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Cultura

Entrevista

Arcadi Espada: "El problema es que tenemos magufos en el Consejo de Ministros"

El prestigioso periodista publica 'La verdad', recopilación de textos donde reflexiona sobre las trampas y espejismos del debate público

Es difícil usar metáforas, literatura, con el gran fustigador de esta en España. Citaremos al diarista Jules Renard, entonces, que afirmaba como Espada que "los poetas cogen cualquier buena idea y sin ningún pudor la meten en cinco actos". Renard, también, describe con minuciosidad a "los melenudos" poetas de La Pléiade, algo que quizá podemos relacionar con el ensortijado cabello de nuestro entrevistado.

Hasta aquí los parecidos: Arcadi Espada es conversador taciturno, de humor negrísimo, y que busca siempre en una cita un sustento a sus opiniones. Quizá porque sabe que con una pizca de cuento el ensayo se convierte en novela: la columna acaba siendo de arcilla y no hay ensayo / Partenón que pueda sostenerse.

En el fondo, un columnista francés perdido en las Hesperias; maldición en el país de herederos de César González-Ruano donde un retruécano ("eso es así, y ahora no me voy a levantar a mirarlo" se atribuye a Francisco Umbral) salva miles de horas de biblioteca. Y en esas, solo en esas, se puede obtener 'La verdad': nombre de la excelente recopilación de piezas periodísticas que lanza Planeta a través de Península.

Pregunta: Quiero empezar con la cita que de facto comienza la posmodernidad: "No hay hechos, solo interpretaciones"; Friedrich Nietzsche en sus diarios ¿Cómo puede enfrentarse a esto un periodista cuyo objeto es contar la verdad?

Respuesta: Reduciendo a Nietzsche a lo que es: es decir, un propagandista.

P: ¿No incorpora a Nietzsche más epítetos? ¿Filósofo quizá?

R: Para mí nada revelador surge de lo que he leído sobre él, que es bastante. Porque, claro, todos nos hemos formado en ese caldo tan fantástico sobre las interpretaciones.

P: ¿No cree que la 'no-ficción' llenó las facultades de literatos frustrados? En su juventud, como deja entrever en algunas columnas

R: No, no, yo no me he confesado así en las columnas…

P: En las piezas siempre cita sus inicios…

R: Jamás he dicho eso. Lo que sí creo que es las facultades más que de literatos frustrados están llenas de novelistas. Pretenden cubrir las deficiencias de lo real con recursos ficcionales.

P: ¿Conoce que gran parte del apogeo del periodista-literato en España, Vázquez Montalbán o Francisco Umbral, es consecuencia de la represión a la prensa en la dictadura? Es decir, Emilio Romero en Pueblo -lo cuenta Carmen Rigalt en sus memorias- a falta de decir la verdad en temas políticos mandaba a sus periodistas a realizar reporterismo literario…

R: No sé: yo creo que en una dictadura no hay periodismo. El periodismo es inseparable de la democracia. Eso no quiere decir que no haya periodistas, por supuesto que los hay, pero no hay periodismo. El periodismo no puede vivir sin la libertad. Ahora, atribuir de alguna manera la calidad literaria a la dictadura…

Como explica Julio Camba, a medida que aumenta la edad disminuye el número de adjetivos que utiliza un hombre

P: No tanto la calidad, como la capacidad de publicar. Es mejor escribir ficción que decir lo que pasa realmente. Tanto Francisco Umbral como Vázquez Montalbán eran escritores perdidos en el periodismo…

R: Sí. Escritores muy distintos, no creo que fueran comparables. Pero, insisto, la respuesta a esa pregunta es que no hay periodismo sin libertad.

P: ¿Debe combatir el periodista la liviandad del adjetivo? ¿Por qué no citar a otros autores, como hacen los historiadores, para evitar el juicio propio?

R: Julio Camba tiene un artículo muy divertido donde cita un estudio de una universidad americana de entonces. Este decía que los hombres, a medida que aumenta la edad disminuyen el número de adjetivos que utilizan.

