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Economía

¿Por qué Alemania necesita, España quiere y Francia se niega al Midcat?

La polémica que ha levantado el gasoducto que conectaría España con Francia a través de los Pirineos es un choque de intereses particulares de tres de las grandes potencias europeas

Sánchez se aferra a la presión alemana sobre Francia para mantener vivo el MidCat
Pedro Sánchez, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Jens Stoltenberg en la Cumbre de la OTAN de 2022 Europa Press

La crisis de Ucrania está obligando a la Unión Europea a acelerar la toma de decisiones para mejorar sus interconexiones y garantizar el suministro de los países miembros. Entre los proyectos considerados como prioritarios se encuentra el MidCat que consiste en la construcción de un gasoducto que conectaría Francia y España. Esta infraestructura que se ideó hace 20 años, que podría convertir a España en un actor clave para la seguridad energética europea, que ahora demanda Alemania y que se choca con los planes de Francia.

El Gobierno de Emmanuel Macron no apuesta por un gasoducto que conecte Alemania con la península ibérica, porque tardará años en construirse y no resuelve el problema actual que se vive en el centro de Europa. Los franceses consideran más rápido y más barato construir terminales de regasificación en Alemania. Francia tiene cuatro terminales de regasificación de gas natural licuado (GNL) y España eleva hasta seis esta red.

La International Energy Agency (IEA) apunta algunos argumentos en su informe sobre Francia sobre por qué se opone al Midcat. “Francia consideró la construcción de nuevos gasoductos dentro de Francia y entre Francia y España (proyectos MidCat y South Transist East Pyrenees), pero abandonó estos planes ante las reducciones esperadas del consumo de gas en Francia y el exceso de capacidad de la red. Ninguno de los proyectos estaba incluido en la última lista de proyectos de interés común de la Comisión Europea. La tasa de utilización promedio de las terminales de GNL francesas fue del 41% en 2019.”, expone el organismo internacional.

Francia importa 7,8 millones de metros cúbicos (bcm) de gas ruso, que supone un 20% de su consumo. Francia consumió 43 bcm de gas en 2021, de los que 18,1 bcm son importaciones de GNL. Teniendo en cuenta que la capacidad de utilización de sus plantas de regasificación es solo del 41%, Francia puede sustituir fácilmente el gas ruso, ya que tiene 26 bcm de capacidad no utilizada que es tres veces la importación de gas ruso. Francia es un país mucho menos intensivo que Alemania en consumo de gas, un 30% menos por unidad de PIB.

Alemania quiere de forma urgente

Alemania considera que el MidCat “sería una enorme aportación” para relajar la tensión en una situación como la actual, en la que el miedo a un corte de suministro por parte de Rusia se ha instalado en tanto en la política como en la sociedad. El conocido como 'motor económico' europeo es el mayor dependiente del gas ruso entre las potencias europeas.

Un riesgo que ya avisó la IEA antes de la crisis con Rusia. "La seguridad del suministro de gas natural es una de las principales preocupaciones del Gobierno alemán, y la diversificación de los suministros de gas, incluso a través de la importación directa de gas natural licuado (GNL), será más importante. En particular, el mayor uso de gas natural en la generación de electricidad, especialmente para satisfacer la mayor demandad de electricidad, también vinculará cada vez más la seguridad de la electricidad con la seguridad del gas", explica en su informe sobre el país.

Alemania dependía durante 2012 del gas ruso en un 35% y, tras la apertura del gaseoducto Nord Stream a finales del 2011, esta dependencia subía del 40%. Alemania tiene que hacer frente a su dependencia del gas natural ruso y a la imposibilidad de recurrir a otros proveedores con rapidez.

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, junto a Pedro Sánchez en La Moncloa.

Su Gobierno se apresuró, tras el envite de Rusia, a firmar contratos de suministro de gas a largo plazo con Qatar. El problema energético alemán es muy grave, pretende afrontar este invierno con las reservas de gas que logre, mientras buscan alternativas como el Midcat para el invierno de 2023.

Alemania ahora, a diferencia de 2008, pide ayuda a los países del sur. Otra alternativa es Italia. El vecino del sur de España con gasoducto desde Turquía y Argelia, con sus correspondientes puertos de regasificación. Aunque Italia tiene un problema para exportar gas: es el segundo máximo consumidor de gas de toda Europa. Gran parte de las compras de gas que realiza se las queda para consumo propio.

España puede hacer negocio

Por ello, cuando se habla de trasladar gas de sur a norte, el foco se centra en España. El país diversificado su suministro de gas por dos vías de entrada: gaseoductos internacionales y gas licuado. Se abastece desde seis gaseoductos internacionales: dos con Argelia (uno de ellos cerrado desde noviembre de 2021), dos con Portugal y dos con Francia.

Además cuenta con seis centrales operativas de regasificación de gas natural licuado (GNL), Portugal añade otra central de regasificación que se puede conectar a su red. "El modelo español de diversificación del suministro de gas le ofrece una situación ventajosa que podría contribuir a reducir la dependencia del gas ruso en un 10% al resto de la Unión Europea. Para ello, es imprescindible la finalización de la construcción del MidCat, un gasoducto que conectaría Francia y España a través de Cataluña", destacaba el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), el think tank en el Ministerio de Defensa, en un informe.

De esta forma, España dejaría de ser una isla energética para Europa y se convertiría en un distribuidor de gas acorde con su privilegiada posición geográfica. Por otro lado, la Unión Europea podría beneficiarse del gas de Argelia. El país cuenta con gran red de puertos de regasificación, que permite ser multiproveedor y traer barcos de cualquier parte del mundo, más el gas de Argelia. Una infraestructura que le permite comprar y ofrecer ese gas al resto de Europa si las interconexiones adecuadas lo permitiesen.

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  • L
    LeonAntonio

    Si finalmente la RFA no recibe gas de Rusia, y, necesita gas, vamos a ver quién manda en la UE.

  • R
    Rigoryresponsabilidad

    España tiene gas pero no quiere extraerlo. España tiene uranio, pero ya no lo extrae, hay petróleo pero al final si está interconectada la bolsa, lo explotará Marruecos. Tiramos al mar el agua de las riadas del Ebro que nos aseguraría el verano seco. Y por último Francia nos pisa todo lo que puede para que nunca le superemos. Mientras nuestro presidente retozando en un palacete regalo del rey moro.

    • A
      Alexander

      El poco petróleo que hay en la zona marina próxima a las Islas Canarias no es rentable extraerlo; el gas que se podría extraer por fracking, en el Norte de España, produciría muchos daños medioambientales y sólo duraría unos pocos años; y la mina para extraer mineral de uranio, en la provincia de Salamanca, no fue autorizada por el Consejo de Seguridad Nuclear. En España tenemos muchas horas de luz solar que tenemos que aprovechar para producir electricidad.

  • V
    vallecas

    España no tiene gas. Es gas Argelino de Argelia, de África. Que Alemania se haya puesto en manos de Rusia/Pútin es un grave error que ahora deben de solucionar. Son blandos y perezosos y no encaran el problema con madurez.

  • J
    JGM

    Me encanta el tacto diplomático del artículo para con Francia.