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Economía

MOTOR

La transición al coche eléctrico amenaza a 30.000 empleos en Volkswagen

La expansión de los nuevos vehículos tendrá impacto, sobre todo, en la plantilla alemana del grupo, pero también pasará factura a la factoría española de Seat

Cadena de montaje de Seat en Martorell.

El camino hacia la implantación del coche eléctrico no va a ser un camino de rosas en el sector, especialmente en lo que a la industria se refiere. El presidente del comité de Seat y miembro del Consejo de Supervisión del Grupo Volkswagen, Matías Carnero, alerta del impacto que tendrá en el empleo "la tormenta perfecta" que se cierne sobre la firma de automoción y pide ayuda a Gobierno y Generalitat para frenar la pérdida de puestos de trabajo.

En una entrevista con Efe, señala los retos que afronta la automovilística con sede en Martorell (Barcelona), principalmente la transición hacia el coche eléctrico y los obstáculos que encuentra en el camino, como la falta de chips que afecta a toda la industria automovilística a nivel global o el lento despegue del mercado de eléctricos.

El representante de los trabajadores de Seat recela de los planes del Grupo Volkswagen, al que pertenece la marca española, después de que el consejero delegado del consorcio, Herbert Diess, reconociera que la transición eléctrica podría costar unos 30.000 empleos. Aunque da por hecho que la mayoría de estos empleos se eliminarían en Alemania, Carnero ha advertido de que la transición al coche eléctrico tendrá casi con total seguridad un coste de empleo también en España y, en concreto, en Seat, donde en la actualidad trabajan unas 15.000 personas.

"Tenemos sobre nosotros una tormenta perfecta que puede servir para justificar la reducción de empleo en Seat", advierte. Ante este escenario, pide a la ministra de Industria, Reyes Maroto, que el PERTE del automóvil sirva para garantizar una transición no traumática de una industria que dejará de fabricar coches de combustión para dedicarse a los eléctricos, cuya producción requiere menos horas de mano de obra que aquellos.

A pocas semanas de que el Gobierno dé luz verde a la convocatoria de las ayudas del PERTE, a las que aspira el Grupo Volkswagen para electrificar sus plantas en España, Carnero traslada a la ministra la necesidad de que se pueda arrancar un compromiso al consorcio de una garantía de empleo. El presidente del comité de empresa de Seat insta también al Govern a trabajar para ayudar en la transformación de la industria del automóvil, y le pide, en concreto, "coherencia y responsabilidad política".

Evitar acabar como Nissan

"Hay que evitar que vuelva a ocurrir lo mismo que con Nissan", la multinacional nipona que, tras años de bajadas de producción, cesará su producción en Cataluña a partir del próximo 31 de diciembre y cuyos trabajadores están pendientes los proyectos de varias empresas extranjeras para instalarse en la planta de Zona Franca y salvaguardar así los casi 3.000 empleos que, a día de hoy, siguen en el aire.

Además de lanzar este mensaje a las administraciones públicas, Carnero reclama al Grupo Volkswagen la adjudicación a Seat de una segunda plataforma para fabricar vehículos eléctricos al considerar que es la única vía para aumentar volumen de producción a medio plazo y garantizar gran parte del empleo actual. Y es que con la única plataforma que tiene ahora y sólo tres modelos eléctricos para Cupra, Skoda y Volkswagen, el tope de producción que se espera en la planta barcelonesa a partir de 2025 es de unas 500.000 unidades al año, y piden por ello una segunda plataforma para fabricar más unidades.

Una necesidad de producción necesaria para poder dar garantías de empleo a partir de 2025 en centros como el de El Prat, especializado en motores manuales y pequeños, y en la planta de Volkswagen en Navarra.

De momento, la falta de semiconductores ha llevado a Martorell, la principal fábrica de automóviles de España, a producir hasta ahora 80.000 unidades menos que el año pasado por estas fechas, una cifra que Carnero cree que se elevará hasta las 100.000 a final de año. El déficit de chips, que ha obligado a Seat a aplicar un expediente de regulación temporal de empleo hasta junio de 2022, provoca además que los clientes de la marca tengan que esperar ahora entre 4 o 5 meses para conseguir un automóvil.

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