P: Es la teoría del último Borges sobre el abuso del adjetivo

R: Es definitorio de la necesidad de las personas ya mayores que tenemos de contenernos.

P: Evitar la retórica. ¿No cree que gran parte de esa generación literaria-periodística, Pérez-Reverte, Umbral o Vázquez Montalbán, hay un momento en que dejan de consumir ensayo? Se nota en sus columnas que se anclan en un año para siempre…

R: No tengo ni idea de eso; creo que son personas cuyas ideas pueden decirse que han sufrido una evolución escasa. Es el caso de Vázquez Montalbán o Umbral; Pérez Reverte no creo que se haya dedicado nunca al periodismo de ideas. Los otros dos más, aunque la idea en Umbral era un esteticismo. No podría contestar con precisión a la pregunta…

P: ¿Por qué no existe el "fact-checking", el comprobador de hechos, en España? Este fenómeno hundió el último libro de Gay Talese…

R: No lo sé: es una tradición propia del periodismo anglosajón. Yo diría de una cultura donde el periodismo, la narración de los hechos, ocupa un lugar distinto, un lugar muy poderoso. En España, y en general los países de tradición latina, la influencia del periodismo es incomparable a la de los países anglosajones.

El idealismo se ha renovado, con ropajes de otro color, para que no parezca un idealismo. Efectivamente, el idealismo es el 'mainstream' de nuestro tiempo

P: Tenemos Maldita hemeroteca, pero todavía la mentira del militar Manuel Pavía entrando al congreso a caballo de Alfonso Guerra se da por cierta (¡Pavía era general de artillería!) ¡Esa mentira tiene más de 150 años!

R: Sí, sí, las mentiras son muy duraderas. Tienen una gran capacidad de seducción.

P: ¿Cuál sería el método para comprobar la veracidad de una fotografía? Su polémica con Javier Bauluz es certera, pero el conocimiento de las ópticas o lo que queda fuera del marco siempre es complicado; hay muy pocos expertos…

R: No creo que haya que ser experto en fotografía: yo no lo soy. Sobre todo, para determinar que Javier Bauluz mintió: eso es muy sencillo. Eso dio en mi reflexión a un origen de cierta teoría de la noticia: no importa tanto que la mira sea pequeña, sino que sea veraz. Cuando ves el caso de Bauluz, su objetivo, y ves que los dos epítetos de su discurso son "la soledad" y "la intimidad" de la pareja están falseados… todo se cae.

P: Había una segunda foto donde se veía no solo al inmigrante ahogado, sino un grupo de policías rodeándolo. Ocultó esa foto deliberadamente.

R: Por supuesto

P: ¿Cuántos periodistas jóvenes pueden nacer, crecer y morir sin abrir una hoja de cálculo?

R: Las hojas de cálculo son muy útiles: sirven para conocer cuál es el exceso pandémico más importante de occidente.

P: Cuenta en una columna que Rajoy leía Marca por los datos…

R: Eso lo decía él. Hay que preguntarle a Mariano Rajoy si los datos del Ciudad Real – Logroño le parecían decisivos para gobernar (risas).

P: ¿En qué momento descubre a los ensayistas contrarios a la posmodernidad? Me refiero a Alan Sokal y Jean Bricmont, el fundamental Revel y tu idolatrado Pinker. Parece una brecha en su vida…

R: Yo creo que eso sucede en los años 90, cuando conozco a mi amiga Teresa Giménez Barbat (con la cual fundaremos luego Ciudadanos). Ella tiene más cotidianidad con ese mundo, todavía, y me introduce en él. Fue un "break" …

P: Renuncia a sus antiguas fuentes freudomarxistas, como las llamas en alguna columna…

R: Bueno ¡es que son freudomarxistas! De eso sabe mucho mi querido Federico…

P: Fue uno de los fundadores de la revista Diwan, junto a Alberto Cardín. Este último es un intelectual brillante que se adelanta diez años a todo. Por cierto, que la revista está sin digitalizar

R: La cantidad de estupideces por página que esa revista tiene…

P: Pero son publicaciones divertidas. Como Le Monde Diplomatique

R: Sí, eso es verdad.

