El origen del Día Internacional de la Mujer en España

El 8-M ha llegado. Otro 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las calles se llenarán de mensajes feministas que cada día están más presentes. 'Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan' (Shakira con Bizarrap); 'la niña hoy no puede lavar porque es que tiene que bailar' (Rigoberta Bandini y Amaia) o Flowers de Miley Cyrus, se han convertido en himnos para muchas mujeres en España y sus letras inundarán las calles de miles de ciudades.

El gran protagonista del día es el color morado. Aunque la jornada también va a estar marcada por la reforma de la ley del 'solo sí es sí', la aprobación de la Ley Trans y por unas cifras preocupantes en violencia de género: en 2022, fueron asesinadas al menos 49 mujeres. Diciembre fue el mes con más fallecidas, un total de 11. Es uno de los periodos con más asesinadas desde que se empezaron a contabilizar en 2003.

A pesar de que las reivindicaciones por el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo son comunes, ¿cuál es el origen del 8-M en España?

Las tabacaleras como origen del 8-M

Para hablar del 8-M hay que remontarse a 1875. El 8 de marzo de ese año en Estados Unidos miles de trabajadoras del sector textil se manifestaron en busca de la igualdad salarial con respecto a sus compañeros y una mejora en las condiciones laborales. Las protestar terminaron con 120 trabajadoras asesinadas por la intervención policial. Tras esto, en 1877 se fundó el primer sindicato femenino de la historia.

Una de las fechas clave para el Día Internacional de la Mujer también es 1848. En este año, tal y como recoge Naciones Unidas, las sufragistas y abolicionistas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott se reunieron con diversas personas en una convención sobre la esclavitud en Estados Unidos.

Si nos centramos en España, para muchos el origen del 8-M se encuentra en las tabacaleras. El 7 de diciembre de 1857 en A Coruña un total de 4.000 mujeres que trabajaban en la Real Fábrica de Tabacos iniciaron una huelga, que para muchos, se considera el punto de partida del movimiento obrero de las mujeres en el país. En las protestas, las mujeres reclamaban una mejora salarial, condiciones laborales dignas y la igualdad entre hombres y mujeres.

La Tabacalera de Lavapiés

El 1 de abril de 1809 abrió la Fábrica de Tabacos en Lavapiés, conocida como La Tabacalera. En ese momento, comenzaron a trabajar 800 cigarreras. En 1853 el número de empleadas aumentó a 3.000 y años más tarde ya eran 6.300. Era una de las mayores fábricas de tabaco.

La historiadora Yolanda Riquelme explicó en una entrevista con eldiario.es porque eran las mujeres las que reinaban en las tabacaleras: “La mejor habilidad manual para liar los cigarrillos y para producir en general que se les presuponía a las mujeres; y que eran una mano de obra más barata”.

Según la socióloga Paloma Candela Soto, autora de Cigarreras madrileñas: Trabajo y Vida, señala que un 36,7% de las cigarreras eran "cabeza de familia en 1900", una cifra que aumentó con la posguerra. De hecho, en La Tabacalera trabajaban hombres que tenían cargos altos, pero la mayoría eran mujeres que ostentaban puestos altos y labores pesadas.

El historiador Álvaro París Martín destaca en la revista Espacio, Tiempo y Forma de la UNED que "las cigarreras no sólo fueron excepcionales por conformar la mayor concentración de mano de obra en Madrid, sino por disponer de un capital social y simbólico que les concedía un papel protagonista en el vecindario, al tiempo que desplegaban una sociabilidad percibida por ciertos sectores como una subversión de los roles de género".

Además, la historiadora y catedrática de la Universidad de Barcelona, Mary Nash destaca que las mujeres tabacaleras se adelantaron a algunas de las recomendaciones de la Organización Internacional de Trabajo como firma de convenios y leyes para fijar sus condiciones de trabajo, seguros de accidente, vejez, jornada laboral de ocho horas para las mujeres... Las cigarreras, en defensa de sus condiciones de trabajo destacaron en manifestaciones públicas o protestas políticas y estudiantiles ante las tragedias que rodeaban a la clase trabajadora de Madrid.