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La metedura de pata de Mónica García contra Ayuso que le puede costar 90.000 euros

La candidata de Más Madrid a la Presidencia de la Comunidad de Madrid aireó en el debate de Telemadrid una caja de ansiolíticos de Laboratorios Normon. Expertos en Derecho Farmacéutico alertan de que García pudo haber incurrido en una ilegalidad con este gesto

Mónica García en el debate de candidatos de Telemadrid / Europa Press.

El debate televisivo de los candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid dejó pocos momentos para el recuerdo. Soso y realizado de manera mitinera, aquello más que un intercambio de golpes e ideras fue una sucesión de monólogos ante un auditorio vacío. De los pocos momentos que se pueden recordar un par de días después se encuentran el rifirrafe entre Alejandra Jacinto e Isabel Díaz Ayuso ("no invada mi espacio"), alguna propuesta de la presidenta ("en Madrid habrá una planta en cada balcón") y la caja de Lorazepam de 1 gramo que Mónica García aireó para después situar sobre el atril, donde quedó un buen rato. Este último gesto de la candidata de Más Madrid podría haber sido ilegal, según abogados especialistas en derecho farmacéutico consultados por Vozpópuli.

Isabel Marín, abogada especialista en esta materia, explica en declaraciones a este periódico que Mónica García podría haber incurrido en un incumplimiento de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, que prohíbe hacer publicidad y promoción de medicamentos de uso humano. "Publicidad, como tal, no es, pero sí es promoción de un medicamento", subraya. La sanción más baja para este incumplimiento es de 90.000 euros.

El mero hecho de enseñar la caja de este medicamento ansiolítico de Laboratorios Normon y dejarlo varios minutos sobre el atril (algo que no pasó desapercibido entre los espectadores y que fue comentado en redes sociales) podría ser considerado promoción, según esta especialista. "Aunque sea un fármaco de tipo genérico, es decir, que no tenga marca comercial, sí hay un laboratorio detrás. Es un medicamento que, además, necesita receta y es de especial seguimiento (se receta para tratar ansiedad, depresiones…). Se puede entender como un llamamiento a la gente para que consuma el medicamento", añade.

Fuentes del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos concuerdan en que "no está bien" lo que hizo Mónica García, aunque bajo su punto de vista "no es ilegal". Marín, en cambio, que dirige un bufete de abogados especializado en estos casos, sí cree que podría ser causa de sanción.

La abogada cita el artículo 5 de la Ley de Garantías y Uso Racional del Medicamento: "Queda expresamente prohibida la promoción, publicidad o información destinada al público de los productos incluidos en el apartado 1 (ahí están los medicamentos sujetos a prescripción médica)".

El artículo 111 incluye la promoción o la información al público de medicamentos sujetos a prescripción médica como "infracción muy grave": "Realizar promoción, información o publicidad de medicamentos no autorizados o sin que tales actividades se ajusten a lo dispuesto en esta ley o en la legislación general sobre publicidad".

Según el grado de la infracción, la ley establece las siguientes posibles sanciones:

  • Grado mínimo: Desde 90.001 a 300.000 euros.
  • Grado medio: Desde 300.001 a 600.000 euros.
  • Grado máximo: Desde 600.001 a 1.000.000 de euros, pudiendo rebasar dicha cantidad hasta alcanzar el quíntuplo del valor de los productos o servicios objeto de la infracción.

"Si lo que hizo Mónica García lo hubiera hecho Normon con alguien conocido, como ella, le hubiera caído una sanción seguro", señala la letrada. Isabel Marín cree que al tratarse además de una persona con relevancia pública y "encima médico", la consideración de estar ante una promoción (aunque involuntaria) se refuerza.

Un error que puede salir caro

Llama la atención que una médico pueda cometer una metedura de pata así. Está claro que la intención de García no fue hacer promoción del fármaco, como se puede comprobar en el discurso que hizo cuando sacó del cajón del atril el medicamento, pero su acto genera dudas legales plausibles entre los especialistas.

La performance de García pretendía reforzar la tesis de que se consumen más ansiolíticos en Madrid porque la gente vive peor: “La Reina Leticia dice que sin salud, no hay salud mental. Yo doy un paso más allá y digo que sin salud no hay economía. Un tercio de las depresiones que sufren los madrileños se podrían resolver con salarios y empleos dignos. El otro día estuvimos en el puerto seco de Coslada y lo que se había incrementado un 25% son los containers de ansiolíticos -enseña el lorazepam de Normon-, de opiáceos, porque la vida duele un 25% más desde que usted gobierna -refiriéndose a Ayuso-. No hay lorazepames en el mundo que puedan curar que la gente no llegue a fin de mes y que tenga una vida que les duela. No hay economía en el mundo que se pueda sostener en trabajadores dopados. Necesitamos una buena salud mental para una economía sana”.

Afirmar que un tercio de las depresiones que sufren los madrileños se podrían resolver con salarios y empleos dignos es una afirmación discutible y muchos psicólogos y psiquiatras se oponen a esa teoría (muy defendida por Más País) que relaciona el estatus económico con la salud mental. Sin embargo, eso es materia de otro artículo. Lo que está claro es que hay que tener cuidado con las performances de los debates televisivos, sobre todo si se hace mención a temas sanitarios. Al cierre de esta edición, el equipo de Más Madrid de Mónica García no ha hecho declaraciones sobre el tema a este periódico.

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