Economía

Arabia Saudí pasa de puntillas en la marcha de Pallete al no ejecutar aún su compra del 5% de acciones

STC alega problemas administrativos para poder desembarcar totalmente en el accionariado de la operadora

  • El presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, durante la presentación de Aura.

Han pasado ya casi dos meses desde que el Ejecutivo de Pedro Sánchez diera validez a la entrada total de STC, empresa de telecomunicaciones de Arabia Saudí, en el accionariado de Telefónica. Pero, a pesar de las prisas de los interesados que llegaron a reunirse con Margarita Robles para desbloquear la solicitud, lo cierto es que en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no consta ese 9,98% al que tiene derecho. Este hecho ha supuesto que, tras el terremoto ocurrido en la sede de Telefónica tras la salida de José María Álvarez-Pallete, no haya sido un protagonista activo en las decisiones.

Según se recoge en la estructura de la operadora española, STC ostenta el 5% a través de PIF, vehículo inversor del gobierno saudí. El restante, un 4,98%, está a través de derivados financieros que ostenta a través de un tercero.

STC suscribió con Morgan Stanley un contrato de derivados en septiembre de 2023, justo antes de que el grupo saudí aflorara su inversión de más de 2.000 millones de euros en Telefónica. En ese momento se pactó un precio de compraventa, con fecha de caducidad: el 5 de marzo de este año. En el acuerdo, el banco de Wall Street ejerce como contraparte de unos títulos que tomó prestados.

Moncloa, tras tomar un 10% de la teleoperadora, autorizó la compra al grupo propiedad de la familia saudí, que todavía no ha decidido tomar el 5% en derivados, según los registros oficiales de la CNMV. Fuentes financieras explican que STC no tendrá problemas en renovar dicho acuerdo de compraventa, lo que le da tiempo para solicitar su sillón en el consejo. 

“Basta con hacer una liquidación y renovarlo fácilmente”, exponen fuentes próximas a Telefónica. Además, como recuerdan las fuentes, el grupo saudí pactó un precio menor al actual con Morgan Stanley para hacerse con los títulos, con lo que tendría más fácil compensar la extensión del acuerdo.

Burocracia

Con todo, la realidad es que STC no aún no ha ejecutado dichas compras por lo que Telefónica sigue viviendo cierto clima de inestabilidad accionarial, si bien este hecho no está afectando a su día a día empresarial. 

Esta semana, la empresa saudí aseguró que la demora para entrar al capital de la compañía se debe principalmente a “unos problemas burocráticos”. En concreto, está a la espera de la utorización de su inversión por parte de las autoridades de Luxemburgo, país sede de Green Bridge Investment Company, la sociedad con la que adquirió su paquete en la empresa española, según adelantó recientemente The Objective. 

Fuentes de STC explican a este periódico que, de momento, no conocen la fecha en la que recibirán el beneplácito de las autoridades pertinentes, si bien auguran que “se haga con la mayor celeridad posible” para culminar la entrada en Telefónica, una maniobra que inició hace más de un año.

El tiempo, en contra

El hecho de que STC no tenga el 9,98% pone en un brete a los saudíes. Sin esa cantidad, no tienen derecho a poder solicitar un asiento en el consejo de administración. Dicho lugar es una de las prioridades para el grupo puesto que considera clave tomar decisiones en el máximo órgano ejecutivo de Telefónica.

Además, los tiempos no juegan a su favor. La junta de accionistas ordinaria que celebra la compañía suele ser a mediados de abril por lo que todas las partes implicadas deberían llegar con los deberes hechos para encontrar su hueco. Según fuentes cercanas a la operadora, la solicitud debería estar emitida antes de marzo, coincidiendo con la última reunión del consejo en la que se incluirán todos los asuntos en la junta de accionistas.

No obstante, de no llegarse a incluir el nuevo espacio de STC en el consejo de administración de Telefónica por no llegar a tiempo la documentación desde Luxemburgo, el grupo saudí podría convocar una junta de accionistas extraordinaria para que se apruebe la nueva configuración del máximo órgano ejecutivo, tal y como indican fuentes cercanas a la compañía. 

Lo lógico es que Arabia Saudí coloque a un hombre, situación que toparía con la ley de paridad aprobada por el Gobierno. La obligación impuesta por Moncloa contempla que el 40% del órgano ejecutivo esté constituido por mujeres. Situación que no se da en Telefónica. Con la salida de Pallete está por ver cómo se recompondrá el consejo de administración puesto que Marc Murtra deberá hacer un encaje de bolillos para que haya armonía.

Presente en la reunión

No obstante, y a pesar de que STC aún no se sienta en el consejo de administración, el grupo de Arabia Saudí ha estado muy presente en toda la trama del adiós de Pallete. Tal y como adelantó este periódico, un alto representante del grupo de telecomunicaciones del Golfo Pérsico se personó en Moncloa para explicar los motivos de la marcha al que fue presidente de Telefónica hasta el pasado sábado.

El Gobierno, Criteria y STC (cuando ejecute sus últimas compras) son los máximos accionistas de la operadora y, a pesar de que en un principio, Moncloa y el holding empresarial español miraban con recelo los planes de Arabia Saudí en la operadora, ahora han acercado posturas y pretenden remar en la misma dirección en los intereses de Telefónica. 

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