Economía

El consejero de Podemos en Enagás no aprueba el salario del consejo tras ingresar 69.000 euros en seis meses

Cristóbal Gallego, asesor de la formación morada que entró en el consejo de la energética en junio, se abstiene de aprobar la retribución del consejo al que pertenece por desconocimiento del sistema

Cristóbal Gallego, asesor de Podemos y consejero de Enagás

La llegada de José MontillaJosé BlancoCristóbal Gallego al consejo de Enagás el pasado mes de mayo levantó un gran revuelo. La energética, cuyo máximo accionista es el Estado con un 5% a través de la SEPI, ampliaba en tres asientos su mesa de gobierno para hacer hueco a los exministros del PSOE y el asesor de Podemos. Un servicio por el que han cobrado cada uno 69.000 euros por sus primeros seis meses, aunque Gallego ha preferido no aprobar esta retribución.

Según detalla el último informe anual de remuneraciones de Enagás, el asesor de Podemos ha optado por abstenerse en la aprobación de la retribución del consejo de administración de Enagás. Gallego argumenta que sus motivos para no aprobar este informe es que "espera a tener un mayor conocimiento del sistema retributivo". Pero, como ha podido saber Vozpópuli, este consejero ha cobrado de forma íntegra su salario. La retribución del consejo de Enagás se pactó en la junta de accionistas de 2018 y abarcaba los siguientes tres ejercicios.

Según añaden fuentes cercanas a la empresa, Gallego habría recibido esta remuneración por acudir a cerca de seis reuniones del consejo, ya que la mesa de gobierno de Enagás se reúne una vez al mes. El informe ha recibido el visto bueno de 13 de los 16 consejeros. Los dos consejeros de la SEPI, al igual que Gallego, también han optado por abstenerse en la votación de este informe de remuneración. En este caso, su abstención se debe a la histórica posición de la empresa estatal en estas votaciones.

Por su parte, Montilla y Blanco han dado su visto bueno a esta remuneración. Los tres nuevos consejeros de la energética han recibido 69.000 euros que se dividen en: 45.000 euros fijos, 16.000 euros en dietas y 8.000 euros por presencia en comisiones del consejo. Un año completo de remuneración como consejero independiente se eleva hasta los 160.000 euros, que será la cifra que rondará Cristóbal Gallego al cierre de 2021. Un período donde ya contará con más conocimiento sobre el sistema retributivo de Enagás.

Vinculación con Podemos

La vinculación con Podemos de Gallego llega por su participación en la Comisión Nacional de Expertos en Transición Energética, donde fue el representante de la formación morada. Una comisión creada por el Consejo de Ministros mediante acuerdo de 7 de julio de 2017, con el encargo de elaborar un informe en el que se analizasen las posibles propuestas que permitan contribuir a la definición de la estrategia española para la transición energética.

Cristóbal José Gallego Castillo, 38 años, es ingeniero aeronáutico y doctor internacional, con la calificación cum laude por la misma Universidad. Actualmente, ocupa la plaza de profesor asociado en la Universidad Politécnica de Madrid en el departamento de Aeronaves y Vehículos Espaciales.

Su vinculación con el mundo de la energía le llegó mientras cursaba sus estudios de doctorado. Gallego formó parte del equipo de investigación en el Departamento de Energía -División Energía del viento- de CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas).

Durante su trayectoria profesional ha participado activamente en numerosos proyectos relacionados con la transición energética y las energías renovables. Ha sido miembro del Comité Científico que preparó el décimo Seminario sobre Energía Eólica en Europa y miembro de la Asociación Nacional de Ingeniería del Viento (ANIV). Actualmente, Cristóbal Gallego es uno de los miembros del Observatorio Crítico de la Energía una plataforma que aborda "la insostenibilidad de nuestro actual modelo energético y económico".  

A través de este observatorio, el asesor de la formación morada suscribió en 2018 un manifiesto contra el uso del gas. Dicho manifiesto crítico, bajo el título “Gas no es solución”, instaba a "un análisis riguroso del papel temporal/residual del gas en la transición energética", porque le atribuye un impacto real en el cambio climático, "y que dicho análisis contenga un calendario concreto para su abandono".

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