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Economía

Las 'tretas' de Glovo para sobrevivir a la nueva 'ley rider'

La plataforma contratará a 2.000 repartidores y operará con un modelo "inédito" con autónomos que, según la compañía, respetará la nueva regulación

Los repartidores de Glovo denuncian que la nueva aplicación reduce sus ingresos
Repartidor de Glovo. EUROPA PRESS

La historia de las plataformas de reparto de comida a domicilio cambiará en España el próximo jueves. Ese día entrará en vigor la esperada Ley Rider impulsada por el Gobierno. A partir de entonces, deberán dar servicio con 'riders' asalariados que hasta ahora trabajaban como autónomos. Las compañías trabajan a contrarreloj para adaptarse al nuevo marco legal. Los planes de Glovo, que se beneficiará de la caída de Deliveroo, han levantado ampollas entre los más críticos.

La puesta en marcha de la norma coincide casi en el tiempo con el terremoto provocado por Deliveroo. La compañía británica, que aterrizó en España en 2015, anunció el 30 de julio su intención de salir del país, donde ocupa el cuarto puesto de un ránking liderado por Just Eat, Glovo y Uber Eat. La decisión de Deliveroo aún no es del todo definitiva. No era ninguna secreto que la fuerte competencia que existe en el sector se acabaría llevando por delante a alguno de los actores.

Para Deliveroo, España representa menos del 2% del valor bruto de sus transacciones. Uno de sus objetivos es operar en los países donde ocupa la primera o la segunda posición en el sector. La firma, sin embargo, no relaciona públicamente su salida con la entrada en vigor de la Ley Rider, que empujará a estas empresas a asumir los costes de las contrataciones de los repartidores.

Glovo será el principal beneficiado de la salida de Deliveroo. El 58% de los clientes de la plataforma británica lo son también de la española, según Fintonic

Los 'riders' pueblan desde hace más de un lustro las calles de las grandes (y no tan grandes) ciudades españolas. Las restricciones a los bares y restaurantes han consagrado las cifras del sector. Según la app de finanzas Fintonic, durante los meses de confinamiento de 2020 se multiplicó por tres la penetración de estos servicios. En Madrid y Cataluña, por ejemplo, una de cada tres personas utilizó una de las cuatro plataformas en esas fechas.

El mismo análisis coloca a Deliveroo un peldaño por detrás de Just Eat, Glovo y Uber Eats en comunidades como Madrid o el País Vasco. Pero en términos de facturación se acerca mucho a las tres líderes. Fintonic prevé que el principal beneficiado de la salida de Deliveroo será Glovo. Esto se debe a que el 58% de los clientes de la primera lo son también de la segunda. El 37% de los usuarios que comparten la compañía británica y la española no usan Just Eat ni Uber Eats. Deliveroo, que al principio se especializó en repartir comida a domicilio de restaurantes "de calidad", también cuenta en España con el ticket medio más alto: 26 euros, frente a los 22,5 de media de las otras tres plataformas.

Cuenta atrás para la Ley Rider

Las compañías apuran estos últimos días para adaptarse a la nueva regulación. La normativa es el resultado de años de polémica sobre el tipo de relación laboral que guardan los repartidores con estas empresas. En septiembre de 2020, una sentencia del Supremo despejó dudas y declaró que Glovo no era una "mera intermediaria" en la contratación de servicios entre comercios y repartidores. El Alto Tribunal explicó que los repartidores no tenían organización empresarial propia, ni autónoma, pero prestaban sus servicios insertados en la misma empresa. Es decir, que la relación entre el 'rider' y Glovo era de naturaleza laboral.

En concreto, desde el 12 de agosto las empresas deberán utilizar trabajadores asalariados para el reparto a domicilio. La Ley sostiene que los 'riders' mantienen una relación laboral con la plataforma. Y, por tanto, tienen todos los derechos que recoge el Estatuto de los Trabajadores. La regulación no obliga a que las empresas contraten directamente a los repartidores. También pueden hacer los repartos con empleados de una compañía subcontratada. El objetivo, en cualquier caso, es acabar con la figura del falso autónomo.

Glovo: un modelo "inédito" y polémico

En los últimos días las compañías han ido revelando detalles de cómo adaptarán sus modelos para seguir operando en España cumpliendo la Ley. La salida de Deliveroo dejará sin trabajo a más de 3.800 trabajadores. Su plan es darlos de alta en la Seguridad Social para laboralizarlos y después abrir un proceso de despido colectivo.

Los cambios anunciados por Glovo no han gustado nada al sindicato UGT. La plataforma catalana renuncia a subcontratar flotas de reparto. Su intención es contratar a 2.000 'riders' en las grandes ciudades antes de que acabe el año y operar, a su vez, con un nuevo modelo "inédito en España" con repartidores autónomos.

Glovo promete que el modelo de autónomos da a estos repartidores más flexibilidad y autonomía en su trabajo. Los propios 'riders' podrán decidir cuando se conectan a la plataforma, marcarán sus propios precios y no les penalizará si deciden no realizar un servicio. Según la empresa, este mecanismo respeta la Ley Rider, los criterios de ajenidad y dependencia del Estatuto de los Trabajadores y lo establecido por el Supremo y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

UGT no piensa lo mismo. El sindicato ha advertido que no va a permitir que la plataforma "se salte" la Ley Rider. Considera que su nuevo modelo de autónomos es otra forma de "seguir engañando" a miles de repartidores y que debe tener consecuencias penales. La organización cree que este sistema "refuerza la precariedad y el abuso hasta extremos no conocidos en democracia". "Se refuerza la competencia salvaje entre los repartidores que subastan a la baja su trabajo", señalan en un comunicado.

El director de Glovo para España y Portugal, Diego Nouet, explicó a Cinco Días que la Ley Rider no obliga a la empresa a laboralizar, sino que articulo una "presunción de laboralidad" en el sector del Delivery, "algo que en última instancia ya está regulado por el Estatuto de los Trabajadores". "Como en cualquier sector, hay criterios de ajeneidad y dependencia para el trabajo que determinan si una actividad puede ser operada por un profesional autónomo o no", defendió.

Uber sigue sin revelar sus planes

Just Eat prefiere repartir con trabajadores de empresas subcontratadas, siguiendo el modelo ETT. Una ETT es una empresa que contrata a trabajadores para cederlos de forma temporal a otras empresas. En declaraciones a El Confidencial, el jefe de Just Eat en España, Patrick Bergareche, asegura que este modelo es perfectamente legal cuando no se usa para llevar a cabo la actividad principal del negocio.
Uber todavía no ha desvelado públicamente cómo operará a partir de ahora. Sí que admite explorar diferentes alternativas como la de subcontratar a empresas de reparto, el conocido como sistema de flotas.

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