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Cuando la 'guerra' estalla sobre Albacete con 30 cazas de combate de la OTAN

La Alianza desarrolla un ejercicio ambicioso en la base aérea castellano manchega, en el que seis naciones ensayaron diversas situaciones de crisis

Uno de los cazas de combate desplegados por la OTAN en el ejercicio celebrado en la base aérea de Albacete
Uno de los cazas de combate desplegados por la OTAN en el ejercicio celebrado en la base aérea de Albacete OTAN

La base aérea de Albacete es el escenario donde la OTAN ha puesto en práctica uno de sus ejercicios aéreos más ambiciosos. Treinta cazas de combate de seis nacionales aliadas han ejecutado un "entrenamiento realista" en el que ensayaron cómo responder ante una "amenaza" contra los sistemas de defensa aérea en tierra de la Alianza. Unas maniobras que adquieren una especial relevancia en el contexto de crisis que se vive en el flanco este de la OTAN, a partir de la guerra de Ucrania, por la que se ha reforzado la vigilancia aérea ante las habituales injerencias de aeronaves rusas.

El transcurso de las maniobras ha tenido lugar en el cuarto curso de vuelo multinacional del Programa de Liderazgo Táctico de la OTAN. La Alianza 'enfrentó' -de forma simulada- a los cazas de combate participantes: Eurofighters y Tornados de Alemania, F-16 de Bélgica, Rafales y Mirages 2000D de Francia, Eurofighters de Italia, EF -18Ms de España y JAS-43 de República Checa. Todo ello con apoyo de los aviones de transporte C-295 españoles y C-27 italianos, así como los helicópteros HH-101 italianos.

Además, la OTAN desplegó uno de sus aviones más distinguidos: el E-3A del Sistema de Alerta y Control Aerotransportado (AWACS) con base en Geilenkirchen (Alemania). Se trata de una aeronave dotada de un sistema de radares de última tecnología, con los que -entre otras funciones- detectar aeronaves que incumplan los planes de vuelo establecidos. También se emplea como centro de control desde el que operar los cazas de combate aliados.

"Capacidades para el combate"

El coronel Alberto Martínez, del Ejército del Aire español, dirigió las maniobras que se desarrollaron en Albacete: "Agregamos misiones CSAR [de búsqueda y rescate en combate] y amenazas reales y simuladas realistas de los sistemas de defensa aérea en tierra, lo que permite un entorno complejo para que los pilotos de la OTAN preparen, planifiquen, vuelen e informen misiones combinadas que los preparan para las operaciones de la Alianza o la coalición", indica el militar, en declaraciones recogidas por la Alianza Atlántica.

"Los pilotos se acostumbran a la capacidad que podemos aportar al combate"

El general de división estadounidense Thomas Kunkel, comandante de la fuerza de control y alerta temprana aerotransportada de la OTAN, destacó las destrezas adquiridas por los pilotos participantes en el ejercicio: "Se acostumbran a la capacidad que podemos aportar al combate". Y añade: "El despliegue en Albacete subraya nuestra flexibilidad y resiliencia y ayuda a la tripulación a unirse con sus compañeros de combate de las fuerzas aéreas aliadas".

Misiones aéreas de la OTAN

Estos ejercicios de adiestramiento e instrucción adquieren una relevancia destacada en el contexto de volatilidad que se vive en el flanco este de la Alianza, a partir de la invasión rusa sobre Ucrania. La OTAN fomenta con ellos la interoperabilidad de los pilotos y aviones de los países miembro, cada uno con un sistema de armas diferente, para mejorar una respuesta fluida y eficaz en caso de crisis.

Actualmente la Alianza Atlántica mantiene varias misiones de Policía Aérea en el flanco este de Europa, para interceptar las habituales injerencias de aviones militares rusos que no cumplen con el plan de vuelo establecido; principalmente, porque sobrevuelan regiones bajo el paraguas de la OTAN sin el transpondedor -localizador- activado. En las últimas semanas, España ha enviado seis Eurofighter del Ala 11 del Ejército del Aire a Bulgaria, así como otros ocho EF-18 del Ala 15 a Rumanía; cada uno de ellos con un contingente de 130 efectivos.

Además, los pilotos españoles han participado en numerosos despliegues en los países bálticos, con el mismo objetivo de ejercer como Policía Aérea. El último de ellos fue en Lituania, donde los pilotos del Ala 12 volaron un total de 850 horas durante cuatro meses de despliegue, en los que interceptaron 35 aviones procedentes de Rusia. El despliegue tuvo lugar en un momento convulso, cuando Lituania cerró el tráfico aéreo de mercancías de Rusia a Kaliningrado y Moscú, en respuesta, amenazó con "graves" consecuencias.

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