P: El problema es cuando la gente cree esos textos

R: Bueno, lo cree después de desentrañarlo. Cardín, para recuperar el nombre, se adelanta en lo irracional, efectivamente. No sé si nos conviene demasiado (risas). Federico Jiménez Losantos dice que Cardín era el "intelectual" del grupo. Era el más "perfectamente equivocado" de todos.

P: Es uno de los mejores ensayistas de esa Barcelona

R: Repito, ¡El más perfectamente equivocado! (risas)

P: ¿Por qué no han tenido mayor difusión estos intelectuales contrarios a la posmodernidad aquí? Sólo los cita usted, Gabriel Albiac y Federico Jiménez Losantos.

R: Una vez hice yo el ejercicio en las hemerotecas de los periódicos españoles, y también en New York Times o Le Monde, de ver el lugar que ocupaban en ellos. Era algo mayor en Le Monde o The Times…, pero en El País, el intelectual colectivo de la Transición se habló siempre más de Lacan, Derrida y Foucault que de Richard Dawkins

P: Me fascinan sus columnas sobre la "construcción" de recuerdos donde cita a neurobiólogos y uno parece estar dentro de en una novela de Philip K. Dick (podemos recordarlo por usted al por mayor). ¿No hace esto todavía más inmoral la memoria histórica?

R: Sí, está muy bien eso: es una expresión correcta. La hace todavía más inmoral.

P: Albiac definía "memoria histórica" como "círculo cuadrado".

R: (Risas) Es un círculo cuadrado porque es un oxímoron.

P: ¿Es Foucault el intelectual decisivo en la izquierda posmoderna? Una novela distópica en un país posmoderno, un nuevo 'Un mundo Feliz', podría tener de cronología 'antes de Foucault' y 'después de Foucault'.

R: Es probable. Lo que más me interesa de Foucault es lo que escribió John Weightman: 'No entender a Michel Foucault'. Es un ensayito que tradujimos y es una de las más exquisitas deconstrucciones de ese farsante.

P: ¿No salva nada del gran páter posmoderno? Tanto 'La arqueología del saber' o 'Vigilar o castigar' riegan senderos fértiles, aunque los recorra mucho connard ahora…

R: Sí, eso es cómo decir "¿No salva usted nada de la tradición filosófica cristiana?"… naturalmente todo es mentira.

P: Echo a faltar en sus columnas a favor de la veracidad una crítica a la antropología cultural que deriva de Franz Boas. Uno de sus continuadores, Kenneth Lee Pike (no casualmente teólogo de formación), es el creador del "emic" y "etic" y la igualación del mito con el logos. Autores como Jared Diamond, que cita en una columna, o Marvin Harris están casi purgados de las facultades de antropología estadounidenses por "materialistas"…

R: Naturalmente. Es evidente que el mainstream americano es puramente idealista. No es una novedad: el idealismo se ha renovado, con ropajes de otro color, para que no parezca un idealismo. Efectivamente, el idealismo es el mainstream de nuestro tiempo.

P: Los caminos abiertos por Marvin Harris, excelente antropólogo, quedan inconclusos…

R: Y eso que era "bueno para comer" (risas)

P: ¿Ha perdido amistades, amistades socialdemócratas, por su defensa unívoca de la verdad?

R: Sí, pero no solo socialdemócratas: he perdido también amistades de esto que llamo los "libérrimos". A estos la verdad les parece una cursilería…

P: Quiero centrarme en la política, ¿no son las ideologías constructoras de ficciones que ahogan los propósitos del periodismo? En España abunda el hincha político, "colocado" en los periódicos según agudeza de Ramón de España

R: Pero no solo el periodismo: las ideologías como ficciones ahogan la propia conversación pública o intelectual. El armazón de los sesgos o las cosmovisiones cuando pretenden pulverizar los hechos son lógicamente disolventes.

