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El 'baby Barça' pasa por encima del Madrid para consolidarse como rey de la Supercopa

Los culés solo necesitaron el primer tiempo para golear a los blancos en un partido repleto de goles espectaculares

El FC Barcelona vuelve a convertirse en campeón de la Supercopa tras pasar por encima de un Real Madrid inoperante que, pese a todo, consiguió adelantarse en el marcador. La combinación de Yamal, Raphinha y Lewandowski fue letal para el conjunto de Ancelotti, que se fue goleado al descanso y fue incapaz de atemorizar de verdad a los culés cuando jugaron durante más de media hora con diez jugadores.

El partido comenzó con una intensidad inusitada para este tipo de duelos, que suelen ser largos y definirse por pequeños detalles. En el primer minuto, Courtois tuvo que salvar al Madrid ante un disparo lejano de Lamine Yamal y dos minutos después, el belga volvió a salvar a los suyos evitando que entrase un remate picado de Raphinha. Jugadas que hacían presagiar que se venía lo peor. Las intervenciones del portero madridista fueron clave, ya que en el minuto cinco el que la tuvo fue el Real Madrid... y no falló. Kylian Mbappé se convirtió en decisivo gracias a una gran acción individual en la que tiró de potencia para escorarse a la derecha y batir al veterano Szczesny.

El francés tocó la gloria y después bajó a los infiernos. Un inoportuno resbalón de Koundé acabó con sus tacos apoyados en el tobillo del delantero madridista, que se dobló. Aunque intentó continuar, lo hizo cojeando, encendiendo todas las alarmas en el banquillo de Ancelotti. Consiguió seguir, eso sí, con un fuerte vendaje en la articulación tras ser atendido por los médicos del club. Mientras tanto, la samba azulgrana continuó: Raphinha tuvo otra clara ocasión que lanzó fuera, rozando el palo. Después, Pedri, cuyo disparo se fue por la línea de fondo. Ocasiones claras, de las que no hay que perdonar en una final de estas características.

El Madrid, pese a sufrir como pocas veces, consiguió llegar al minuto veinte con el marcador a favor. La resistencia blanca duró poco y el encargado de derribarla fue Lamine Yamal. La perla azulgrana vuelve a demostrar, una noche más, que su brillo no es efímero y que es un jugador de grandes noches. Cabalgada por banda derecha, internada hacia la frontal y sutil pase a la red. Brillante gol del internacional español. Tanto merecido, ya que los culés estaban siendo superiores.

La tónica, con el gol, siguió de la misma forma: búsquedas en largo hacia Vinícius y Mbappé, con un Barcelona capaz de mantener una presión muy alta y recuperar rápido. De ahí que los blancos siguiesen sufriendo serias complicaciones. El contratiempo para los culés, la lesión de Íñigo Martínez, que tuvo que retirarse para dar entrada a Ronald Araujo. 

El rodillo culé continuó, pero esta vez con acierto. Porque el Barça decidió no fallar más ocasiones: un envío teledirigido de Koundé llegó a la cabeza de Raphinha, que se sacó un potente remate de cabeza para batir a Courtois. Y el descalabro blanco llegó a su conclusión pocos minutos después de la mano de Camavinga en el área. El centrocampista derribó a Gavi cuando se encontraba controlando el balón y lo derribó de manera clara. Y ahí, Lewandowski no falló. Once goles le ha marcado el polaco a los blancos en su carrera, una de las grandes bestias negras del madridismo.

En el ocaso del largo descuento decretado por Gil Manzano, Valverde salvó al Madrid de una carrera de Raphinha después de que Tchouaméni, que tuvo una mala noche, se durmiese en los laureles. Y después, Courtois volvió a disfrazarse de héroe para detener un remate de Balde. La insistencia del lateral no tuvo premio a la primera, pero sí a la segunda: un mal corner del Madrid acabó en un contraataque que definió de manera espectacular con un disparo cruzado. Un gol que mandaba, de forma definitiva, al Madrid a la lona. Otra vez más esta temporada.

Ancelotti intentó cambiar la dinámica dejando fuera del once a Camavinga e introduciendo a Ceballos. Y la segunda parte empezó con buenas sensaciones para los blancos: Rodrygo envió al palo un balón que hizo soñar a los blancos con un inicio de remontada. Pero Raphinha se encargó de fulminar esa idea: se encargó de poner a bailar a Tchouaméni para poner el quinto en el marcador. 

Lewandowski, tras anotar de penalti

Lo que parecían 40 minutos de mero trámite para el Barcelona, acabaron por no ser así. Una entrada en la frontal de Szczesny cuando Mbappé se iba solo hacia portería acabó con la expulsión del polaco. Y a los pocos minutos, Rodrygo metió el segundo de falta. Un gol que introdujo el miedo en el cuerpo de los culés, que replegaron filas ante un Real Madrid envalentonado y en busca del milagro.

Cuando se podría pensar que a los culés, por su inexperiencia, les temblarían las piernas, ocurrió todo lo contrario: el Barça escondió el balón y tiró de posesión para enfriar el partido y evitar el arreón blanco. El partido fue muriendo con un Madrid desactivado en ataque, con alguna ráfaga de Mbappé que, al filo del final, cerca estuvo de convertirse en el tercero. Un final de partido en el que tampoco el Real Madrid supo poner su impronta para, al menos, irse con buenas sensaciones de vuelta a la capital.

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