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Economía

HUELGA DE TRANSPORTES

El gran consumo exige al Gobierno que intervenga en la huelga: "Es ya un problema de Estado"

Las patronales del sector insisten en que la situación "ya es insostenible" y en que está obligando a las fábricas -como Calvo, Cuétara o Dcoop- a interrumpir su producción

Nadia Calviño y Pedro Sánchez.

Más de una semana después de que comenzara el paro de transporte, la cadena alimentaria y del gran consumo ha alertado este martes de que "la situación ya es, en estos momentos, insostenible". En un comunicado, suscrito por las patronales Cooperativas Agroalimentarias, Fiab, Aecoc, Asedas, Aces y Anged, las empresas han instado a "acabar  inmediatamente con un conflicto que está teniendo elevados costes para la economía y el conjunto de la sociedad".

Desde la cadena de valor agroalimentaria y del gran consumo "se  considera inaplazable poner fin a esta situación  que está poniendo en claro riesgo el abastecimiento de productos, así como la continuidad de miles de negocios y empleos”, explica el texto. En este sentido, las empresas han hecho un llamamiento al Gobierno de España para que ponga en marcha "una intervención urgente en un conflicto que se ha convertido en un problema de Estado con un impacto sobre la economía y los ciudadanos que no admite demora”.

"El paro está teniendo ya un gran impacto en toda la cadena alimentaria -sector primario, industria, transporte y distribución-,  provocando graves daños económicos, la paralización y el cierre de fábricas y poniendo en peligro más de 100.000 puestos de trabajo", explican las patronales en el comunicado, en el que recogen que "numerosas empresas y cooperativas han tenido que interrumpir sus procesos de fabricación y se han visto obligadas a cerrar temporalmente sus plantas ante la falta de suministro", como es el caso de Calvo, Azucarera,  Cuétara, Dcoop, JaenCoop, Agrosevilla o fábricas de pienso. 

"Ante esta situación, las empresas de distribución trabajan para adaptar su surtido, tratando de reemplazar aquellos productos que no están llegando al punto de venta por otras alternativas, con el fin de que el consumidor pueda realizar su compra con la mayor normalidad posible"; apunta el comunicado, que recalca: "Es importante destacar el esfuerzo que están haciendo todos los proveedores para que, hasta en situaciones como las actuales, el máximo de productos posible pueda llegar a las tiendas para evitar el desabastecimiento".

Danone o Heineken paralizarán las fábricas

Ya el viernes, estas asociaciones empresariales apuntaban a que "el recrudecimiento de las acciones de los convocantes del paro del transporte que, desde el pasado lunes, trata de paralizar el país está teniendo un efecto devastador sobre toda la cadena de suministro de alimentación (sector primario, industria, transporte y distribución), con pérdidas que ya alcanzan los 600 millones de euros, ponen en peligro más de 100.000 puestos de trabajo y están perjudicando especialmente a sectores igualmente afectados por el actual escenario inflacionista".

De hecho, y tras más de una semana de protestas, este mismo martes Danone anunciaba que tendrá que interrumpir su actividad en 24 horas si no hay soluciones por una "inminente ruptura de suministro en España", mientras que Heineken avisaba: "Si la situación continúa así, la cervecera se verá imposibilitada a servir sus productos a las superficies comerciales, bares y restaurantes, y a aprovisionarse de materias primas".

Se trata de los efectos de la huelga de los transportistas convocados por la Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera, no incluida en el mayoritario Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), con quien sí se sentó el Gobierno este lunes a negociar.

Por su parte, Unesid, que representa a la industria siderúrgica y de primera transformación, ha reclamado este martes que "las perturbaciones del trabajo de las empresas están alcanzando niveles de máxima gravedad". "En estos momentos, ningún fabricante del sector opera con normalidad, viéndose las plantas obligadas a reducir o incluso detener la producción por la falta de abastecimiento de materias primas o la incapacidad de hacer llegar los productos a los clientes", explicaba esta patronal.

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