P: Quiero seguir con los sesgos en la historia, a propósito de su libro sobre Ángel Sanz Briz. ¿Cómo es posible que nieguen el propósito de salvar judíos de Franco en el affaire Sanz Briz? ¿No entra dentro de ese carácter correoso del dictador que permitió la supervivencia de su régimen?

R: Franco le dice a Sanz Briz que "salve judíos" porque el congreso mundial judío le pide explícitamente esto en Washington. El dictador considera que cumplir esa orden va a consolidar su régimen. La pregunta sería ¿es inmoral conseguir la salvación de una serie de personas porque el interés es espurio?

P: Es muy malévola su columna contra el poeta comunista Luis García Montero que se "siente ahogado" luego de ver la foto de un migrante que no pudo sobrevivir ¿Cómo puede tener tanta cara un funcionario tipo que nunca pasó hambre?

R: El ahogado no debería ser preso de las ficciones de Montero y estas evidentemente ejercían como un hierro candente de los hechos.

P: ¿Cómo es posible que el gran pope de Le Monde Diplomatique -Ignacio Ramonet- sobreviviera al plagio de discursos de Fidel Castro en su libro entrevista con el dictador?

R: Esa fue una de las primeras deconstrucciones a las que se dedicó mi blog.

P: El "nickjournal"…

R: No me dediqué yo, sino los "nickjournaleros". Nunca reaccionó Ramonet: impertérrito siguió con sus teorías y plagios.

P:¿Le salvó a Ramonet la ideología?

R: (risas)

P: En cualquier periódico serio estadounidense le habrían echado por hacer eso…

R: Sí, sí, efectivamente.

P: Es imposible no preguntarle sobre el nacionalismo como la "ficción" más perniciosa. ¿Cómo es posible que los nacionalistas locales o estatales creen ideas grandilocuentes de sus patrias luego de desastres como 1898 o 1714? ¿Sigue siendo actual la cita "El patriotismo es el último refugio de los canallas" del Dr. Johnson?

R: Sí, sin duda, hay ficciones especialmente malignas. Y la ficción por la cual "un hombre tiene más derechos que otro porque llegó antes" es de las peores.

Enric Juliana es un comunista clásico, pero el problema no es de donde venga sino que se ha quedado ahí

P: ¿No cree que este auge identitario ha llevado como veinte años atrás la historiografía? El cambio de Josep Fontana de puntilloso materialista a sus últimos libros puramente literarios…

R: Es verdad. Sus estudios del siglo XIX son impecables, pero efectivamente luego se dedicó a la propaganda. Le pasó como a Nietzsche.

P: ¿Es la lengua la gran ficción por abatir? Los filólogos, parafraseando El paraíso políglota de Juan Ramón Lodares, se han convertido en soldados con pluma como espada de cualquier microrregión…

R: Sí, pero no son solo los lingüistas los responsables: hay todo un entramado político y cultural que dice que las lenguas son "patrimonio de la humanidad". Para mí es tan absurdo como decir que la respiración es un "patrimonio de…" (risas). Lodares era muy bueno.


P: ¿Por qué nuestra izquierda tiene debilidad por los nacionalistas regionales? ¿Nostalgia de las guerras de liberación coloniales?

R: No, yo creo que hay una coincidencia ontológica: todos practican el mismo comunitarismo. No hay muchas diferencias entre el nacional y el proletario. Es una idea comunal. Es el sujeto histórico dispuesto a la emancipación de la comunidad histórica a la que sirve.

P: El libro clave de la izquierda alternatica española, Nudo España de Enric Juliana y Pablo Iglesias, junta a dos autores que a priori vienen de entornos distintos

R: No te confundas: Juliana es un comunista clásico. Luego se hace de La Vanguardia, que es lo que le matiza. No vienen de sitios separados: hombre, si me dices que Iglesias viene del FRAP -que es de donde viene- pues sí, pero en realidad todos vienen del comunismo con más o menos matices. El problema es que, insisto, se quedan ahí.

