Adelgazar: seis mitos de alimentación que debes conocer para perder peso

Adelgazar es uno de los objetivos que muchos se plantean con la llegada del otoño pero muchas veces nos dejamos influir por leyendas urbanas o comentarios de personas que realmente no son expertos en nada que tenga que ver con la alimentación. Si queremos perder peso, lo primero que hay que hacer es ponerse en manos de un profesional o un nutricionista que nos indique qué dieta es la más adecuada para nosotros y nuestro estilo de vida. 

La obsesión (insana) por bajar kilos no suele ayudarnos a conseguir nuestros objetivos, que siempre deberían ser realistas para no frustrarnos poco después de dar comienzo a la dieta. Antes de ponernos a ello tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones, el estilo de vida que llevamos e incluso de nuestra edad y constitución para que luego no nos llevemos a engaño y terminemos abandonando la dieta antes de lograr los ansiados resultados. 

Hay que tener cabeza y ponerse en manos de profesionales para, además de cuidar nuestra salud, no cometer errores que en lugar de ayudarnos a adelgazar nos lo pongan un poquito más cuesta arriba. Una alimentación equilibrada y saludable debe ser el primer objetivo antes de plantearnos perder esos kilos de más. 

Mitos a la hora de adelgazar

- Los carbohidratos son ‘el demonio’. Falso. Nunca debemos eliminarlos de nuestra dieta aunque estemos intentando perder peso. Lo que hay que hacer es reducir la ingesta de los carbohidratos simples. Algunas personas siguen una dieta baja en carbohidratos para tratar de bajar de peso. Uno de los problemas de este tipo de dietas es que pueden limitar la cantidad de fibra que se obtiene cada día, lo que nos hará sentir mucho más hinchados.

Debemos saber que hay carbohidratos que nos pueden ayudar en nuestro objetivo de perder unos kilos de más. Lo que hay que hacer es apostar por carbohidratos saludables: hortalizas, frutas, legumbres, tubérculos, pseudocereales (quinoa, trigo sarraceno...), pan de calidad (con masa madre y de larga fermentación) y cereales (arroz, mijo, pasta o arroz integrales...).

- Toma fruta sola. Falso. Lo que importa es su aporte nutricional de vitaminas y minerales, no con qué la comas. Eso sí, no añadas azúcar ni ningún edulcorante a las frutas y tómalas sin nada. Siempre es mejor además tomar la fruta natural, no en zumos o batidos, ya que ahí se pierde la fibra natural de la fruta. La fruta es uno de los alimentos que más vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes nos va a proporcionar hagamos la dieta que hagamos. 

La mejor hora para comer fruta si estamos haciendo una dieta para adelgazar sería en el desayuno, ya que los hidratos buenos que tiene nos darán energía para toda la jornada. Podemos incluir una pieza también en la merienda o el almuerzo, pero no porque engorde más o menos sino por su poder saciante. 

- No hay que cenar. Otro gran mito. Lo ideal en cualquier dieta es distribuir las calorías y nutrientes necesarios para cada persona en cinco comidas a lo largo del día. La eliminación selectiva de comidas, tiene un efecto negativo sobre la saciedad y puede producir el aumento de la ingesta en el resto de las comidas del día. Piénsalo: si no cenas, al día siguiente te levantarás con mucha más hambre y devorarás lo que haya para desayunar o, lo que es peor, te despertarás entre la noche a picar algo que no debes. 

- Tomar muchos lácteos engorda. Falso. En dietas hipocalóricas, si consumimos lácteos reducimos el peso en más de un 10 por ciento comparado con dietas en las que se eliminan por completo. Lo que debemos hacer es pensar siempre en nuestro gasto calórico para hacer una ingesta adecuada a lo que consumimos a lo largo del día. Hoy en día, en el mercado hay una gran variedad de lácteos con un contenido calórico bajo que son los que debemos incluir en nuestra dieta si queremos adelgazar.

A esto hay que sumarle que los lácteos ayudan a mantener la masa muscular, ya que tienen un alto valor nutricional y de proteínas. Además, las personas que consumen lácteos tienen una mayor protección frente a la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión o la diabetes. Lo ideal es tomar dos o tres raciones al día.

- Las proteínas solo son de origen animal. Falso. Si eres vegetariano, debes saber que puedes incluir proteínas en tu dieta de origen vegetal. Las encontrarás en la soja, las lentejas, las semillas, nueces, cereales y en algunas verduras. Para perder peso, además de entrar en un déficit calórico, hay que priorizar los alimentos con un alto contenido en proteínas. Hay algunos alimentos ideales para incluir en nuestra dieta como son los huevos o las carnes magras.

- Bebe agua fuera de las comidas. Falso. Este es un mito muy extendido. Se ha dicho durante años que hay que beber mucha agua entre comidas, pero no hacerlo mientras comemos si queremos perder peso. Esto no es así. Lo recomendable es beber agua cuando tenemos sed y no ‘por obligación’ cada cierto tiempo. Si bebemos por beber, solo conseguiremos que se produzca una indeseada retención de líquidos que nos hará estar más hinchados de lo normal. Lo recomendable es beber dos vasos de agua grandes en cada una de las cinco comidas que lleves a cabo durante el día. 

Mito extra que no te hará adelgazar 

Aunque no tiene que ver directamente con la alimentación, está muy extendido el mito de que si hacemos mucho deporte podemos comer lo que nos apetezca sin necesidad de hacer dieta y así adelgazaremos de igual modo. Esto no es así. Si pretendemos adelgazar, debemos combinar alimentación equilibrada (o la dieta que te mande un nutricionista) con hacer ejercicio, pero nunca una sin la otra. 

Además cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo nos pide comida, es decir, se nos estimula el apetito, por lo que debemos controlarnos después de entrenar. Mejor esperar un par de horas para comer algo si lo que hemos hecho ha sido un entrenamiento cardiovascular o de alta intensidad. En la realización de dietas de adelgazamiento se recomienda un ajuste de la alimentación hacia una dieta equilibrada que se ajuste al gasto energético que haga cada persona junto con un ejercicio adecuado a su situación física.