ERC liderará el futuro Gobierno de la Generalitat, pero ve perder su influencia en Madrid. La marcha del vicepresidente segundo Pablo Iglesias del Ejecutivo de coalición ha acabado de "debilitar los puentes" para avanzar hacia una "solución política" para Cataluña, explican las fuentes consultadas. Y ese alejamiento ya no es solo con el PSOE sino también con Unidas Podemos.
Los de Oriol Junqueras registrarán este martes en el Congreso junto a JxCat, PDeCAT y la CUP su iniciativa para una ley de amnistía que libere a los políticos independentistas condenados por sedición, y hasta el último minuto han estado presionando a los morados para que se adhieran. Pero de puertas adentro asumen que los socios de Pedro Sánchez se desmarcarán.
"En la Mesa del Parlament se les dio la oportunidad de tener una Secretaría a cambio de apoyar nuestra propuesta de amnistía en las Cortes, y ya sabemos cómo acabó todo", explican a Vozpópuli para ilustrar lo que creen que se reproducirá en la Cámara baja.
Desde el ala catalana de Podemos no han querido hacer público si se sumarán a esta iniciativa legislativa y se limitan a decir que todas las "vías están abiertas", pero todo apunta a que este mismo martes el presidente del grupo confederal de Unidas Podemos, Jaume Asens, despejará la incógnita y apostará por su propuesta de indultos y reforma del delito de sedición del Código Penal. Sin adherirse a una ley que ven imposible que prospere.
ERC no ve Mesa a corto plazo
Uno de los objetivos de Podemos para las elecciones catalanas fue romper la política de bloques, apartando a ERC de Junts. La configuración del nuevo órgano rector del Parlament -con Laura Borràs de presidenta y la presencia de la CUP- ha evidenciado el fracaso de esta apuesta política.
En el espacio de los comuns ya asumen que, al menos en esta legislatura, no habrá la esperada entente a tres bandas (PSC, ERC, En Comú Podem) que alentaban éstos últimos. Así lo apuntaba también Joan Coscubiela, exdiputado autonómico de Catalunya Sí Que Es Pot, en una entrevista en este medio al afirmar que esta opción "estaba en los prolegómenos" y que no se iba "a reflejar en ningún gobierno".
Y si el 14-F ha tenido consecuencias en las alianzas externas del Gobierno de coalición, también las tendrá el 4-M en Madrid. ERC empuja por reunir a la Mesa de diálogo entre gobiernos, pero el nuevo escenario electoral dificulta que se materialice un nuevo encuentro.
Este lunes, tanto ERC como Junts reaccionaban a la decisión de Iglesias. "No podemos esperar más", aseveraba la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, para instar a PSOE y Podemos a "no aplazar los compromisos" adquiridos con los independentistas.
Por su parte, Elsa Artadi, portavoz de Junts, ya dejaba a entender que la salida de Iglesias del Gobierno de coalición podía servir de "excusa" a Pedro Sánchez para rechazar reunir la Mesa de Diálogo.
Asens se queda sin Iglesias
Aunque las fuentes consultadas matizan que en el aplazamiento sine die de los encuentros bilaterales tiene más que ver con las elecciones catalanas y el anuncio de elecciones en Madrid que con la marcha de Iglesias, señalan que el rumbo que tome ahora Podemos puede afectar a las negociaciones sobre el "conflicto político".
Señalan que Jaume Asens, hombre de Iglesias, y figura de puente entre los independentistas y el Gobierno, puede perder protagonismo en los nuevos equilibrios y con el sector de Yolanda Díaz ganando fuerza.
Aunque el horizonte electoral catalán suscitó tensiones entre ERC y comuns. Sobre todo, por la presión que Asens hizo al ministro de Justica, Juan Carlos Campo, para acelerar las indultos y, de este modo, poder presentarse a las catalanas con la medalla de haber logrado esta medida de gracia.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, siempre ha mostrado mayor sintonía con los morados que con JxCat. No obstante, la configuración de un nuevo gobierno independentista en Cataluña, las elecciones en Madrid y la negociación parlamentaria para los fondos europeos de recuperación tras el paso de la covid-19 puede acabar de desplazar a ERC del centro de la acción política y dejar de ser uno de los principales apoyos de un Gobierno con Sánchez, pero ya sin Iglesias.
