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La empresa más pequeña del Ibex paga más impuestos que Apple, Google, Facebook y Amazon juntas

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook

La aportación a la Hacienda pública de los gigantes tecnológicos multinacionales es ínfima. Las maniobras de ingeniería fiscal que realizan estas compañías -que desvían la mayor parte de sus beneficios a 'paraísos contables'- les permiten esquivar al fisco español. Prueba de este hecho es que Apple, Google, Facebook y Amazon, juntas, pagaron menos dinero a la Agencia Tributaria sobre sus ganancias que las dos empresas con menor capitalización del Íbex 35.

Entre las cuatro, aportaron 21,9 millones de euros en el último ejercicio sobre el que están disponibles sus cuentas en el Registro Mercantil, bien 2016 o 2017. Este periódico ha recurrido a la plataforma Insight View para obtener sus informes anuales y ha comprobado que Google abonó en 2016 un total de 6,4 millones de euros de impuesto sobre sus beneficios, frente a los 182.775 euros que aportó Facebook en el mismo ejercicio; los 13,3 millones de Apple en 2017 y los 1,64 millones de euros de Amazon.

Su aportación a la Agencia Tributaria en concepto de impuesto sobre beneficios fue menor que la de Dia y Técnicas Reunidas, las empresas con menor capitalización del Ibex 35, que en 2017 aportaron 30,37 y 34,33 millones de euros, respectivamente.

Durante el pasado ejercicio, Apple logró unas ganancias de 42.443 millones de euros en todo el mundo, por los 13.987 de Facebook, los 8.252 de Alphabet -matriz de Google- y los 2.633 de Amazon, realizada la conversión a 1,14 dólares por euro.

La compañía de Jeff Bezos opera en España principalmente con cuatro sociedades, Amazon Spain Fulfillment S.L., Amazon Spain Services S.L., Amazon Web Services Spain S.L.; y Amazon Online Spain S.L. La primera tuvo una cifra de negocios de 211 millones de euros en 2017 y pagó 2 millones de euros de impuesto sobre beneficios. La segunda, 45,9 millones y obtuvo un balance positivo de 531.000 euros. La tercera, por su parte, facturó 14,4 millones y pago 184.187 euros. La cuarta, en el año 2016 obtuvo 3,1 millones y aportó 37.512 euros.

Apple, por su parte, logró una facturación de 382,3 millones de euros en España a través de la sociedad Apple Retail Spain S.L.; y pagó 8 millones de euros, mientras que Apple Marketing Iberia S.L ingresó 40,1 millones y abonó 5,3 millones.

Durante el ejercicio 2016, Facebook Spain S.L. sólo declaró ingresos de 7,8 millones de euros en España, de los que pagó 182.775 euros. En el caso de Google Spain S.L, reconoció ingresos en España de 92,3 millones de euros y aportó al fisco 6,4 millones.

Falta de consenso internacional

Frenar este tipo de prácticas de ingeniería fiscal requiere una coordinación internacional que, de momento, ha resultado complicada. Uno de los pasos más significativos en este sentido lo dio el pasado marzo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, cuando propuso un impuesto a las grandes tecnológicas para que paguen en los Estados miembros en función de su volumen de negocio, ante la clara evidencia de que no lo hacen.

Moscovici anunció que la intención era que abonasen el 3% de sus “ingresos significativos” para lograr una recaudación de 5.000 millones de euros. Sin embargo, la aprobación de esta medida será complicada, ante la oposición mostrada por una decena de países, lo que vuelve a dejar claro la complejidad que implica solucionar este problema.

El Gobierno también se plantea establecer una tasa en España para estas compañías. De hecho, se encuentra en la propuesta de subida de impuestos que negocia con Podemos.

La ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, expresó hace unas semanas su voluntad para que las grandes tecnológicas paguen más impuestos en España, en declaraciones a Europa Press. "La fiscalidad del siglo XXI tiene que responder a una serie de nuevos servicios, que muchos están en la red. Ahora tenemos una fiscalidad obsoleta en algunas áreas nuevas en las que se están generando empresas y empleos, pero que no están igual de reguladas como los sectores tradicionales, lo que genera competencias desleales", afirmó.

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