La CNMC convoca en Madrid a los reguladores del gas en Europa antes de perder las competencias energéticas

La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia afronta un futuro sin competencias energéticas. Pero se resiste a abandonar el ‘poderoso’ mapa de los reguladores europeos energéticos. El próximo 25 de abril, están citados en la sede la CNMC de la madrileña calle Alcalá de Madrid los reguladores del gas de Europa. “Es el último evento de una serie histórica, antes de que la nueva Comisión lo absorba todo”, explican fuentes cercanas al regulador. 

El Foro Europeo de Regulación del Gas, también conocido como Foro de Madrid, se ha convertido en una cita fija para todos aquellos que marcan las pautas del gas en Europa. La Comisión, el Consejo y los principales reguladores de los países miembros viajan a Madrid tras dos ediciones marcadas por el descontrol de los precios por la guerra de Ucrania. 

El foro se organiza una o dos veces al año en Madrid y el lugar lo proporciona la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), regulador energético español por el momento. Este año, como explican alguno de los invitados, estará marcado por el nuevo modelo que pretende imponer el Gobierno de España en los reguladores.

Porque el organismo que lidera Cani Fernández perderá sus competencias energéticas. El punto que acordaron el PSOE y Sumar en su pacto de investidura de Pedro Sánchez, que contemplaba la creación de una nueva autoridad energética (CNE), provocará un cambio profundo en los reguladores españoles. 

Mayor control que la CNMC

Eso permitirá a la ministra y vicepresidenta, Teresa Ribera, incrementar su control sobre las facturas de la luz, el gas y el resto de derivados del petróleo. Como explican desde el organismo, el plan crea una gran incertidumbre tanto en el seno de los supervisores de los mercados como en las empresas que supervisan.

Principalmente, porque no ayuda a despejar las dudas el proyecto de ley de la CNE. "El proceso de transición ecológica exige disponer de un regulador y supervisor especializado, que añada a los objetivos y funciones tradicionales la descarbonización del sistema energético español", explicaba el ministerio.

Un movimiento que pretende atacar la estructura del actual Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que alterará su normal funcionamiento. La Comisión Nacional de la Energía supondrá que la CNMC pierda una parte de su organigrama, de su personal, de sus recursos económicos y de sus medios informáticos.

En concreto, eso comprenderá el trasvase de la Dirección de Energía, incluido su personal directivo, así como del personal y medios del resto de órganos directivos de la CNMC que vienen desempeñando y dando soporte a las funciones que esta ley encomienda a la CNE, “incluyendo en todo caso los bienes inmuebles que fueron traspasados a la CNMC desde la extinta Comisión Nacional de la Energía”.

Volver al pasado

Esta autoridad energética existió hasta hace una década. Fue entonces cuando el Ejecutivo de Mariano Rajoy decidió unificar todos los reguladores existentes. Lo hizo para poder controlar su Consejo, pero también para intentar reducir el gasto que suponía el mantenimiento de todas estas estructuras por separado.

Dentro del sector, siempre han existido defensores y detractores de la unión de los reguladores. La propia Nadia Calviño era partidaria de mantener intacta la CNMC; sin embargo, Luis de Guindos trabajó en un proyecto para volver a dividirlos, ante las dificultades que implicaba el coordinar todas sus tareas en uno solo.

Una fuente de la CNMC insiste en que, si hubieran permanecido los organismos previstos en 2011 y no se hubieran unificado, actualmente, habría 8 presidentes, 1 vicepresidente y 47 consejeros.

De hecho, tan sólo la nueva CNE contará con siete altos cargos: 1 presidente, 1 vicepresidente y 5 vocales, que se unirán a los 10 que actualmente componen el Consejo de la CNMC.

¿Y cuáles serán las funciones de este organismo? Su labor se centrará en distintos campos, desde los relacionados con la factura de la luz hasta con el del precio de los carburantes, pasando por la supervisión de las operaciones accionariales que se planteen en el mercado.