Economía

Brasil y Turquía: el elefante en la habitación de BBVA y Santander

Las grandes apuestas de las dos principales entidades españolas siguen mostrando síntomas de debilidad de los que el propio Banco de España ya ha llegado a advertir

BCE
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri; la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, y el presidente de BBVA, Carlos Torres. EFE

La destitución del gobernador del banco central de Turquía, Naci Ağbal, y el descontrol de la pandemia de Brasil hacen pensar que el 2021 no será un año tranquilo para los dos bancos más internacionales de nuestro país: BBVA y Santander.

De hecho, el Banco de España ya advirtió al comienzo de la pandemia que esta crisis iba a ser más heterogénea que la anterior y que afectará más a las entidades con "mayor exposición geográfica susceptibles a la pandemia" y a aquellas con mayor exposición a las actividades productivas en riesgo, así como las que que partan de una "peor situación inicial en términos de calidad de balance y rentabilidad".

Esta semana, BBVA vivió una sesión de máxima tensión en la Bolsa después de que se agravara la crisis de confianza en la política monetaria del país otomano, socavando aún más su estabilidad macroeconómica. El pasado fin de semana se destituyó repentinamente al gobernador del Banco Central de Turquía, poco después de un ajuste de los tipos de interés de 200 puntos básicos.

"La repentina destitución de Ağbal -después de haber subido los tipos de forma preventiva 875 puntos básicos desde noviembre del año pasado, logrando elevar los tipos reales por el camino- socava una vez más la credibilidad de la banca central de Turquía", afirma Dennis Shen, analista de Scope.

Y es que es probable que la inesperada salida del mandatario provoque un nuevo deterioro de las reservas turcas tras la estabilización a corto plazo que se produjo durante su mandato. Las reservas brutas de Turquía aumentaron en unos 9.000 millones de dólares desde noviembre, hasta llegar a los 92.000 millones de dólares del 14 de marzo, que siguen siendo insuficientes. Los flujos netos de capital, excluyendo la inversión directa extranjera, han vuelto a registrar entradas netas en lugar de salidas netas.

BBVA cree que el principal riesgo en Turquía es su divisa

No obstante, el propio consejero de BBVA, Onur Genç, advirtió esta misma semana que el principal riesgo para la entidad en Turquía no radica en el reciente cese del gobernador del Banco Central turco, sino en la operativa en divisas extranjeras, algo que la entidad puede manejar "sin problemas" al ser inversor a largo plazo.

A este respecto, asegura que "ese es el riesgo que estamos gestionando". "Turquía es un mercado emergente donde el banco otorga préstamos en euros y dólares, y donde se ha reducido el libro de préstamos en estos años porque no estamos seguros con la divisa", agrega.

Según los analistas de Investing, la inestabilidad del banco en Bolsa será en el corto plazo, ya que un desplome de la divisa turca del 10% frente a la divisa comunitaria sólo tiene una incidencia de dos puntos en el capital de BBVA. Además, agregan, el banco español está realizando cobertura en el mercado de divisas para proteger su capital.

No sólo Turquía...

El gran problema del Banco Santander es que su principal mercado -Brasil- aporta ya el 25% de todas las muertes que se registran en el mundo por covid-19. El actual promedio de muertes por esta enfermedad es de casi 2.300 al día.

En total, el país carioca ya contabiliza más de 303.000 fallecido y actualmente es la región del planeta donde más se muere por este motivo. El número de infectados supera los 12,3 millones de personas. Con este panorama no es de extrañar que el Banco Santander haya decidido que casi toda su plantilla siga teletrabajando.

Los esfuerzos que está haciendo el banco a este respecto son intachables, pero si es cierto que la economía de Brasil se verá resentida por esta enorme crisis sanitaria. El Banco Central de Brasil ha vuelto a rebajar las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2021, pasando de una proyección del 3,8% a una del 3,6%, debido a la incertidumbre que todavía persiste en la actividad económica por la evolución de la pandemia, según ha relatado en su último informe.

De su lado, las previsiones para la inflación este año son de en torno al 5%, lo que supone un nivel superior a la meta del 3,75%, aunque se mantiene dentro del intervalo de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales previsto por el Banco.

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