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El Liberal - Política

El independentismo aprovecha la crisis del coronavirus para intentar movilizar a sus bases

El presidente de Cataluña, Quim Torra.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, sorprendió a todos el pasado viernes declarando el “confinamiento solidario” de los ciudadanos de Cataluña. Apelando a la necesidad de proteger la salud de los residentes en esta comunidad frente a la amenaza del coronavirus, Torra exigía al Gobierno del socialista Pedro Sánchez ayuda” para poder cerrar Cataluña a cal y canto, por tierra, mar y aire. Horas antes, había ordenado el confinamiento de cuatro localidades en la comarca de Osona asegurando, por boca de su consejera de Salud, Alba Vergès, que el brote detectado en una de ellas, Igualada, era “diferente” y “especial” a otros ya localizados en España.

No fue difícil encontrar en internet numerosos mensajes de igualadinos que el 29 de febrero habían viajado hasta Perpignan para asistir al mitin de Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín. Un evento organizado por el Consell per la República de cara a las elecciones autonómicas que deben celebrarse este año y al que también había asistido el presidente, hoy confinado en la Casa dels Canonges tras haber dado positivo por coronavirus.

El anuncio del “confinamiento solidario” por parte de Torra fue, en realidad, el disparo de salida de una nueva ofensiva independentista que, aprovechando la grave situación creada en España por la pandemia del coronavirus, intenta volver a movilizar a los suyos con el disparatado argumento de que el Estado busca acabar con el separatismo en estos momentos. Una maniobra que se ha encontrado con el muro del Gobierno de Sánchez, inasequible a las exigencias que, desde Cataluña, están planteando estos días los separatistas, tras engrasar y poner de nuevo en marcha toda su maquinaria contra España. Tanto Sánchez como su ministra de Defensa, Margarita Robles, han dejado claro a Torra que España es un país sin fronteras interiores.

 

La acometida independentista pretendía también evitar que el Real Decreto de estado de alarma que se aprobó el pasado sábado se aplicara en Cataluña. Y no solo por falta de confianza en la gestión del Estado, que también, sino por el miedo a perder el control de áreas como Salud o los Mossos, que, en virtud del decreto, han pasado a ser tuteladas por los ministerios de Sanidad e Interior. En esta maniobra se perseguía, además, impedir que el Ejército, como ya está haciendo en otros puntos de España, se desplegara en Cataluña. Algo que podría suceder en cualquier momento considerando que en esta comunidad están localizados algunos de los puntos calientes de la pandemia dentro de España.

El independentismo ha intentado que Sánchez no aplique en Cataluña el Real Decreto de estado de alarma para evitar perder el control de los Mossos y que el Ejército se despliegue en Cataluña.

Torra daba entonces un paso más al negarse a firmar el comunicado de “unidad de acción” de los presidentes autonómicos con el Estado frente al coronavirus. El presidente y los suyos justificaban la decisión asegurando que el Real Decreto del estado de alarma es, en realidad, un 155 encubierto con el único fin de impedir la independencia catalana.

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Campaña en redes sociales 

La ofensiva política, como es habitual en el independentismo, se apoya a su vez en redes sociales como Twitter, donde políticos separatistas y tuiteros del movimiento iniciaron paralelamente al anuncio de Torra una campaña exigiendo, primero, el “cierre” de Madrid y, después, el de Cataluña. No dudaron en acusar a los madrileños de ser responsables de la propagación del virus por toda España, sobre todo en la costa levantina. Y fue la eurodiputada Clara Ponsatí quien puso la guinda al pastel al tuitear la frase “De Madrid al cielo”, como comentario a una noticia sobre las personas fallecidas por coronavirus en la capital. Carles Puigdemont no tuvo ningún reparo a la hora de rebotar el mensaje de su compañera de fuga para sus miles de seguidores. Ciudadanos ha remitido el tuit y el retuit a la Unión Europea.

Tuit de la eurodiputada Clara Ponsatí mofándose de los fallecidos madrileños. 

Nada dijeron ninguno de ellos, sin embargo, de los barceloneses que, el mismo día, salían en masa con destino a la Cerdanya y la Costa Brava con el objetivo de pasar allí la entonces más que previsible cuarentena que fijaría después el estado de alarma.

El experto y los medios

A la vez, unos y otros difundían el mensaje de que sólo con un “confinamiento solidario” y bajo el mando de las autoridades independentistas, Cataluña podría hacer frente al coronavirus. Con este objetivo, han fichado como “experto” al epidemiólogo Oriol Mitjà, del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y que en la actualidad investiga sobre enfermedades de transmisión sexual.

