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El Buscón

La extrema delgadez de la reina Letizia vuelve a desatar rumores en la corte

Es evidente que la reina Letizia nunca ha destacado por su gordura. Pero hay ocasiones, sobre todo en función de la ropa que viste, en que su delgadez es mucho más acusada de lo normal. Y, como siempre en estos casos, pronto se desatan los rumores acerca de si ha padecido o padece algún tipo de problema a la hora de alimentarse. Esta misma semana se ha vivido una de esas ocasiones. Fue durante el almuerzo celebrado en el Palacio Real el pasado miércoles con motivo de la visita a España del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado

Más de uno y más de dos de los asistentes destacaban después la delgadez de la reina. Cerca, muy cerca, justo al lado la tuvo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que podría atestiguar si se trata de un rumor malintencionado o de un hecho innegable. Si uno ve las imágenes del encuentro, la verdad es que Letizia, por cierto vestida con un hermoso vestido color fucsia a juego con la corbata del Rey, evidenciaba ciertas estrecheces. Por ejemplo llamaba la atención, le cuentan a este Buscón, la finura de sus dedos, largos y huesudos por encima de lo habitual en mujeres de su talla.

Llueve sobre mojado, puesto que a la reina nacida en Asturias le persigue el fantasma de la extrema delgadez desde hace demasiado tiempo. No han sido pocas las ocasiones en que lenguas sibilinas y malévolas han llegado a hablar de anorexia y otras exageraciones, por supuesto siempre desmentidas después por Zarzuela o por la tozuda realidad. Si se publicasen todos los rumores que circulan en torno a la figura y la salud de Letizia, habría para una enciclopedia. 

En todo caso, opiniones sobre la belleza aparte, fue un almuerzo al que, como ya contó este diario, acudieron numerosas personalidades de la vida política y empresarial de la Villa y Corte. El tema estrella de conversación fue, a buen seguro, el desafío separatista catalán que plantean Artur Mas y sus mariachis. No había muchos catalanes en la sala del Palacio Real, pero ahí estaba, reapareciendo por enésima vez, Carme Chacón, que parece esperar eternamente su momento de gloria. 

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