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El Liberal - Política

Los presupuestos vuelven a dinamitar la frágil unidad del independentismo

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès (izquierda) y el President Torra (derecha) en sus escaños del Parlament durante el último pleno de presupuestos

Ni las pandemias pueden con las cíclicas guerras intestinas entre los dos socios del Govern independentista de la Generalitat: JxCAT y ERC, lo que demuestra que siguen tan distanciados y a la greña como siempre y que ni siquiera los estados de alarma les afectan. Mientras que la formación que encabeza el President de la Generalitat, Quim Torra, que no desaprovecha ni la más mínima ocasión para marcar su perfil más separatista, abre la puerta a introducir modificaciones en las cuentas (sin consultarlo previamente con su adlátere). Atónita, ERC no quiere ni la más mínima demora en la tramitación, ahora que lo tenía todo atado y bien atado.

La unidad del independentismo dura menos que una mascarilla en la puerta de un hospital. La consellera de Presidència, Meritxell Budó (JxCat), ha asegurado que el COVID-19 lo cambia todo y que “si hace falta que se replanteen los presupuestos, se replantearán”. Las razones que esgrime Budó para sopesar modificaciones en las cuentas de la Generalitat son de peso:  las previsiones de crecimiento económico y, por ende, los ingresos previstos en las arcas autonómicas apuntan descaradamente a la baja. “No podemos actuar como si nada hubiera pasado”, aseguran los fieles a Carles Puigdemont.

Desde la Conselleria de Presidència, JxCat se plantea varios escenarios, desde reelaborar las cuentas de arriba abajo hasta introducir unas pequeñas correcciones. Si al final se apuesta por reescribir los números, el proceso de nueva redacción, tramitación y ratificación de los presupuestos para el 2020 se alargaría como mínimo hasta septiembre, con lo que unas hipotéticas elecciones autonómicas tendrías que posponerse hasta finales de año o más allá.

No es momento de replantearse las cuentas

Las palabras de Budó han caído como un jarro de agua fría entre las filas republicanas, que ya se veían con las cuentas aprobadas, como muy tarde, a finales de abril. “Ahora no se pueden replantear los presupuestos. En todo caso, una vez aprobados se pueden reasignar prioridades”, sostienen desde la Conselleria de Economía, que dirige el vicepresidente republicano, Pere Aragonès. ERC defiende que solo con los presupuestos aprobados en la mano va a poderse hacer frente con firmeza al coronavirus, y que por tanto son “imprescindibles”.

Pero en JxCat ven en la crisis del coronavirus una oportunidad única para ganar tiempo, hacer electoralismo e intentar recortar distancia en las encuestas electorales con sus socios y a la vez rivales en las urnas. Por eso enarbolan mensajes del tipo “muchas de las previsiones presupuestarias han quedado desfasadas” como consecuencia de la devastadora pandemia. “Estamos intentando dar respuestas a aquellas necesidades más inmediatas (en relación al COVID.19), y si hace falta replantearse los presupuestos, se replantearán”, ha reiterado Meritxell Budó.

El pasado viernes, el grupo parlamentario de Ciudadanos anunció que pedirá un dictamen al Consell de Garanties Estatutàries (CGE) que ratifique si los presupuestos de la Generalitat para 2020 se ajustan o no a la Constitución y al Estatut. Con independencia de lo que diga el informe, la mera solicitud del mismo ya puede retrasar el pleno del Parlament en el que debían aprobarse por lo menos un mes. En ERC están con la mosca en la oreja debido a que la primera reacción del confinado Torra a la petición de Cs fue calificarla de “irresponsabilidad”, porque retrasaba su tramitación, pero está visto que en JxCat tampoco le hacen ascos a lo contrario. “Es una enorme contradicción”, critican desde las filas de Aragonès.

Introducir enmiendas permitiría redistribuir los números

Lo cierto es que también hay soluciones intermedias, porque pueden presentarse enmiendas a los presupuestos a través de un debate en la cámara del Parlament o mediante autoenmiendas elevadas por el propio gobierno siempre y cuando no modifiquen el techo de gasto. También podrían tirar por el camino del medio y votar a favor de alguna de las enmiendas que los grupos de la oposición ya han elevado a la cámara para redistribuir los números, destinando más partidas a la lucha contra el coronavirus.

Para intentar disimular ese nuevo desencuentro público, Torra y Aragonès se han aliado para atizar al unísono a Ciudadanos por su maniobra con el CGE y pedirle que retire “la impugnación”. "De los irresponsables solo pueden salir decisiones irresponsables", ha dicho el President de la formación naranja. Desde su rincón del cuadrilátero, Pere Aragonès ha elevado a “irresponsabilidad máxima” la acción de Cs, muy en comunión con las declaraciones de Quim Torra. Pero la carga contra Ciudadanos no es más que otra columna de humo para esconder que el cisma en el independentismo está, de nuevo, servido.

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