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Fomento prepara una orden para sacar a concurso este año el AVE y la Larga Distancia

Los sindicatos se concentran la semana pasada en la estación de Valladolid contra la supresión de frecuencias ferroviarias.

Algo bulle últimamente en Fomento, plantado en el complejo de Nuevos Ministerios. Cuando queda un mes y medio para la liberalización del sector ferroviario, que se hará efectiva el 1 de agosto, el Gobierno pretende acompasar este proceso con un calendario con las etapas que tendrán que quemar los operadores privados que deseen competir con Renfe en un mercado hasta la fecha inexplorado. El calendario llegará a través de una Orden Ministerial y coincidirá en el tiempo con la entrada en vigor del Real-Decreto-ley de 2012 que prevé la apertura del ente estatal el próximo 31 de julio.

Los objetivos del calendario prevén ser cumplidos este mismo año y constan de dos pasos que las empresas deberán de tener muy en cuenta: por un lado, se contempla sacar a concurso los servicios comerciales de los trenes AVE, pero también de Larga Distancia que no sean de alta velocidad; en segundo lugar, Fomento adjudicará las Obligaciones de Servicio Público (OSP) que considere mediante concesión. Las OSP es un catálogo de trenes deficitarios (Cercanías, Media Distancia, Regionales) que, a diferencia de los AVE, precisan de una subvención para funcionar y para, de paso, vertebrar el transporte territorial.

A las empresas les interesa, sobre todo, poder vender billetes en AVE como Madrid-Barcelona

De las dos fases de la apertura, la que más interesa a las empresas (Acciona, Ferrovial, ACS, FCC, Alsa, Veolia, OHL, Avanza o la última en llegar, Veloi Rail, propiedad de la familia Lara) es la que compete a los servicios comerciales de la alta velocidad. Competir con Renfe en las relaciones AVE Madrid-Barcelona o en cualquiera de las que salen de la capital con destino a Sevilla, Málaga o Valencia (las más rentables) son las porciones más jugosas del pastel. Hay otras líneas interesantes de alta velocidad como el tren Euromed que recorre la costa mediterránea de Barcelona a Alicante. O trenes de Larga Distancia convencionales que arrojan buenos resultados. Todos estos trayectos gustan en el sector.

La segunda etapa se asignará de forma muy parecida a cómo se hace ahora con las líneas de autobús: mediante concesionarias o franquicias, con la correspondiente subvención para transportar viajeros. De hecho, varias de las principales empresas de transporte por carretera han visto en la liberalización una oportunidad e intentan conseguir el título de operador: Alsa, Avanza, Arriva, Monbus… Ellas estarían más seducidas por vender billetes en Cercanías antes que en la alta velocidad.

Tras la supresión de frecuencias y el aviso de ERE, el conflicto laboral en Renfe se agudiza 

La elaboración del calendario supone un acelerón a la liberalización tras el informe negativo de Competencia revelado hace dos semanas, el cual carga contra la lentitud del proceso. Además, así Fomento disipa los temores del sector privado, receloso con Ana Pastor desde que a finales de febrero el ministerio impuso como condición sine qua non para operar la obtención unos permisos obligatorios para todas las compañías excepto para Renfe: los “títulos habilitantes”.

Otra cosa es la resistencia interna que se produzca en Renfe, presidida por Julio Gómez-Pomar. O los beneficios de una apertura sin parangón en Europa con la excepción de Inglaterra, cuyos trenes son caros y de dudosa fiabilidad. En armas por la supresión de frecuencias y por el ERE voluntario planteado por la dirección, la liberalización puede ser la chispa que haga saltar por los aires las relaciones laborales en la empresa pública.  

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