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Las bazas de Argelia para presionar a España: la inmigración y el gas

Las relaciones comerciales entre ambos países no son significativas, pero Argel juega un importante papel en la lucha contra el terrorismo, el control de la frontera y el suministro energético

Las bazas de Argelia para presionar a España: la inmigración y el gas
Efectivos de la Guardia Costera argelina retienen a varias personas que trataban de llegar a España. Europa Press

La excolonia francesa que un día fue parte de la Unión Europea ha despertado de su letargo. Tras algunas llamadas de atención a España por el cambio de postura respecto a la cuestión del Sáhara Occidental (el presidente, Pedro Sánchez, se ha alineado con las tesis de EEUU y Marruecos para reconocer la marroquinidad de la región), los argelinos dieron este miércoles un golpe sobre la mesa: ruptura del Tratado de Amistad con España y suspensión del comercio exterior entre ambos países. Aunque este destino tan solo representa un 1% de las exportaciones españolas, Argel tiene dos bazas muy poderosas para presionar a su vecino del norte: la inmigración y los recursos energéticos.

El control migratorio es una de las claves que Argel maneja para presionar al Gobierno español. Los cuerpos policiales ya han detectado un aumento de llegadas de inmigrantes por la ruta argelina a las Islas Baleares. Murcia, Alicante o Almería son los lugares más sensibles si la ruta argelina se descontrola. Preocupa especialmente la situación en las islas, enfocadas a la temporada de verano y menos preparadas que Canarias para hacerse cargo de los migrantes.

A diferencia de Marruecos, Argelia no ha presionado a España con la inmigración. Pero el empeoramiento de las relaciones entre ambos países y la retirada del embajador argelino en Madrid el pasado 19 de marzo ha llevado a la suspensión de las repatriaciones de inmigrantes irregulares que se hacían en ferri.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están expectantes ante las consecuencias que pueden derivarse del choque de España y Argelia. Este país norteafricano es junto con Marruecos uno de los socios estratégicos en el franco sur. Ahora reina la incertidumbre de conocer qué repercusiones habrá en los dos principales temas en los que colabora con nuestro país: el control de los flujos migratorios y el antiterrorismo.

El control de los pasos del Sahel era uno de los puntos en los que más se trabajaba. La dejación de funciones en esta zona pueden suponer un aumento de las pateras y de los inmigrantes que intenten acceder a España, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. "Tenemos por delante un futuro incierto", aseguran.

Pateras en Mallorca y Formentera

Desde hace varias semana, se ha detectado un ligero incremento de las embarcaciones detectadas que pudieron alcanzar las costas españolas, pero de forma aislada hasta zonas como Almería o la costa del Levante. "Ahora si cambian su política podrían llegar de forma desmesurada", advierten estas fuentes. Estas mismas fuentes lamentan que este cambio podría suponer la creación de nuevas rutas migratorias aprovechando la coyuntura actual.

Según ha podido conocer Vozpópuli, en las últimas horas han llegado a nuestro país más de un centenar de inmigrantes en pateras. Hasta Mallorca han desembarcado 86 migrantes en cinco botes. La mayoría argelinos. En esta misma línea, en Formentera han tocado tierra 27 argelinos.

Dependencia energética

La otra baza con la que Argelia puede presionar a España es la de la energía. El país es uno de los grandes suministradores de gas a España. A pesar de la diversificación del gas que se ha llevado a cabo en los últimos años, el 40% del hidrocarburo que se consumo en España proviene de Argelia y es el único que llega a través de un gaseoducto, lo que lo convierte en un producto más barato que el que se envía por barco.

La española Naturgy es la que tiene más lazos con la argelina estatal Sonatrach. El principal contrato que mantienen ambas corporaciones vence en 2032, por ese motivo el ministro Albares ha asegurado que el suministro no está en peligro. No obstante, los precios se revisan cada tres años y ambas partes llevan desde el año pasado en negociaciones para actualizar las tarifas.

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, también considera que Sonatrach cumplirá sus obligaciones con las empresas españolas. "Las relaciones entre la comercializadora argelina y las empresas españolas que compran gas tienen obligaciones y confío en que sigan funcionando como lo que son", ha afirmado la ministra.

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