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Economía

HUELGA DE TRANSPORTES

El Gobierno escamotea 500 millones y ya lleva más de 2.000 en pérdidas por la huelga

La factura del paro se eleva a 130 millones diarios sólo en los supermercados, que buscan nuevas vías de suministro para evitar el desabastecimiento de las tiendas

supermercado huelga
Un supermercado con problemas de suministro por la huelga de transportes. EFE

El Gobierno escamotea 500 millones de euros a los transportistas, aunque ya lleva más de 2.000 millones en pérdidas acumuladas en los once días de huelga. Lo que el Ejecutivo describía el lunes 14 de marzo como un paro minoritario de una plataforma poco representativa, se ha convertido en una huelga general encubierta que ha paralizado a la cadena alimentaria e impactado en la industria y en varios sectores, con un coste de más de 130 millones de euros al día sólo en los supermercados, según cálculos del sector.

El Gobierno se refería además a los convocantes, la Plataforma en Defensa del Sector Transportes, como "ultras", "ulltraderecha", que incluso, le hacían "el juego a Putin". Así lo han dicho la ministra de Transporte, Raquel Sánchez; la portavoz, Isabel Rodríguez, y la de Hacienda, María Jesús Montero. Y se han negado a reunirse con ellos. En todo este proceso, además, ha pesado el retraso de la medidas y su indefinición. Sólo el séptimo día de la huelga y ya con casi mil millones en pérdidas, el Gobierno puso encima de la mesa 500 millones de euros de un plan de ayudas que no concretó, lo que llevó a otras tres plataformas al paro: Fenadismer, que integra a más de 32.000 empresas de transporte con más de 50.000 vehículos, Fetransa y Feintra.

Ademas, el Ejecutivo convocaba a una nueva reunión y la llevaba cuatro días más tarde, el viernes, mientras el paro se iba cristalizando y extendiendo. El miércoles, en pleno clamor empresarial y tras un comunicado incendiario de CEOE y Cepyme, tuvo que rectificar y la adelantó a ayer. La consigna la dio el propio Pedro Sánchez, que dijo el miércoles que el Gobierno "no se iba a levantar de la mesa hasta que hubiera acuerdo". Pero se trataba ya de once días de paro.

Todo esto, sin que el Gobierno dé hasta el momento su brazo a torcer en su negativa a reunirse con los convocantes del paro, quienes han dicho que no pararán hasta que el Gobierno les reciba y que además tienen adeptos -transportistas de Aragón ha anunciado por ejemplo que este viernes vienen a manifestarse a Madrid pase lo que pase- además de quienes no trabajan por temor o porque no tienen mercancía que llevar por los problemas de producción de fábricas y plantas.

Es el caso de la pesca, que aunque oficialmente ha desconvocado su paro después de reunirse con el ministro de Agricultura, Luis Planas, no todas las cofradías lo secundan. A lo que se añade que en muchas ocasiones, lo que pesquen no se va a poder transportar. Algunas fábricas del metal, altos hornos y la automoción hacen paros parciales o han entrado en ERTE directamente.

La huelga golpea al supermercado

Se trata de la estimación del golpe que ya ha supuesto el paro solo en la cadena alimentaria y del gran consumo -sin tener en cuenta el daño en otros sectores como la automoción-, y que refleja que, solo en los cinco primeros días la convocatoria del transporte, las pérdidas en estas empresas alcanzaron los 600 millones de euros en supermercados, granjas, puertos o fábricas de alimentación y bebidas.

De hecho, centrando la atención en la distribución (supermercados, hipermercados, tiendas de alimentación...), los sobrecostes diarios están cifrados en 130 millones de euros sólo para este sector, con el objetivo de evitar el desabastecimiento. "Son sobrecostes para minimizar el impacto de que no lleguen mercancías a tiendas, y tiene que ver con buscar nuevos proveedores, mover stock previstos para otras tiendas...", explican fuentes del sector consultadas por Vozpópuli.

No obstante, matizan estas fuentes, la estimación total del impacto es "a la baja", puesto que no recoge el golpe económico del paro tras la unión al mismo de Fenadismer, que se incorporó este martes a la protesta ante la "falta de concreción" de las ayudas prometidas por el Gobierno.

Lejos de tocar a su fin, la "factura" derivada del paro de los transportistas corre el riesgo de incrementar considerablemente su tamaño si las fábricas paran su producción de forma generalizada, como ya han hecho Calvo o Cuétara. Así, grandes compañías como Heineken o Pastas Gallo se mantienen a la espera de la resolución del conflicto esta semana, sin descartar tener que paralizar su actividad antes del viernes.

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