Quantcast

Deportes

Los mentidos ni se ofenden

El presidente del Barcelona se siente más obligado con un juez que con un socio. Y no tiene mucho sentido. Los socios son sus jefes (por el cargo), todo lo más sus iguales. El juez reclama saber sólo para dictaminar si las actuaciones son o no legales. Los socios tienen derecho a conocer de la gestión de su club toda la verdad. Aunque no lo reclamen. No caben con ellos las cláusulas de confidencialidad. Le habría quedado bien a Rosell la frase: “Pido al socio que me cite a declarar”. O mejor: “Convoco al socio para que escuche lo que ya le tenía que haber contado”. Porque lo de menos es cuánto costó exactamente el fichaje de Neymar por el Barça (cualquier cifra es digerible en el fútbol, salvo si va acompañada de delito), sino si se le ocultó información al socio. Si el presidente le mintió.

El Real Madrid tampoco se siente exigido por la verdad. Prefiere ensuciar su palabra, mentir, además de forma innecesaria, antes que dejar volar que una frase incómoda le comprometa. Negar rotundamente la mayor, que Ancelotti habló con un medio, con tal de que no se instale que el italiano ha cuestionado la marcha de Özil. Le habría bastado hablar de malentendido o mala traducción, incluso con razón. Pero se lanzó a ciegas y de cabeza con un desmentido soez sin importarle que una grabación pudiera dejarlo al rato en evidencia. Lo de menos es si Ancelotti admite o no que dejar salir al jugador alemán fue un error. Lo grave es la mentira. Que el técnico y el departamente de prensa mintieran en nombre del Madrid.

Los anglosajones estarían ahora mismo escandalizados. Consideran la mentira como el mayor de los delitos. En España no. Las dos instituciones más importantes de su mapa futbolístico, cada uno a su escala, han sido sonrojados por deformar la verdad y a sus hinchadas (las verdaderas agredidas) les da lo mismo. Es más, los mentidos no se indignan con los que les mienten (al revés, les defienden en su gran mayoría) sino con los que les cuentan (hasta con pruebas) que han sido mentidos. Otra cultura, debe ser.  

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.