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Boina Fest: un milagro cultural en la España vacía

El festival de Arenillas, que se celebra el sábado de manera virtual, cuenta con Rozalén y con artistas de la serranía celtibérica

La mayoría de los festivales musicales buscan ganar dinero, pero otros aspiran a convertir la cultura en agente de cambio social, territorial y personal. Es el caso del Boina Fest, que se celebra desde 2015 en la pequeña localidad de Arenillas, un municipio del sur de Soria pegando a Guadalajara. Allí la pandemia ha sido mucho más dura por la precaria conexión a Internet y por la lamentable red de transportes de la zona. La fecha de celebración es este sábado 7 de agosto y todos esperamos que sea la última limitada a las pantallas. Rodrigo Gismera, miembro de la organización, contesta a las preguntas de Vozpópuli. Boina fest o cultura donde apenas circula la cultura.

Pregunta: ¿Qué aporta el Boina Fest a Arenillas?

Respuesta: La creación del festival ha sido consecuencia de la situación. Arenillas lleva luchando contra la despoblación desde los años ochenta. En esa época nadie hablaba de este tipo de problemas, aunque el éxodo rural comenzó en los cuarenta y cincuenta y todo el mundo conocía esos conflictos. Llevamos ya cuarenta años con la Asociación Cultural y junto con el ayuntamiento hemos ido consiguiendo cosas. En la serranía celtibérica solo hay ocho habitantes por kilómetro cuadrado, pero Arenillas ha conseguido tener más vecinos que hace cuatro décadas gracias a diversas medidas que se han adoptado. Si trazas 25 kilómetros con un compás alrededor de Arenillas tienes menos de dos habitantes por kilómetro cuadrado; casi todo es gente mayor, no familias, pero nosotros hemos podido resistir a esto y tenemos llenas nuestras siete casas de alquiler social (bueno, la última se llena en septiembre, pero hay mucha demanda).

Un éxito modesto, pero éxito…

Todo este movimiento empieza con un grupo de jóvenes, que consiguieron incluso abrir un albergue. Te hablo de la generación de mis padres, cuyo trabajo ha sido continuado por sus hijos, a quienes nos contagiaron el amor por el pueblo. Lo que consigue el Boina Fest es visibilizar unos problemas que son los de muchos pueblos de España. El año pasado el festival también se celebró en línea y conseguimos recaudar 1.500 euros para Médicos sin Fronteras, que habían hecho un gran trabajo en las residencias de ancianos de Soria. Este año nos centramos en la despoblación y en demandar la mejora de las conexiones de Internet, ya que nos ha afectado mucho la pésima recepción en tiempos de pandemia.

Pagamos los mismo impuestos que cualquier español y recibimos servicios muy inferiores", denuncia Gismera

¿Cómo de pésima?

En Arenillas no hay fibra óptica, depende todo del satélite, incluso los móviles. Es inviable la educación a distancia y se ha tenido que hacer todo por mail, con muchas dificultades. Descargarse una película es muy lento, casi más largo que verla. Pero bueno, hoy Arenillas tiene 52 habitantes y diez son menores de edad, que debe ser uno de los mayores porcentajes de juventud de Soria. Pagamos los mismo impuestos que cualquier español y recibimos servicios muy inferiores. El festival hace que el pueblo suene y que la Junta de Castilla y León sepa quiénes somos. Además una de las grandes carencias de zonas como la nuestra es el acceso a la cultura, que muchas veces se limita a una orquesta de verbena en verano. Los artistas de Soria no tienen un circuito donde crecer. Queremos ser un ejemplo para otra gente de que se puede animar una zona sin recurrir a grandes empresas de la industria cultural.

En este contexto, ¿qué piensa cuando lees noticias como los 1.700 millones de euros previstos para ampliar el aeropuerto de el Prat en Barcelona y los 1.600 para Barajas?

Imagínate. Sé que algo nos llegará de fondos europeos, pero no sabes cómo ni para qué. En todo caso, hablamos de aeropuertos ya gigantes. Mientras tanto, aquí se llevan más de veinte años pidiendo una línea de autobús que una Soria capital con Calatayud para poder acceder al AVE. ¿Otro ejemplo? Soria es la única provincia de España que no está conectada con la capital de su comunidad autónoma. La autovía a Valladolid lleva décadas medio parada, avanzando tres kilómetros por año. Hablamos de un viaje que hay que hacer para cubrir necesidades médicas de una población envejecida. Las antiguas líneas férreas fueron desmanteladas sin sustitución. Se apuesta por incrementar el turismo hacia lugares ya saturados de visitantes y se desatienden servicios médicos esenciales.

¿Se sienten abandonados por izquierda y derecha?

Solo se habla de nuestros problemas en los últimos tres años, coincidiendo con la revuelta de la España vaciada. Como poco, ahora el problema está visible, gracias a nuestro puñetazo encima de la mesa. Que Teruel Existe ganase un escaño fue un toque de atención, pero los grandes partidos solo hablan de la España vacía de cara a la galería. Ahora hay un ministerio para la despoblación, pero son muchos años de peticiones ignoradas. Yo tengo 37, pero recuerdo cuando no podíamos tener teléfono fijo y solo se podían ver dos canales de televisión. Ahora está creciendo Soria Ya y es posible que se forme un bloque contra la despoblación en el Congreso, fruto de que los grandes partidos no han cumplido. Creo que nuestro problema se solucionará cuando entiendan que no es buena la superpoblación de las ciudades, que hay que repartir a los españoles por todo nuestro territorio. Es más probable que la cosa cambie porque explote la situación en las grandes ciudades.

El 2019 hubo 800 personas en la plaza, nunca había visitado tanta gente el pueblo en los últimos treinta años

¿Qué objetivos tiene el festival a partir de ahora?

Seguir visibilizando nuestros problemas y fomentar la cultura en zonas despobladas, haciendo un llamamiento a grupos de nuestro entorno. Por eso incluimos siempre a artistas nacidos o residentes en la serranía celtibérica, que incluye a diez provincias: Soria, Guadalajara, Burgos, Segovia, La Rioja, Zaragoza, Teruel, Cuenca, Castellón y Valencia. En algunas provincias es casi todo el territorio, en otras solo un trocito. También nos hace ilusión volver a celebrar el festival presencialmente, como hicimos entre 2015 y 2019. El encuentro va creciendo y ganando colaboradores, incluso de fuera del pueblo. Echa una mano gente de Valladolid, un profesional audiovisual de San Esteban de Gormaz, Oliver Heras Esteban, que se ha tenido que mudar a Madrid para trabajar, como tantos otros. El primer año vinieron 300 personas y en el 2019 había 800 personas en la plaza, 200 de ellos acampados; creo que nunca había visitado tanta gente el pueblo en los últimos treinta años. Aquí somos solo 50 personas en invierno y 250 en verano. Nos gusta que la gente entiende y valora a propuesta. Ningún año se han cubierto los costes, pero es viable y cada edición vamos aumentando el presupuesto.

¿Algo que añadir?

Nada, simplemente agradecer a todos los artistas que han ajustado el caché a nuestras posibilidades, y a quienes actuaron de forma altruista el año pasado porque no había ingresos. Este año queríamos pagar algo a los artistas, por poco que fuera, así que los patrocinios y la modesta ayuda institucional van para ellos. Además hemos habilitado un Bizum (03535) para quienes quieran aportar.

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