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El Gobierno honra al emir de Qatar y olvida a Amancio Ortega o José Andrés

Exteriores concede el Collar de la Orden de Isabel la Católica a Al Thani, emir de Qatar, bajo el pretexto de que es una práctica protocolaria en "visitas de Estado"

Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar / Europa Press.

El Collar de Isabel la Católica es la más alta insignia de tal Orden que el Ministerio de Asuntos Exteriores puede conceder. Se ha otorgado tanto a jefes de Estado, como a personas relevantes para nuestro país. A una semana de la llegada a nuestro país del emir de Qatar y dueño del PSG, Tamim Bin Hamad Al Thani, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha propuesto concederle tamaña condecoración pese a las múltiples violaciones de derechos humanos que tienen lugar en su país. El Consejo de Ministros de PSOE y Unidas Podemos han aprobado este reconocimiento. Mientras, eminencias como Amancio Ortega o el chef José Andrés no han sido propuestos todavía para recibirla.

Llama la atención este movimiento por parte de un Gobierno que, cada vez que puede, hace bandera de su feminismo. En Qatar no se respetan los derechos más básicos de las mujeres, que viven bajo la tutela legal de un varón (habitualmente padre o hermano) al que tienen que pedir permiso para casarse, entrar a un trabajo o viajar al extranjero.

La ley de Qatar condena con penas de hasta 7 años de prisión a los hombres que mantengan relaciones sexuales con personas del mismo sexo. Recientemente, a cuenta del Mundial de Qatar, el Gobierno del emirato manifestó que el colectivo LGTBI podía acudir a los partidos siempre y cuando no diesen muestras públicas de su orientación sexual.

El argumento de Exteriores

¿Cómo ha tragado el Gobierno con este sapo? Fuentes de Exteriores confirman a Vozpópuli que la entrega del Collar de la Orden de Isabel la Católica al emir de Qatar se sustenta en la "práctica protocolaria habitual de intercambiar condecoraciones cuando se producen visitas de Estado". Es decir, de acuerdo a la información del Ministerio, la entrega de esta insignia respondería más a una práctica diplomática que a las razones que esgrime el Real Decreto que regula esta condecoración.

El Real Decreto 2395/1998, de 6 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de la Orden de Isabel la Católica, establece que su objetivo es "premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación española con el resto de la comunidad internacional".

Visitas de Estado sin medalla

El RD no sugiere en ningún momento que el Collar deba entregarse en el contexto de una visita de Estado. Es más, esta distinción no se ha concedido, ni mucho menos, en todas las visitas de Estado. El mismo Vladímir Putin protagonizó una visita de Estado a nuestro país en 2006, donde llegó a almorzar con los Reyes Juan Carlos y Sofía, y no se le condecoró con ninguna de las insignias de la Orden de la Católica.

Pero no hace falta retroceder tanto en el tiempo. Este mismo año acudió a nuestro país en visita de Estado el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, y no se le concedió esta medalla. Tampoco se premió a otro visitante de estas características, el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić.

Intereses económicos compartidos de Qatar y España

La verdadera razón detrás de la concesión de este reconocimiento puede encontrarse en un elemento estratégico clave para nuestro país: el gas. Qatar es el mayor exportador de gas licuado del mundo, y tiene intención de aprovechar la invasión rusa de Ucrania para aumentar su cartera de clientes. De hecho, según apuntan medios como El Independiente el aumento del gas suministrado a España es uno de las principales asuntos que abordarán el emir y su séquito con las autoridades españolas.

Por otra parte, España necesita más que nunca diversificar sus fuentes de energía ante el conflicto diplomático abierto con Argelia tras la decisión del Ejecutivo de reconocer el Sáhara Occidental como territorio marroquí. Argelia ha amenazado en varias ocasiones con cerrar el grifo del gas. Tampoco hay que obviar que Qatar es el primer accionista de la compañía eléctrica española Iberdrola.

Amancio Ortega, José Andrés y otros olvidados

Mientras que Al Thani podrá incluir en su sala de trofeos la medalla instituida por el Rey Fernando VII (1784-1833) "en memoria de la gran Reina a cuya política y auxilios se debió el descubrimiento de América", muchos españoles ilustres no han sido dignos, de momento, de tal valoración.

Mientras que sí la han recibido empresarios como Jesús Polanco, principal accionista del Grupo Prisa hasta su fallecimiento, -se le otorgó la Gran Cruz, de menor rango que el Collar- parecen haberse olvidado de nombres propios como Amancio Ortega. El dueño de Zara se ha convertido en el empresario español más internacional, creando un imperio textil que traspasa fronteras e impulsa la marca España.

Ni un solo deportista ha recibido alguna de las insignias de Isabel la Católica. Tampoco el chef José Andrés, nominado al Premio Nobel de la Paz, y en estos momentos en Ucrania ayudando a alimentar a la población a través de su ONG World Central Kitchen. Al menos, sí que ha recibido el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.

El Collar de la Orden ha sido entregado a todos los presidentes españoles salientes, así como a un alto número de expresidentes. También figuran en el listado de condecorados escritores como Camilo José Cela, pero faltan otros como el Nobel Juan Ramón Jiménez. De los líderes políticos en activo solo cuenta con la Gran Cruz Alberto Núñez Feijóo, por su etapa de director de Correos en 2002. En el régimen franquista fueron reconocidas figuras como Salvador Dalí, Gerardo Diego o Gregorio Marañón. También lo recibieron dictadores como Saddam Hussein.

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  • F
    Fernandoo

    Las grandes cruces y grandes collares tienen su aquel.
    La de Carlos iii tenía en tiempos de Franco el alias jocoso de la cruz de los caídos porque era la que se concedía a los que dejaban de ser ministros.
    ¿Y si el ministro ya tenía la Gran Cruz de Carlos iii? Pues se le concedía la de Isabel la Católica. Y si ya tenía la del Mérito civil. Y así.
    Hay una película de Cantinflas, Su Excelencia, donde se ponen a repartirse medallas y es para reírse un rato.
    Algunos ya se van preparando la jubilación.

  • L
    Leonidas

    Supongo que lamer las babuchas le traerá beneficios futuros a la familia Pérez Castejón