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El Gobierno mantiene al líder del Polisario bajo "mínima vigilancia" pese al "riesgo de fuga"

El dispositivo, al que fuentes policiales califican de "discreto", contrasta con las consecuencias diplomáticas desencadenadas a partir de su acogida en España por "razones humanitarias"

Brahim Ghali, líder del Frente Polisario.
Brahim Ghali, líder del Frente Polisario. Europa Press

Brahim Ghali aguarda en un hospital de La Rioja a la espera de conocer su futuro judicial más inmediato en España. Tiene una citación para declarar por una batería de delitos -genocidio y lesa humanidad, entre otros-, pero los informes médicos detallan que su situación médica es delicada. Pese a todo, la acusación sostiene que el riesgo de fuga es elevado y pide su ingreso en prisión sin fianza. Sin embargo, juez y Fiscalía rechazan tomar medidas cautelares por el momento. El Gobierno mantiene un control policial discreto para evitar su fuga; “mínimo”, señalan fuentes policiales consultadas por Vozpópuli.

Brahim Ghali ingresó en un hospital riojano el pasado 18 de abril bajo la identidad falsa de Mohamed Benbatouche. Agentes de la Comisaría General de Información le identificaron en la mañana del 11 de mayo y le entregaron un requerimiento judicial tras la reapertura de su causa en España. También se preguntó a su médico si estaba en disposición de comparecer en Madrid el 7 de mayo, pero éste respondió que su estado cognitivo no era el apropiado, tal y como consta en un oficio de la Policía Nacional.

El líder del Frente Polisario debe comparecer en el Juzgado Central de Instrucción número 5. La Asociación Saharaoui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) le acusa de los delitos de genocidio, asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas y desapariciones, y considera que su riesgo de fuga es elevado. Pese a que ya ha eludido citaciones judiciales en España, juez y Fiscalía han optado por no tomar medidas cautelares.

La figura de Brahim Ghali se sitúa en el epicentro de una de las mayores crisis diplomáticas que ha vivido España en los últimos años. Su estancia en un hospital riojano se debe a “razones humanitarias”, según esgrimió el Gobierno; una decisión acorde a los vínculos con Argelia pero que ha soliviantado a Marruecos. En este contexto se ha producido la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta y la retirada de la embajadora marroquí en España. Tensión que podría tener también sus implicaciones en términos de colaboración policial con Rabat, fundamental en la lucha antiterrorista y otros ámbitos.

Pese a todo, el dispositivo policial sobre Brahim Ghali es “mínimo”, apuntas fuentes policiales. Otras fuentes lo califican de “discreto”, al mismo tiempo que descartan cualquier dejadez en las funciones de vigilancia. En cualquier caso, los calificativos contrastan con las implicaciones diplomáticas de su presencia en España, que han sacudido el tablero internacional en el eje oriental del Mediterráneo.

El futuro judicial de Ghali

Por su parte, Brahim Ghali -cuyo estado de salud es “grave”- se negó a firmar el recibí de la citación judicial que le entregó la Policía Nacional. Alega que tiene que consultar con la embajada argelina y con “personas de su confianza” sobre la conveniencia de rubricar el documento y que necesita “varios días” para decidirlo. Al líder del Frente Polisario le acompañan dos personas durante su ingreso en el hospital: un médico y un familiar.

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, negó que la presencia de Brahim Ghali en España tuviera una conexión directa con la crisis vivida en Ceuta en los últimos días, con la llegada de 8.000 inmigrantes que han colapsado las infraestructuras habilitadas. El Ministerio del Interior ha puesto en marcha un protocolo de devolución durante las 24 horas que por el momento se traduce en la entrega de 5.600 personas a las autoridades marroquíes.

La versión de González Laya, no obstante, contrasta con las declaraciones de la embajadora marroquí en España. Según Karima Benyaich, “hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir”. En consecuencia a la crisis, Rabat ha optado por retirar a su representante diplomática en Madrid.

Como contó Vozpópuli, el Gobierno considera que la crisis que se vive con Marruecos es de primer orden: “Es peor que Perejil”. La prioridad principal pasa por la restitución de la integridad fronteriza en Ceuta, al mismo tiempo que se tratan de encauzar las relaciones con Rabat. Esto último, señalan fuentes diplomáticas, dependerá en buena medida del futuro más inmediato de Brahim Ghali en España.

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