El hombre de Ayuso que paró la huelga médica pero incendia la Consejería de Sanidad

Isabel Díaz Ayuso tiene su sargento de hierro en la Consejería de Sanidad. Se llama Juan José Fernández, director general del Proceso Integrado de Salud. Nombrado para el puesto en septiembre de 2022, Enrique Ruiz Escudero no tuvo ni voz, ni voto, en este fichaje. Su llegada a la Consejería, lejos de la discreción, ha estado marcada por la altanería, las broncas y un sentido de la autosuficiencia que ha provocado no pocos resquemores entre sus compañeros, según aseguran a Vozpópuli fuentes internas. Su presencia ha sido constante en todos los comités de huelga mantenidos con el sindicato médico Amyts, con el que consiguió firmar un acuerdo que desconvocase los paros en Atención Primaria. Eso sí, ha tenido que ceder en todo lo que le pedía el sindicato.

"Va de que él lo ha solucionado todo en todos los sitios del mundo y de que la presidenta come de su mano", comenta un colega especialmente molesto con su actitud. "Todos los días nos viene con algo para situar a alguien o conseguir lo que sea y dice que se lo ha mandado la presidenta", añade. Su autoritarismo se ha dejado notar incluso en las esferas más altas de la Consejería. Al parecer, sus broncas habrían llegado incluso a estancias superiores, salpicando a la gente de confianza del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

Se podría decir que Fernández no goza de un alto índice de popularidad en el bastión sanitario de la presidenta Ayuso. Solo ella confía en un alto cargo al que le ha dejado hacer y deshacer desde su nombramiento. En la Consejería de Sanidad le atribuyen el cese de José Soto como gerente del Hospital Clínico San Carlos, así como el nombramiento de Almudena Quintana el pasado octubre como nueva gerente asistencial de Atención Primaria. El nombramiento de Manuel Saavedra como director gerente del Hospital La Fuenfría también habría sido decisión del hombre fuerte de Ayuso según las mismas fuentes.

Una imposición que ha molestado mucho a Ruiz Escudero

La llegada de Juan José Fernández a la Consejería de Sanidad fue para Ruiz Escudero como las lentejas, "Las tomas o las dejas". O sea, que no le quedó más remedio que aceptar la imposición de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Con este nombramiento, Ayuso se aseguraba un peón de confianza en la palestra sanitaria, que se lleva buena parte del presupuesto autonómico. "Lo ha llevado peor que fatal", aseguran voces cercanas a Escudero.

La confianza de Ayuso en 'Juancho Fernández' hace sospechar que pueda ser su elección como consejero en sustitución de Enrique Ruiz Escudero. Sin embargo, esta premisa no coincide con el perfil joven que demanda la presidenta madrileña para coger las riendas de la Consejería de Sanidad.

La marcha de Ruiz Escudero al Senado sumada a la de hace unos meses de Antonio Zapatero, exviceconsejero de Salud Pública, para unirse al equipo de Alberto Núñez Feijóo deja a la Consejería sin las caras más visibles de la pandemia. Los rumores de crisis entre Ruiz Escudero y Ayuso han sido constantes a lo largo de la legislatura, llegando a su punto álgido en la pandemia.

Sin embargo, el consejero de Sanidad ha sido capaz de resistir a una pandemia y a tres presidentes de la Comunidad de Madrid (Cristina Cifuentes, Ángel Garrido e Isabel Díaz Ayuso). Seis años después, Enrique Ruiz Escudero dice adiós a su etapa como consejero de Sanidad, cargo que mantendrá solo hasta las elecciones del 28-M. Tras la formación del nuevo Gobierno, pondrá rumbo al Senado por designación autonómica.

Un acuerdo sindical peligroso

Subida lineal de 450 euros brutos al mes a todos los médicos de Familia del Servicio Madrileño de Salud (Sermas); complemento de 500 euros brutos para los que trabajen de tarde; para aquellos que trabajen semanalmente entre 3 y 4 tardes el complemento es de 300 euros brutos; médicos que absorban más demanda de la establecida recibirán un suplemento de 50 euros brutos por hora (entre 1 y 4 horas), etc. El equipo de Juan José Fernández consiguió desconvocar la huelga en Atención Primaria, ¿pero a qué precio?

Incluso desde los centros de Salud creen que lo acordado es poco viable o, incluso, perjudicial para los pacientes si no se lleva a cabo una contratación masiva de personal. Por ejemplo, con el nuevo acuerdo, si un paciente llega solicitando atención no urgente y el facultativo ya ha completado su agenda, se mandará al paciente a casa con la promesa de darle cita en las próximas 72 horas.