Sequedad vaginal: causas y cómo aliviar este problema que afecta a muchas mujeres

La sequedad vaginal es un fenómeno común que puede manifestarse a lo largo de diferentes etapas de la vida de una mujer. Factores como el envejecimiento, cambios hormonales, medicamentos, estrés y más condiciones médicas pueden contribuir a la sequedad vaginal, afectando tanto la salud física como la emocional.

“Este problema, que afecta a mujeres de diversas edades, es a menudo subestimado y malentendido, impactando significativamente la calidad de vida de muchas mujeres”, explica la doctora Sánchez-Dehesa y añade que la sequedad vaginal es “un tema de gran importancia”. 

Según estudios recientes, se estima que un porcentaje significativo de mujeres, especialmente aquellas en la menopausia o en las etapas posmenopáusicas, experimentan sequedad vaginal en algún momento de sus vidas. Esta condición no solo puede resultar incómoda, sino que también puede afectar las relaciones íntimas y la calidad de vida general. Según datos de DosFarma, casi dos de cada 10 mujeres sufren de sequedad habitualmente. Ese porcentaje crece en gran medida después de la menopausia, cuando afecta a cerca de la mitad de las mujeres.

La sequedad vaginal es un problema común que puede afectar a mujeres en diversas etapas de sus vidas. Se caracteriza por la falta de lubricación natural en la vagina, lo que puede causar molestias, dolor durante las relaciones sexuales e incluso afectar la calidad de vida en general. ¿Cómo puedes saber si tienes sequedad vaginal? La sequedad se puede notar sobre todo durante las relaciones sexuales. Para saber si lo que tienes o no, es sequedad vaginal es importante acudir cuanto antes a la consulta del ginecólogo al sentir alguno de estos síntomas: urgencia al orinar, irritación, molestias durante el coito, picores, quemazón o infecciones de repetición, como la vaginitis.

Causas de la sequedad vaginal

-Mantener el pH vaginal en unos niveles adecuados es esencial para evitar infecciones y otros problemas. El pH ideal no es siempre el mismo, sino que va cambiando según las diferentes etapas (edad fértil, embarazo, menopausia...). Lo importante es no utilizar productos que lo puedan alterar y dañen la flora vaginal, la lubricación natural y, en general, la salud de esta zona.

-Menopausia. Durante la menopausia, hay una disminución en la producción de estrógeno, lo que puede resultar en la sequedad vaginal. La menopausia es la etapa en la que un mayor número de mujeres sufren sequedad y dispareunia. Esto se debe a que se reduce la cantidad de estrógenos, las hormonas sexuales femeninas y las encargadas de mantener los tejidos vaginales lubricados. Durante los años fértiles, estas hormonas hacen que el revestimiento de la vagina produzca un líquido lubricante transparente que facilita las relaciones sexuales. Cuando caen los estrógenos, el tejido se hace más fino y se aparece la sequedad.

-Cambios hormonales. Otros cambios hormonales, como los asociados con el ciclo menstrual, también pueden contribuir a la sequedad vaginal. También hay alteraciones hormonales durante el embarazo y la lactancia. Durante esos meses, la mujer produce prolactina, una hormona que favorece la producción de la leche, pero reduce la generación de estrógenos.

-Estrés y ansiedad. Factores emocionales, como el estrés y la ansiedad, pueden afectar la lubricación natural de la vagina.

-Medicamentos. Algunos medicamentos, como antihistamínicos y ciertos antidepresivos, pueden tener como efecto secundario la sequedad vaginal.

-Condiciones médicas. Problemas de salud, como la diabetes y la enfermedad de Sjögren, pueden contribuir a la sequedad vaginal. La falta de lubricación puede ser también una señal de que hay un problema, como una infección. Una de las más habituales es la candidiasis vaginal, una infección por hongos que llegan a sufrir siete de cada 10 mujeres.

Aunque la menopausia es una de las principales causas de la sequedad vaginal, existen otros motivos por los que ésta puede darse en mujeres jóvenes. Pueden ir desde un uso continuado de tampones durante la menstruación, ya que estos absorben mucha humedad, a vestir con ropa demasiado ajustada que puede producir falta de transpiración, o incluso por la práctica habitual de deportes como el spinning o el ciclismo, por el roce continuado de las paredes vaginales. Como siempre, lo mejor es consultar al médico antes de sacar conclusiones por nosotras mismas. 

Diagnóstico

El diagnóstico puede hacerse con las siguientes pruebas: 

• Examen pélvico, durante el cual el médico examina los órganos pélvicos y realiza una inspección visual de los genitales externos, la vagina y el cuello uterino.
• Examen de orina, que consiste en obtener y analizar la orina, si se presentan síntomas urinarios.
• Prueba de equilibrio ácido, que consiste en tomar una muestra de fluidos vaginales o colocar una tira reactiva de papel en la vagina para evaluar su equilibrio ácido.

Cómo abordar la sequedad vaginal

Después de visitar al ginecólogo y que te haga las pruebas y exámenes pertinentes, será él quien te diga cuál es el tratamiento o las pautas que debes seguir. Por lo general, estos son los más habituales:

-Uso de lubricantes. Los lubricantes pueden ayudar a aliviar la sequedad vaginal durante las relaciones sexuales. También hay cremas hidratantes para mantener la hidratación y mejorar el pH.

-Hidratación. Mantener una buena hidratación general puede contribuir a la salud vaginal. Beber suficiente agua es fundamental para evitar la sequedad vaginal.

-Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH). Para mujeres en la menopausia, la TRH bajo supervisión médica puede ser una opción para equilibrar los niveles hormonales. Suele ser una terapia hormonal a base de estrógenos a través de óvulos o cremas. Siempre bajo suscripción médica y bajo control de un médico.

-Productos de cuidado vaginal. Algunos productos específicos, como geles o cremas hidratantes vaginales, pueden ayudar a aliviar la sequedad. Incluso hay marcas, como Wopausia, que están especializadas en este tipo de productos. Es importante no hacer uso de jabones y productos perfumados. Lo más recomendable es optar por jabones específicos para esta zona, sin perfumes (o con poco aroma), con ingredientes hidratantes y calmantes (camomila, aceite de rosa mosqueta, aceite de oliva, aloe vera...) y respetuosos con el pH de la piel. 

-Dieta equilibrada. Una dieta rica en ácidos grasos omega-3 y antioxidantes puede beneficiar la salud general y también ayudar a mantener la lubricación vaginal.