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Cultura

¿Quién es Tony Soprano? Llega la precuela que calma la sed de los fans

La película 'Santos criminales' muestra la infancia y adolescencia del famoso mafioso, interpretado por el hijo de James Gandolfini

Un joven con alma de "líder", con una inteligencia superior a la media -aunque algo perezoso-, perspicaz y con un amor desbordante por su madre. Lo que uno intuía tras ver las seis temporadas de la serie de culto Los Soprano (1999-2007), de HBO, se desarrolla ahora en la película Santos criminales, un largometraje que puede verse a partir de este viernes en los cines y que llega para calmar la sed de los fans de Tony Soprano, el protagonista de aquella ficción.

Lo cierto es que, aunque Los Soprano ya habían entrado en una categoría superior en el mundo de la ficción audiovisual televisiva, la muerte en 2013 de su protagonista, James Gandolfini, ayudó a elevar el mito más aún. La serie había puesto su punto y final con un cierre ambiguo que invitaba a pensar en varias hipótesis, pero a pesar de todo su fallecimiento supuso un duro golpe para los seguidores, que habían visto encarnado en el actor no solo a un capo de la mafia, sino a un ser tan imperfecto como entrañable y familiar.

Ahora, el creador y productor de la serie, David Chase, viaja al pasado de aquellos personajes en esta película, ambientada en Newark (Nueva Jersey) en los años 60 y que toma como trasfondo los disturbios raciales y los choques entre los afroamericanos y los italianos, unos tumultos que ponen de relieve la agitación y el clima cargado de la época. En ese ambiente crece Tony Soprano, ve a su padre ingresar en la cárcel y se enamora de Carmela, a quien también vemos de adolescente. Alan Taylor, encargado de varios capítulos, es el director de esta cinta.

¿Cuál es el mayor gancho de la serie? Sin duda, descubrir un Tony Soprano adolescente que está encarnado por el hijo de James Gandolfini, Michael Gandolfini, en una brillante actuación. El impresionante parecido ayuda a imaginar de forma más clara el origen del mafioso y permite contestar a algunas preguntas sobre su extraña personalidad: ¿Por qué alguien tan decidido y con grandes dotes de mando muestra ciertas inseguridades propias de alguien introvertido?

La respuesta a algunas de estas cuestiones está en Livia Soprano, su madre, a quien da vida Vera Farmiga, por quien Tony Soprano siente devoción y que ya en esta película se muestra controladora, manipuladora y negativa. Ella es uno de los motivos por los que un adulto Tony Soprano acude a terapia para resolver los problemas que, según se descubre ahora, tienen sus raíces en su infancia.

Del mismo modo, otra de las ovejas negras de la familia es Junior Soprano, encarnado en Corey Stoll, que siempre vivió a la sombra de su hermano, Johnny Boy (padre de Tony) y que ya en su juventud mostró una incapacidad por empatizar con su familia, hasta el punto de ser dañino. Su inseguridad y su complejo de inferioridad son una constante que perjudica al clan en busca de una gloria que es incapaz de lograr. Y así le vemos después.

Tony Soprano y su modelo a seguir

Sin embargo, el verdadero foco de atención lo recibe Dickie Moltisanti, el padre de Christopher Moltisanti. Él es el modelo a seguir para Tony Soprano, el mafioso que pudo reinar y que murió demasiado pronto. Aunque el espectador descubre sus imperfecciones, sus impulsos criminales y su falta de determinación, el joven Tony solo ve en él un ideal, justo el ejemplo que Christopher verá en el propio Tony años más tarde, como se ve en la serie.

Más allá de convertirse en una película que sacia las ganas por conocer más de la personalidad con tantas aristas y tan contradictoria de Tony Soprano, y por descubrir lo que ha contribuido a engrandecer su magnetismo, Santos criminales pierde sin embargo la oportunidad de profundizar más en el personaje que tanta admiración ha causado entre los espectadores, y se centra demasiado en los demonios de su tío, tan imprescindible para él.

Del mismo modo, se convierte finalmente en un desfile de los personajes más carismáticos de la serie, de forma que la trama pierde atractivo para quienes no han visto nunca la producción de HBO. Esta película está dirigida a los fans de los Soprano -que no son pocos-, y no al público general, que no encontrará aquí una trama clara ni atractiva. No obstante, uno puede pasar por alto cualquiera de estas imperfecciones solo por ver en la gran pantalla de nuevo a esos mafiosos horteras en camiseta interior blanca y cadenas de oro que tanto cambiaron la imagen elegante de la mafia en otra época. Y, por supuesto, por descubrir cómo se forjó la personalidad de Tony Soprano, aquel niño de ascendencia italiana que de adulto dijo: "No pagaré, sé demasiado sobre extorsión".

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