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España

El Gobierno prepara una inyección de 2.000M para "modernizar" las fragatas de la Armada

La Secretaría de Estado de Defensa aprueba un proyecto plurianual dotado de 1.116 millones para dotar de nuevos sistemas a las cinco fragatas F-100, mientras que los 884 restantes serán para su mantenimiento

La fragata 'Juan de Borbón', de la Armada Española
La fragata 'Juan de Borbón', de la Armada Española

El Ministerio de Defensa, a través de la Secretaría de Estado de Defensa, ha dado luz verde a un ambicioso plan para "modernizar" las fragatas que actualmente prestan servicio en la Armada, correspondientes a la clase F-100 y que seguirán en activo hasta la futura incorporación de las F-110, que recientemente han culminado la fase inicial de diseño. El departamento que dirige Margarita Robles destinará un total de 2.000 millones de euros a la mejora de las cinco fragatas F-100 de las que dispone, a las que dotará de nuevos sistemas y someterá a una profunda revisión en los astilleros de los que dispone Navantia en Ferrol.

Fuentes de Defensa consultadas por Vozpópuli detallan que el programa de modernización de las cinco fragatas pasa por un programa plurianual de 1.116 millones de euros, colmando así uno de los grandes anhelos de la Armada, que desde la incorporación de estos buques -hace exactamente veinte años- ha visto cómo han evolucionado las tecnologías y sistemas existentes. El Ministerio, además, estaría dispuesto a extender esa partida presupuestaria hasta los 2.000 millones para cumplir con funciones de mantenimiento.

Teniendo en cuenta que la Armada dispone de cinco fragatas F-100 -bautizadas con los nombres de Álvaro de Bazán, Almirante Juan de Borbón, Blas de Lezo, Méndez Núñez y Cristóbal Colón-, y atendiendo a los 1.116 millones de los planes plurianuales, a cada una de ellas se destinará una partida de 223,2 millones para su "modernización".

Los sistemas de las fragatas

Las F-100, con una dotación próxima a los 200 efectivos en cada una de ellas, disponen actualmente de un lanzador de misiles Standard SM-2 y ESSM, y dos de misiles Harpoon. También podría disparar misiles Tomahawk, pero hasta la fecha no se les ha dotado de este armamento. Asimismo, están equipadas con un cañón de cinco pulgadas, dos ametralladoras de 20mm y dos lanzadores dobles de torpedos.

Con una eslora de 147 metros y capacidad para albergar un helicóptero a bordo, las F-100 están equipadas con el sistema de combate Aegis, un conjunto de sensores desarrollado por Estados Unidos que apenas está disponible en un puñado de buques militares en todo el mundo -aparte de la flota estadounidense-.

Al cumplir veinte años en servicio, las F-100 necesitan someterse a revisiones periódicas para asegurar su correcto funcionamiento

Los 884 millones de euros restantes que prepara el Gobierno hasta llegar a los 2.000 millones irán destinados a labores de "mantenimiento y varadas reglamentarias", detallan las mismas fuentes consultadas por este diario. Al cumplir veinte años en servicio, las F-100 necesitan someterse a revisiones periódicas para asegurar su correcto funcionamiento. Los F-110 son los buques llamados a suceder a las actualmente en servicio; no obstante, la revisión crítica de su diseño no se ha superado hasta el presente verano, por lo que los plazos para su incorporación final aún son extensos.

Como adelantó La Voz de Galicia, la renovación y mejora de las fragatas F-100 se llevará a cabo en los astilleros de Navantia en Ferrol, lo que supondrá un reto para la firma de construcción naval, que tendrá que compaginar esta labor con el desarrollo de las F-110. Aunque la fabricación de estos buques de última generación recae principalmente en Navantia, el proyecto implica a medio millar de empresas españolas, con una estimación de creación de 9.000 empleos durante una década.

Ampliación del presupuesto

La ampliación de la partida presupuestaria destinada a Defensa permite el desarrollo de proyectos de modernización que hasta la fecha las Fuerzas Armadas consideraban imprescindibles, pero para los que no había fondos suficientes. Los próximos Presupuestos Generales del Estado cuentan con una partida para la Defensa de 12.825 millones de euros, un 25,8% más que en el presente año.

La propia Armada está a punto de recibir el primero de los submarinos de la clase S-80, después de un arduo y costoso proceso de ingeniería. También está pendiente de renovar los antiguos Harrier, con la incertidumbre de no saber por qué caza de combate apostará España. El Ejército del Aire y del Espacio asume igualmente otros procesos de renovación, principalmente sus cazas, a la espera del desarrollo del FCAS europeo. Y el Ejército de Tierra pone a prueba los primeros prototipos del vehículo blindado 8x8, en torno al que articula su futuro concepto de combate.

La renovación de estos sistemas se ha convertido en una prioridad no solo por el compromiso adquirido con la OTAN de alcanzar el 2% del PIB, que ha cobrado una mayor relevancia en el contexto de invasión de Rusia sobre Ucrania. También para el mantenimiento de las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas -resentidas durante los años de crisis-, en cumplimiento de las misiones asignadas a la defensa de la soberanía nacional y de los mandatos asumidos con sus aliados internacionales.

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