El PP dio esta semana un arriesgado golpe en la mesa en sus negociaciones con Vox plantándose en la única comunidad donde aspira a gobernar sin haber ganado las elecciones: Extremadura. En la decisión, sin embargo, no solo se han tenido en cuenta los resultados del 28-M, sino las perspectivas electorales para el 23-J. Y Génova tuvo claro que había que frenar a los de Abascal tras conocer un sondeo que les sitúa "más cerca de los 160 escaños".
Así lo confirman a Vozpópuli fuentes de la dirección nacional del partido, donde a principios de semana se empezaron a manejar datos demoscópicos que situaban al PP "120 escaños por encima" de Vox, cuyo suelo electoral se sitúa, a día de hoy, en torno a los 40 diputados. Desde hace dos semanas, las encuestas en poder de Génova situaban a Feijóo por encima de los 150 escaños, pero la opción de acercarse a los 160 fue clave para avalar la 'línea dura' con los de Abascal en las comunidades autónomas.
Estos dirigentes del PP destacan que el objetivo de María Guardiola, Fernando López Miras, Marga Prohens y Jorge Azcón en Extremadura, Murcia, Baleares y Aragón es el mismo que el de Alberto Núñez Feijóo a nivel nacional: un gobierno en solitario con el apoyo de Vox en la investidura. Y, por ese motivo, "la línea de actuación es la misma", y "respaldada por la realidad electoral y demoscópica".
La diferencia con Valencia
Esa estrategia, sin embargo, no se cumplió en la Comunidad Valenciana, donde Carlos Mazón alcanzó un pacto exprés con Vox que ha dificultado las negociaciones en el resto de comunidades autónomas. En todo caso, desde Génova recuerdan que, más allá de los escaños, "los votos han sido determinantes" para llevar a cabo una negociación diferente.
Así, en Extremadura María Guardiola obtuvo los mismos escaños que Guillermo Fernández Vara (28) pese a tener 6.000 votos menos que el PSOE… pero multiplicando por 6 las papeletas cosechadas por Vox, con tan solo cinco escaños: "En la Comunidad Valenciana solo les duplicamos en votos, pero el caso es diferente en el resto de comunidades autónomas".
En la Comunidad Valenciana solo les duplicamos en votos, pero el caso es diferente en el resto de comunidades autónomas
Las mismas fuentes explican que, con esa "gran diferencia" de votos y de escaños, "había que plantarse", como también se hará a nivel nacional si Vox exige entrar en el Gobierno con más de 150 diputados del PP: "El PP puede ser algo sin Vox, pero Vox no puede ser nada sin el PP. Y eso es importante que todos lo tengamos claro".
Con esa consigna, María Guardiola se plantó pese a la abrupta intervención en las negociaciones de Jorge Buxadé: "Quería doblarnos el pulso y perdió". Algo que, advierten, no es la primera vez que pasa con aquellos dirigentes de Vox que sobrepasan los límites en las negociaciones con el PP: "Que pregunte a Javier Ortega Smith y a Rocío Monasterio cómo les ha ido por no saber hasta dónde podían pedir".
Optimismo en Extremadura
En la dirección nacional del PP, por tanto, afirman estar más que satisfechos con la decisión de María Guardiola en Extremadura y no temen la desmovilización del votante de centro-derecha ni en la región ni a nivel nacional, a pesar de que algunas estimaciones electorales publicadas el jueves apuntaban en esa dirección.
Desde Génova, de hecho, se esperan unos mejores resultados si se repiten finalmente las elecciones en Extremadura: "El 28 de mayo María Guardiola debutaba y empató con Guillermo Fernández Vara. Recibió votos del PSOE que mantendrá ahora después de plantarse ante Vox y puede recibir también votos de personas que confiaron en Vox y se han dado cuenta que no sirve como alternativa al Partido Socialista".
Otras fuentes, sin embargo, temen la pérdida de votos con la repetición electoral: "Es verdad que María recibió votos 'prestados' del PSOE, pero la gente presta el voto una vez, y no eternamente".
La gran esperanza, en todo caso, está en que esas elecciones se celebren después de las generales, y tras un triunfo claro de Feijóo: "Con el viento de cambio a favor será más fácil mejorar los resultados".
