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Economía

El Gobierno sigue 'ocultando' a los inversores extranjeros el impacto económico de la guerra

En el último informe de abril el Tesoro tampoco hace mención alguna al impacto económico del conflicto en Europa y mantiene intactas sus previsiones macroeconómicas

guerra inversores extranjeros
Pedro Sánchez y Nadia Calviño.

El Gobierno apura los últimos minutos para revisar su cuadro macroeconómico, en el que deberá pegar un buen tijeretazo a su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). El plazo se agota este sábado 30 de abril, fecha límite para enviar a Bruselas el Programa de Estabilidad actualizado. Mientras tanto, hace oídos sordos a las amenazas que la guerra en Ucrania y la escalada de precios suponen para la economía y las omite en el último informe que el Tesoro ha publicado para los inversores extranjeros, referente al mes de abril.

Con esta presentación, denominada ‘Spanish Treasury Chart Pack’ (Paquete de Gráficos del Tesoro Español), el Ministerio de Asuntos Económicos busca convencer a los inversores para que adquieran deuda española. En ella se exponen una serie de indicadores, muchos de ellos positivos, especialmente los del empleo, así como un cuadro macro desactualizado en el que se contempla un crecimiento de la economía del 7% este año. Una previsión que el Gobierno deberá rebajar en al menos dos puntos en el Programa que enviará a la Comisión esta semana.

La mayoría de organismos económicos han puesto ya sobre la mesa sus estimaciones. El Banco de España ha hundido al 4,5% el avance del PIB en 2022 y ha disparado al 7,5% la inflación media del año. La AIReF, por su parte, prevé un repunte de la economía de apenas el 4,3% y eleva la inflación hasta el 6,2%. También instituciones internacionales como el FMI han rebajado sus expectativas para España. Aunque el más pesimista hasta ahora ha sido el servicio de estudios de BBVA, quien augura un crecimiento de la economía del 4,1% y una inflación media del 7% para este año.

En la exposición publicada hace unos días, el Gobierno no incluye la última previsión de crecimiento del FMI para España sino la avanzada en enero, que estaba un punto por encima de la última actualización y que sitúa a España como el país con mayor crecimiento. En la página referente al Índice de Precios, sí incluye un gráfico con la evolución del IPC, que repuntó un 9,8% en marzo, así como el diferencial con la eurozona. El documento culmina con el importante incremento de los fondos recibidos desde la Unión Europea, en el marco del Plan de Recuperación de la covid-19. 

Tres meses omitiendo el riesgo de la guerra

Tras la publicación de este informe en su página web, el Tesoro lleva tres meses obviando el impacto económico de la guerra en Europa en su escenario macroeconómico. En el documento de febrero, publicado en los prolegómenos del conflicto, el Tesoro Público no sólo no hizo mención al riesgo que supondría un conflicto entre Rusia y Ucrania para la recuperación de España, sino que mejoraba la perspectiva económica para este año en cerca de un punto porcentual.

Esto ocurrió por el efecto de rebajar el crecimiento de 2021 a cerca de un 5% (frente al 6,5% defendido en anteriores presentaciones pese a las advertencias de los distintos expertos y analistas y del propio Instituto Nacional de Estadística) y mantener intacto el PIB esperado para 2022. De esta forma, el Gobierno se resiste a asumir ante los inversores internacionales un escenario repleto de incertidumbres, en el que no se vislumbra la recuperación de la economía hasta bien entrado el 2023, frente a otros países europeos que ya han retornado a los niveles prepandemia.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, recordó este martes en un evento que en nuestro país "a finales de 2021 todavía persistía una brecha negativa del producto con respecto a los niveles prepandemia de 3,8 puntos porcentuales, mientras que en el conjunto del área del euro esa brecha ya se había cerrado". Esto se debe a la composición sectorial de la actividad, pues la recuperación tiende a estar más retrasada en aquellos países en los que los servicios muy dependientes de la interacción personal, como los ligados al turismo, tienen un peso elevado en la economía.

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