La parada de dos centrales nucleares provoca que España tenga que quemar más gas

Las borrascas han provocado que el aire haya sido la principal fuente de generación de electricidad en España en octubre. Un mes extraordinario en producción de energía renovable que, aún así, ha necesitado el respaldo de otras tecnologías de apoyo como los ciclos combinados de gas que han aguantado al sistema ante la parada de dos centrales nucleares.

La central de Cofrentes se encuentra en parada programada desde el 6 de octubre y se espera que se acople el 15 de noviembre. Por su parte, la central de Ascó II se encuentra en parada fría desde el 23 de octubre y se espera su reconexión para el 1 de diciembre. Si a ello se suma que durante este mes se han producido paradas no programadas en Ascó por averías en la red eléctrica, el resultado de estos factores muestran un descenso de la electricidad que llega a través de la nuclear del 23,3% de septiembre al 19,1% de octubre. 

“A pesar del incremento renovable, destacan que los ciclos combinados de gas han mantenido una notable participación del 16,8% en el mix de generación y han marcado precio el 15,30% de las horas, a un promedio de 111,60 euros megavatios hora”, detallan los analistas del Grupo Ase.

El problema es que las nucleares son tecnologías de respaldo que sirven al sistema para aguantar el sistema tanto si hay una gran producción de renovables como para apoyar el sistema en los valles de producción de estas tecnologías. 

Más gas, con o sin renovables

Y en esta ocasión ha sido un ejemplo de la necesidad de tecnologías de respaldo en un mes de gran producción renovable. La entrada de sucesivas borrascas a la península durante la última quincena ha permitido que la eólica generara el 30,4% del mix de generación y que muchos días respondiera a más del 50% de la demanda, hundiendo los precios. 

El 20 de octubre, la eólica cubrió un 70% de la demanda y estuvo cerca de batir su récord histórico. La eólica este mes ha sido un 16,2% mayor que la del año pasado y está un 36,1% por encima de su promedio de los últimos cinco años.

Su aportación ha permitido que la generación de origen renovable ascendiera a un 53,2% del mix. El resto de las renovables también han crecido en el mes de octubre: la hidráulica un 117,2% y la fotovoltaica un 27%.

Pero, aún así, el sistema ha necesitado el gas para asegurar el suministro. En septiembre, con una generación ‘verde’ menor, los ciclos combinados de gas supusieron el 21,5% de la electricidad en España y, con un octubre de récord renovable, el peso de estas tecnologías emisoras se sitúa en un 16,8%. “Es un mes que sirve de ejemplo de que el hueco de las nucleares, actualmente, se llenaría con la generación térmica de gas”, explican desde el sector. 

¿Qué pasará en el futuro sin las nucleares?

En una década, el sistema eléctrico español tendrá que operar sin la energía nuclear. El Gobierno de España aspira a que el 81% de la generación eléctrica sea renovable en 2030. Y todo apunta a que un 12% de ese hueco se cubra con gas natural mientras las centrales nucleares van desapareciendo del sistema.

La batalla política de las pasadas elecciones puso encima de la mesa la posibilidad de ampliar la vida útil de los siete reactores mientras tecnologías como el almacenamiento van dando estabilidad a la generación 'verde'.

Pero una nueva coalición del Gobierno liderada por el PSOE cierra cualquier posibilidad en este sentido. El primer cierre se puede producir esta misma legislatura en Almaraz I, uno de los reactores de la central de Cáceres que comparte Iberdrola con Endesa y Naturgy, que tiene previsto apagarse en noviembre de 2027.

El resto de reactores irían cerrando en cascada si esta nueva política no entrara en vigor. Almaraz II lo haría en 2028 y, en 2030, Ascó I (Tarragona) y Cofrentes (Valencia). El siguiente cierre se produciría en septiembre de 2032 con Ascó II y culminará en 2035 cuando se apaguen en febrero Vandellós II (Tarragona) y Trillo (Guadalajara) en mayo. Un período en el que se pondrá a prueba de nuevo al sistema eléctrico.