El pasado 2021, la erupción volcánica de La Palma dejaba conmocionaba al archipiélago canario y a toda España. La vida se paralizaba para personas que lo perdían todo y veían como la catástrofe, la lava y las cenizas eliminaban toda una vida. Años después son muchas las familias que aún se encuentran a la espera de ayudas económicas, y ahora el miedo vuelve a aparecer, esta vez en Tenerife. Tras hacer diversos estudios, los científicos advierten el aumento de la deformación del suelo y de la emisión de gases. Así, deciden pronunciarse y enviar un mensaje.
Los profesionales califican el aumento de ambos fenómenos bajo la palabra "ligero", y se ven en la obligación de aclarar si hay o no riesgo de erupción. Pero no es necesario alarmarse: lo científicos hacen un llamamiento a la calma. Los pequeños cambios ocurren desde el pasado 2023, y no son señal de ningún cambio o riesgo moderado, grave o inminente. "Es importante que la gente entienda que esta no es la situación que vivimos en La Palma antes de la erupción" del volcán Tajogaite en 2021, ha subrayado Itahiza Domínguez, director del Instituto Geográfico Nacional.
Vigilancia en Canarias
El profesional advierte que las señales que sirven de antecedente a las erupciones de tipo basáltica, habituales en Canarias, no están presentes. Estas consisten en la aparición de sismicidad "muy fuerte" con terremotos sentidos por la población y enjambres "muy densos". "Esto no es lo que vemos ahora mismo, ni siquiera esos enjambres pequeños de Las Cañadas se pueden considerar así. No vemos un movimiento de magma en sí, pero hay que hacer un seguimiento", ha dicho Domínguez.
Aún así, Pérez ha detallado que la emisión de gases en Tenerife ha experimentado "cambios significativos" a partir de 2016 y que estos son "una señal muy premonitoria de cambios en la actividad volcánica", lo que "no quiere decir que sean cambios hacia una erupción". Pero que de momento no sea preocupante no quiere decir nada: el científico afirma que estos cambios hacen que tengan que poner "más atención" a la situación.
Esto implicará la instalación de nueva instrumentación para, por ejemplo, "estar seguros" de que ese abombamiento del terreno "se está produciendo, y aunque se produjera tampoco tiene por qué decir nada", ha matizado. El director del IGN en Canarias ha indicado que Tenerife cuenta hoy con un sistema de vigilancia volcánica "probablemente más desarrollado que el que tenía y tiene La Palma porque es una isla volcánicamente compleja".