Madrid, pero también quiere foco nacional ante un más que previsible relevo de Pedro Sánchez.

El entorno del líder socialista madrileño explica a este diario que Lobato "no ha inventado nada". "Esto lo ha hecho todo el que quería foco para ser presidente. Moreno Bonilla, Page... Y en el PSOE de Madrid igual: Simancas (que sí consiguió ganar), Tomas Gómez, que no llegó a presentarse... Necesitamos todos los espacios para tener presencia mediática. Esto es Madrid. No podemos ir en patinete contra Ayuso". Además, el equipo del secretario general madrileño se excusa con que varios barones territoriales tendrán asiento en Madrid y que la federación que él dirige no podía quedarse fuera: "Estar todos ahí (Concha Andreu, Juan Espadas, Francina Armengol, Guillermo Fernández Vara, Ximo Puig y Javier Lambán) y quedarse Madrid fuera se hubiera interpretado como que nos quedamos en segundo plano".

A la espera del resultado

Pese a todo, el escenario al que se enfrentan los socialistas es aún difuso. El partido debe calibrar el resultado que arrojen las urnas el 23-J. Y es cierto que aún pesa la catástrofe del 28-M, que se llevó por delante seis comunidades y alcaldías como Valladolid y Sevilla. Y aunque en la derrota fue crucial el hundimiento de la izquierda del PSOE, que impidió la reedición de algunos gobiernos progresistas, en el partido no esconden que los votantes mandaron un mensaje contra el presidente, Pedro Sánchez.

Lo que parece claro es que si el domingo resulta otra catástrofe en términos electorales el partido se abriría a un congreso extraordinario que torpedeará el nombramiento de nuevos secretarios generales en las autonomías. El recambio de Lambán, Vara y Andreu parece claro. Mientras que Armengol y el canario Ángel Víctor Torres seguirán pilotando sus organizaciones siguiendo el modelo de Vara quien, en 2011, tras presidir una primera en Extremadura, resistió como líder de la oposición y regresó a la presidencia cuatro años después.