El juez imputa a seis jefes de ETA en la causa por el atentado de Santa Pola

El magistrado que investiga el atentado de ETA en Santa Pola de 2002 imputa a seis jefes de la banda terrorista en las diligencias. Tras adherir informe de la Guardia Civil, el juez Manuel García Castellón cita a Juan Antonio Olarra Guridi (alias Juanvi o Jon), Ainhoa Múgica ('Olga'), Mikel Albisu (Mikel Antza) Raomón Sagarzarzu (alias Ramontxo) y María Soledad Iparraguirre, conocida como Anboto.

En su auto, al que ha tenido acceso Vozpópuli, el magistrado explica que todos ellos deben responder por el atentado con coche bomba en la Casa Cuartel de Santa Pola en el que perdieron la vida un hombre de 57 años y una niña de seis. El instructor, que reabrió el sumario el pasado mes de marzo, sostiene que formaban parte del 'Comité Ejecutivo' de ETA en el momento de los hechos, lo que les implica en calidad de autores intelectuales del atentado.

"Las conclusiones provisionales de la Guardia Civil confirman la participación en el atentado terrorista objeto de instrucción en este sumario de los dirigentes de ETA como responsables del aparato militar de ETA en el momento de los hechos, y, por todo, ello, deben ser llamados en calidad de investigados", reza el magistrado Manuel García Castellón.

De esta forma sigue el mismo criterio que impera en otras causas también reabiertas en la Audiencia Nacional, como la relativa en el asesinato de Miguel Ángel Blanco, en el marco de la cual también se ha imputado a Anboto y Mikel Antza. Estos históricos de la banda terrorista comparecieron hace una semana para declarar por su autoría intelectual en el asesinato del concejal de Ermua. Los dos guardaron silencio ante el juez; la primera alegando que no le había entregado Francia por este hecho concreto y el segundo argumentando que ya fue condenado en Francia por pertenecer a ETA.

En este caso el juez desgrana la posición de los ahora imputados para justificar su posición de mando dentro de ETA. Así, de Guridi dice que ejerció como responsable del aparato militar tras la detención de Txapote (asesino de Miguel Ángel Blanco) en 2001.