P: ¿No cree que la educación religiosa, los concertados, forman creyentes -el aficionado a la literatura medio- y no ciudadanos? Es decir, todos buscan un sentido final que la realidad no tiene. Me viene el nombre a la cabeza Cristina Fallarás y su paso de Dios a Marx…

R: No he leído eso de Fallarás, pero lo que sí es evidente es que uno de los grandes agujeros negros de la formación de un adolescente español es su creencia en que la vida tiene un sentido.

P: En una columna establece con gran agudeza que géneros periodísticos como los sucesos, la prensa del corazón y el deporte son pasto de literatos ¿Sobrevivirían nuestros cronistas de sucesos al "fact-checking"? Por su célebre "Raval…" lo dudo; incluso ganan más premios literarios que periodísticos…

R: (Risas) Efectivamente, así es. El true crime siempre ha sido pasto de mentirosos.

P: ¿Ha llegado a analizar las crónicas de sucesos con las funciones de Propp relativas al cuento? No hay periodista de este tipo que no meta alguna, incluso sin tener ningún dato del protagonista…

R: Exactamente lo mismo.

P: ¿No es inmoral?

R: El principal problema, como hace mucho dije, es el de la potencia de la cultura sobre la biología. Examinar de este modo el crimen: que un tío asesine a su madre, la descuartice, la meta en una olla y se la coma y salgan los vecinos diciendo "vivía en un paraje, pobre hombre. El mundo lo ha hecho así".

P: (Risas) Les daba igual recoger fuentes

"Los vecinos decían que era un hombre muy solitario".

No sabía quién era Risto cuando acepté ir a su programa

P: ¿Se considera el último "realista ingenuo" aquí? Luego de la muerte de Gustavo Bueno, nadie ha hecho más en España por defender el hecho como no interpretable de manera subjetiva

R: Sí. Lo del "realismo ingenuo" me convertía en algo como un "terraplanista" que solamente creía en lo que veía, como esos lerdos… Todos los que me acusaban de ello han reaccionado ahora a la mentira cuando ésta ha puesto en peligro su hegemonía cultural y política.

P: Hace varias décadas, Gustavo Bueno se opuso a varios magufos en televisión, acusándoles al final de ser tipos "enloquecidos". ¿Se enfrentaría en un cara a cara con Iker Jiménez?

R: No sé quién es. Me pasa a veces: antes me preguntaban por el sicofante y no sabía quién era. Sé que hay una persona que se llama Iker que se dedica a los programas de televisión. Pero, vamos, yo con magufos hablo todos los días: el problema no es que estén en los programas de televisión, el problema es que estén en el Consejo de Ministros.

P: Entonces, ¿Cómo aceptó la entrevista en Chester con Risto? ¿No intuías cómo podía ser un lector de Herman Hesse?

R: En la vida uno comete errores: yo puedo asegurar y jurar ante quien quiera que yo no sabía quién era.

P: ¿No son las teorías conspirativas, ahora que hablamos de Iker Jiménez, un detector de gente irrelevante? Cita maliciosamente a Montalbán y a la CIA…

R: Lo cito por Galíndez, claro. Esta novela es un dato de hasta qué punto las novelas pervierten su sentido y la exploración fáctica. Empieza muy bien Vázquez Montalbán los primeros capítulos, investigando, y cuando llega al final al no poder ir más allá la perforó con el berbiquí de la ficción.

P: Tengo la impresión de que la mayoría intelectuales comunistas de ese tiempo, Vázquez Montalbán o Gregorio Morán, no pudieron sobrevivir emocionalmente a las derrotas electorales en la España de los 70.

R: Morán no sé, pero Vázquez Montalbán vivió bastante bien: se compró casas y tuvo en el Subcomandante Marcos el nuevo referente.

P: Latinoamérica fue su nuevo maná ideológico

R: Y sigue siéndolo.

P: Para finalizar. ¿Acusarán de "etnocentristas" y "antisemitas" a los historiadores que afirman que Roma venció a Cartago, parafraseando su cita a Hobsbawm?

R: Todo es posible, efectivamente (risas).

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