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El Altice Arena estalla en aplausos tras la actuación de Amaia y Alfred

Amaia y Alfred, en la final de Eurovisión 2018.

Amaia, con vestido largo de color negro y con bordados brillantes, y Alfred, con traje granate, han hecho una puesta en escena intimista que ha dejado como únicas protagonistas a sus voces y miradas cómplices, una opción que, a juzgar por la reacción, ha triunfado.

La buena respuesta del público ha estado marcada además por la elevada presencia de espectadores españoles, la segunda nacionalidad con más entradas compradas para esta edición del festival después de los portugueses, anfitriones del evento por primera vez.

Los aplausos tras cada actuación son considerados entre la prensa internacional especializada como un buen termómetro antes de que el público que sigue el festival en cada país -una audiencia total estimada en 200 millones de personas- empiece a emitir sus votos una vez hayan subido al escenario los 26 países participantes.

A esos puntos se sumarán los otorgados por jurados profesionales de los países que participan, y que ya se decidieron este viernes en un pase especial.

Según las casas de apuestas, las favoritas al triunfo son Chipre e Israel.

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