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Las marcas europeas pierden más producción que japonesas o coreanas por la falta de chips

Las empresas de automóviles francesas y alemanas están sufriendo en mayor medida la crisis de los semiconductores, con una caída de producción más acusada

Las fábricas europeas como la de PSA en Vigo sufren la falta de chips en mayor medida que las asiáticas.

La crisis de los microchips que afecta a la industria del automóvil, y que está obligando a muchas marcas a parar la producción por falta de suministro, es para el director corporativo de la patronal de vendedores de vehículos Ganvam, Jaime Barea, un tema "coyuntural" para el que no se pueden improvisar soluciones.

Los datos que manejan desde esta patronal del sector recogen que las marcas francesas y alemanas, que conjugan gran parte de la producción europea, están sufriendo la falta de chips de una manera mucho más acusada que las coreanas o japonesas, con pérdidas de producción muy superiores.

Barea ha señalado que esta falta de suministro de chips, que son necesarios para el montaje desde los sensores de aparcamiento hasta el limpiaparabrisas de un vehículo, podría continuar afectando a la producción de las plantas europeas hasta el primer semestre de 2022. Y considera que si este problema se convierte en estructural provocará un cambio en la forma de fabricar coches.

Una situación difícil de solucionar a corto plazo y que para revertirla ha avisado, en declaraciones a Efe, que "no se pueden improvisar" y pone como ejemplo el que construir y poner en marcha una fábrica de chips es un proceso que puede tardar más de tres años. Esto en cuanto al largo plazo, porque, en su opinión, en el corto, lo que se podría hacer es reducir el número de chips "prescindibles" que se emplean en los vehículos en elementos opcionales de equipamiento, como pueden ser los citados sensores de aparcamiento.

Al respecto, ha indicado que esos chip se deberían utilizar para que permitan el funcionamiento de elementos de seguridad que son imprescindibles para la homologación de nuevos vehículos como puede ser el sistema de frenada de emergencia. Otra posible solución podría ser que las marcas redujesen el listado de opcionales para sus vehículos y se requiriesen así menos chip en las plantas de montaje.

Según Barea, la falta de oferta de chips ya está provocando en España demoras en la entrega de los vehículos nuevos matriculados. Antes de agosto, ha asegurado, los concesionarios confiaban en que el ritmo de entrega estaría solventado para septiembre, pero no se ha resuelto.

Esto, junto a otros factores como el que todavía haya alguna restricción a la movilidad por la covid-19 o la confusión del consumidor con las nuevas tecnologías de propulsión, está poniendo en riesgo el que este año se pueda llegar a un cierre de ejercicio con un millón de turismos y 4x4 vendidos, una cifra que se creía posible a principios de año pero que según avanza el ejercicio parece cada vez más irrealizable.

Siguen las paradas de producción

Un problema, el de la falta de chips, que sigue poniendo en jaque a la industria automovilística de nuestro país. La planta de Opel Figueruelas (Zaragoza) paró ayer mismo de nuevo la producción en sus dos líneas desde el turno de noche por la falta de semiconductores. Según han informado fuentes de la compañía, la actividad productiva estará suspendida hasta el final de la semana, en las dos líneas de producción.

La automovilística prevé comunicar no más tarde del próximo viernes, 24 de septiembre, cuándo podrá reanudar la actividad en la semana próxima.  También la suspensión indefinida del turno de fin de semana en el Sistema 2 de producción de la factoría de PSA Vigo ya tiene fecha y, el lunes 4 de octubre, dejará de producir y se verán afectados hasta 600 trabajadores.

Este lunes, la dirección y el comité de empresa de PSA Vigo mantuvieron una primera reunión en la que la empresa trasladó a los sindicatos sus intenciones. Entiende la compañía que esta medida permitirá agilizar las movilizaciones y formaciones que habría que realizar y que permitirá asignar actividad en cuanto sea posible. Entretanto, 600 trabajadores eventuales verán cómo no se les renuevan los contratos a medida que vayan venciendo, mientras que para otros 150 trabajadores afectados la empresa propone asignarlos a otros turnos o sistemas de producción.

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