El experto Oriol Mitjà decía en febrero, con la crisis del MWC, que el coronavirus era "una enfermedad psicológica" y descartaba contagios en Cataluña.

Sorprende ver a Mitjà defendiendo ahora a diario y en todos los medios de la órbita separatista los planteamientos del Govern de Torra cuando en febrero, poco antes de la cancelación del MWC, aseguraba en RAC1 que el coronavirus se había convertido en una “enfermedad psicólogica” y añadía que era “poco probable” que en Cataluña apareciera algún caso. Hoy exige el lockdown de Cataluña, la gestión de la crisis por parte de las autoridades catalanas y la dimisión del comité de emergencia creado por el Gobierno central.

Los medios independentistas, como El Nacional o Vilaweb, apuntalan a diario la ofensiva. Entrar en sus webs es acceder a un mundo en el que Cataluña es el faro que alumbra a Occidente para vencer la pandemia. Este martes, por ejemplo, el digital dirigido por José Antich ofrece titulares como “La prensa europea confía en la ciencia catalana para acabar con el coronavirus” o “Los errores que ha cometido el gobierno español, según el experto Oriol Mitjà”. En el de Vicent Partal, más dirigido hacia lo que el independentismo llama Países Catalanes, los titulares son también sorprendentes: “Juli Peretó: Para combatir el coronavirus, es clave secuenciar el genoma como ya se ha hecho en Valencia”, “El Covid-19, ¿antesala de la dictadura?”.

El Nacional

Denuncias contra el Govern

Pero en Cataluña no es oro todo lo que reluce. Y son muchas las voces que llevan días denunciando que los centros sanitarios públicos o las prisiones catalanas carecen de material de protección para hacer frente a la pandemia. Con 1.866 contagiados contabilizados este martes y 41 fallecidos, el último en acusar al Govern de no actuar como debe ha sido el sindicado Iac-Catac (Intersindical Alternativa de Cataluña-Candidatura Autónoma de Trabajadores de la Administración de Cataluña). Según esta central, la Generalitat, que no está proveyendo a médicos y enfermeras de material para su protección, sí está exportando máscaras a Italia a través del Centro de Iniciativas para la Reinserción, dependiente de la Consejería de Justicia, en manos de ERC.

Numerosos colectivos, como los sanitarios, los mossos y los jueces, han denunciado la mala gestión de la crisis por parte de la Generalitat.

La situación en centros de salud y hospitales es caótica y la falta de material está provocando, incluso, que los sanitarios tengan que reutilizar elementos tan básicos para su protección como las batas. Los mossos denuncian, por su parte, no tener acceso a las pruebas para saber si han contraído o no la enfermedad. Y los jueces de Barcelona han criticado duramente la ineficacia del Consejo General del Poder Judicial y de la Generalitat en lo que a prevención se refiere.

Campaña electoral 

Otro empiezan a tener claro que Torra y los independentistas más radicales están utilizando la crisis del coronavirus con intenciones meramente electorales. Así lo ha denunciado también este martes la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Hospitalet de Llobregat, la socialista Núria Marín. “Lo que hemos visto en los últimos días”, ha asegurado, “indica que se está haciendo un inicio de campaña electoral”. Marín ha pedido a la Generalitat dejar a un lado la política y apoyar al Gobierno  central en la lucha contra la pandemia. Algo muy similar a lo que ya exigió la ministra de Defensa a Quim Torra el pasado domingo, cuando el presidente catalán se negó a firmar el comunicado con los presidentes autonómicos: “Si algún responsable público hace un planteamiento puramente político de esta situación, no merece ser llamado responsable”.

Núria Marín, en el despacho de la alcaldía de L'Hospitalet, en una imagen reciente.   

Y algo de razón tiene, finalmente, Marín al hablar de campaña electoral porque, si el enfrentamiento independentista contra España es ahora grave, mucho más lo es el que mantienen sus dos principales partidos, JxCat y ERC. Basta un paseo por Twitter para comprobar cómo los primeros atacan ferozmente a los segundos acusándoles de complicidad con el Estado a diario. Los republicanos, mientras tanto y con su líder, Pere Aragonés, también contagiado, intentan capear el temporal y siguen confiando en que, una vez que acabe la crisis del coronavirus, todo pueda volver a la normalidad de la mesa de negociación con el Estado y a través de la que pretenden obtener el sí del Gobierno de Sánchez a la celebración de un nuevo referéndum por la independencia y la amnistía de los condenados por el 1-O. Algo que, visto lo visto, parece cada día más improbable.

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