¿Quién reivindica a Franco en 2022?

Berlanga no se hubiera atrevido a grabar la secuencia porque la hubiera considerado demasiado esperpéntica. 2019, 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional y día de la Virgen del Pilar, varias parejas de guardias civiles tratan de contener una turba de incontrolados que, desesperados, pelean y gritan frente a las puertas del complejo del Valle de los Caídos: “Queremos ir a misa”.

La tarde de antes, la abadía del Valle de los Caídos había cerrado para preparar la exhumación del cuerpo del dictador que se produciría dos semanas después. Sin embargo, a primera hora de la mañana del día 12, el ambiente estaba caliente. Un hombre de unos 60 años, ataviado con el uniforme de la Legión y con un megáfono de los que dan como premio en las ferias, alentaba a varias decenas que esperaban en la entrada: “Lo más horrible, mi general, es vivir siendo un cobarde. ¡Viva Franco y viva la Legión!” 

La situación se tensa, el legionario rompe el cerco policial y sale corriendo cuesta arriba, una mujer rubia le sigue los pasos y grita desesperada al agente que la contiene: “¡Están obedeciendo órdenes injustas!”, mientras repite a gritos su deseo de ir a misa. Unos metros más arriba se ve al legionario bloqueado por otros agentes. El legionario que arrancó su carrera con la frase: “Voy a defender al comandante Franco”, acaba siendo expulsado del recinto para liderar la resistencia en la verja del Valle: ¡Sois la vergüenza de España!, le espeta a los guardias. La secuencia termina con más de una decena de agentes bloqueando la valla del recinto ante el empuje del grupo que insisten: “Queremos ir a misa”.

Los seguidores de Franco son un meme en sí mismos, ni el auge de la ultraderecha de Vox ha reavivado el culto al dictador. El franquismo, como movimiento que reivindica la obra y figura del dictador, está muerto y en todas sus manifestaciones parece una caricatura folclórica con personajes como el del propietario chino de un bar de Usera, o como el “falangista entrañable” que, también en 2019, delante de la Cruz del Valle rompía a llorar al pronunciar el nombre de José Antonio Primo de Rivera. Ninguno de los grandes partidos políticos reivindica explícitamente la figura de Franco, y cuando alguno de los líderes de la derecha se ha visto relacionado con él, se ha apresurado a desvincularse.

El 20 de noviembre de 2021, el entonces líder del PP, Pablo Casado, acudió a una misa en la Catedral de Granada en la que se recordó la figura del dictador y del falangista Primo de Rivera. Cuando la prensa se hizo eco, se generó un gran revuelo al que el equipo de Casado reaccionó rápidamente asegurando que el político acudió a la iglesia "porque estaba cerca de su hotel" y porque al día siguiente no podrían ir a misa. Más allá de la credibilidad que cada uno le quiera dar a la justificación de Casado, lo que queda claro es la intención de alejarse públicamente de la figura del dictador.

Derecha minoritaria

Según explica el doctor en Historia y catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona, Javier Rodrigo, en Generalísimo. Las vidas de Francisco Franco, 1982-2020, la reivindicación explícita de su figura y la dictadura es propiedad exclusiva de una derecha “minoritaria, irrelevante en términos políticos e intrascendente en términos simbólicos que pulula por redes sociales y foros de internet”.

Cada 20N se repiten concentraciones conmemorando a Franco o José Antonio Primo de Rivera, que dejan llamativas imágenes de boinas rojas y cruces de Borgoña; ancianos con gorras, bufandas y banderas franquistas, los Manolos del bombo del aguilucho; y jóvenes disfrazados con camisas azules en ridículos desfiles con bengalas que vuelven a estar más cerca del meme que de la intimidación antidemocrática. 

Este año unas cien personas se concentraron en la plaza de Oriente de Madrid para conmemorar la figura del dictador y la del fundador de la Falange, convocadas por el Movimiento Católico Español. La noche anterior unos 200 falangistas se habían reunido para homenajear la figura de José Antonio, que próximamente también será exhumado del Valle de los Caídos. Y en este simbólico emplazamiento se produjo la imagen más repetida del día cuando un joven realizó el saludo fascista e insultó a un grupo de víctimas del franquismo. Todos ellos no suman 500 personas.

Rodrigo señala que el fantasma de Franco sigue sobrevolando el debate político aunque cada vez con menos fuerza, muchas veces agitado como agente movilizador. No obstante, el historiador señala este rechazo por parte de la política va acompañado de una respuesta conservadora frente a los asuntos que afectan a los legados del pasado que van desde “la negación implícita o explícita del derecho a la exhumación, identificación y reconocimiento público a las víctimas de la Guerra Civil, la posguerra y la dictadura”. A la conservación inalterada del Valle de los Caídos, como ha manifestado recientemente la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso al promover una nueva Ley regional de Patrimonio, que establece la posibilidad de proteger, siguiendo criterios técnicos, las cruces y los elementos decorativos vinculados a la arquitectura religiosa. El anuncio de Ayuso llegaba después de que Vox reclamara que el Valle de los Caídos fuera declarado bien de interés cultural (BIC), una figura jurídica de protección patrimonial, para blindarlo frente a la ley de Memoria Democrática, que consideran una "barbarie totalitaria" que amenaza al recinto.